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El gusano en el fondo de la botella

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El gusano en el fondo de la botella Empty El gusano en el fondo de la botella

Mensaje por Jake Parrish Jue Oct 18, 2012 2:25 am

No debería estar aqui. No sé porque he venido. Está convirtiendose en una fea costumbre esto de quedarme horas al otro lado del muro de piedra contemplando el lugar donde debería estar su ventana. Pocas veces la encuentro iluminada. No me extraña que el guarda me mire mal cada vez que me ve, parezco un maldito merodeador pervertido. Lo raro es que aún no me haya denunciado o peor, que no se lo haya contado a ella. Sé que me ha visto al menos tres veces la semana pasada, porque me llamó la atención. Ya no me cae mal. Ahora le agradezco el detalle. No debería estar aqui. Ella ha dejado más que claro que esto se ha acabado. Fuese lo que fuese que nunca estuvo muy claro. Además, seguramente estará con él. Esa idea me corroe. Soy incapaz de pensar en otra cosa y asi y todo quiero verla.

Debería estar internado en un psiquiatrico, probablemente. Pero necesito verlo. Verla. Saberlo. No es la primera vez que salto ese muro, probablemente si sea la última. El guarda hoy no parece preocupado por mi. No veo que haga la ronda, ni que la cámara de la columna sur se mueva para enfocarme. Subir por la pared que lleva a su blacón por esa mierda de enredadera que apenas tiene hojas es complicado de cojones, debí decirle en algún momento que necesita una buena hiedra, o mejor, una parra, con sus enrejados de madera tan firmes y equidistantes.

El balcón es inmenso, los ventanales están abiertos, hace calor, mucho calor para esta época del año. El cambio climatico. Puede. Las cortinas son blancas y casi transparentes y vuelan hacia fuera con un ritmo decadente. No sé porque me fijo en cosas como estas, estoy nervioso. Casi aterrado. Escucho algo. Jadeos. Un quejido. Su respiración entrecortada. Trago saliva. Sabia que era lo más probable, aún asi quiero verlo. No lo creeré si no lo veo. Y no puedo vivir con la duda. Me acerco, despacio, con reverencia, como un bandido al cadalso que sabe que se merece.

Una de las cortinas se ahonda con el viento, pasandome por encima, y yo me acerco a la linde que separa su habitación de la gran balconada. Echo un vistazo dentro. Lo que veo me deja sin respiración. Diez segundos. Treinta. Sólo miro, embelesado, con los ojos bien abiertos y separando mis labios cuando me falta el aliento.

Vanesa está tumbada en la cama. Con la espalda arqueada. Una camiseta de tirantes mal puesta por arriba, torcida y arrugada por la que pasa su mano acariciandose un seno. Un pantalón de pijama azul cubre sus piernas. Su otra mano desaparece por el elástico de ese mismo pantalón de tela y por la forma en que arquea sus piernas y caderas cada vez que la introduce un poco más dentro sé que desearía que esa mano fuese mía.

Tardo un poco en reaccionar. Luego sólo doy un paso hacia dentro. En silencio, sin perder detalle. Y luego otro. Estoy dentro de su cuarto y ella aún no me mira. Tiene los ojos apenas abiertos. Sólo denota mi presencia cuando al verla gemir mientras se muerde el labio se me escapa a mi un gemido hermano. Me mira, con los ojos muy abiertos y aún soñadores. No dice nada. Se sigue tocando. Me acerco, me siento en la cama. Ella para, se queda quieta y sólo me mira.
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Mensaje por Vanesa Cabot Jue Oct 18, 2012 7:06 am

La noche se fué rapida, pero no término como todos habrían pensado que sucedería. Mi rubio no me llevo a casa como debía, por que yo traía mi automovil propio y, más bien, yo termine llevandolo a la suya, por respeto a ambos, a la relación de amistad de años, a nuestra hermandad; pero solo de ver la cara que puso Jake cuando salimos juntos, mi vida se sintio plena. Si no podía amarlo, ni el amarme a mi, almenos su enojo sería mi alimento, lo suficiente.

Primero ibamos a ir a su casa...lo bese en el cuello durante todo el camino y nos detuvimos en algún punto, donde el sillón se reclino y termine por encima suyo, donde me dijo las cosas más bellas que jamás había oído y nuestras manos juguetearón quizas más de lo debido hasta abrir los primeros trazos de la ropa, pero, justo en la etápa cuspide donde sentí la entrepierna de mi honey rozarme, no fué el quien me detuvo, más bien fui yo misma,pues me di cuenta de que su piel no era la piel de mi chico moreno, no, no lo sería jamás. Mi rubio estaba al limite, de hecho sé que me deseaba tanto como me amaba, no concientemente claro, el estaba bajo el influjo de la poción. Alex no chisto, no se quejo, lo entendió de hecho perfectamente. Mis ojos le suplicarón perdon cuando quizo besarme los labios una ultima vez y lo aleje pidiendole detener esto definitivamente por que "Me dolía la cabeza", aún si el sabía que, la verdadera razón era Jake Parrish, ese chico amigo de ambos del que el sabe perfectamente, siempre he estado enamorada.

-Perdoname My prince...yo..no puedo-

créo que le he dicho eso.

Lo he dejado en su casa de paso...me besa la comisura del labio antes de bajar y una lagrima se me escapa; lo que menos quiero es hacerle daño a Alex y por eso tengo que encontrar la cura para esa cosa tán horrible que se ha bebido. Yo no podría aprovecharme nunca de mi mejor amigo.

Una vez que llego a casa y aparco el automovil, el ama de lalves abre la puerta y entro sin saludar, con las lagrimas aún en los ojos y la nariz roja. Ella piensa que vengo ebria como otras veces. Le aviento el bolso al suelo, las llaves a otro lado y subo las escaleras corriendo, lo más rapida que me dejan los tacones. Nadie se atreve a preguntar que ha sido de mi, como siempre, temiendo a mi genio del demonio y a perder su empleo que tanto les ha costado mantener.

Una vez en la habitación azoto la puerta y cierro con llave. Mi cuerpo se deshace de los tacones aventandolos al limbo y me dirijo por inercia a la regadera donde me meto con todo y ropa.

He perdido la cuenta de cuanto tiempo me he quedado ahi..hasta que me canso de llorar, como no lo había hecho en mucho tiempo. Me voy deshaciendo poco a poco de la pesada ropa mojada y me quedo desnuda ahi, unos momentos más. Me lavo los cabellos que se perfuman con el shampoo a manzana y pronto el vapor ha llenado el cuarto de baño. Cierro la regadera, esa que no uso jamás...o más bien casi nunca, por que siempre prefiero la bañera.

Mi cuerpo se mantiene ahi, y salgo a los momentos,como un zombie que apenas y se sostiene, mientras reflexiono de los recuerdos de la noche. Acaricio el pantalón de la pijama en el taburete y me coloco con cuidado por sobre la piel, sin ropa interior debajo, luego una blusa de tirantes. Mi pelo va suelto.

Me miro en el espejo antes de salir del baño; parezco una enferma, con los ojos hinchados y la piel palida. No me importa, solo voy hacia la cama y me tumbo sobre ella....mirando el techo por más tiempo del debido hasta que, no se en que momento me quedo dormida...o eso me parece.

Y durante sueños, Jake visita mi mente de nuevo, la invade con palabras toscas y su piel bajo los cabellos oscuros, mirandome con sus ojos grisaceos, seductores. Me atrapa y no se por que forma o motivo, pero las siguientes escenas se remontan a cuando lo conocí...a nuestro primer beso...a cuando me enamore de el.

Mi corazón late fuertemente....mis labios se humedecen y entre sueños pronuncio su nombre hasta que el sueño se va a a la regadera...si..aquella vez en su casa.

Mi mano se dirige a mi pecho primero...lo acaricio con suavidad, con alevosia tal que me cuesta detenerme, aún cuando siento el pezon que se marca por la tela y me obliga entre mi excitación a ir bajando mi mano hacia el elastico del pantalón, entrar y dirijirse a mi parte más intima.

En cuanto mi primer dedo hace contacto me da un toque, un shock electrificante que me despierta por completo.

Ya no estoy dormida...lo sé. El recuerdo sin embargo me mantiene cautiva, embelezada y emocionada. No puedo detenerme...lo siento como si de verdad estuviese ahi, diciendome lo bella que le parezco, entrando y saliendo de mi, acariciandome la piel con sus labios fieros.

Los gemidos se me escapan...los quejidos...el deseo...

No quiero dejar de soñarlo, no quiero dejar de pensarlo mientras mis ojos se entre cierran y mi mano sigue haciendo de las suyas...y de pronto...

De pronto se me figura verlo y escucharlo gemir...y me siento decepcionada de mi misma por que se que lo estoy soñando, pero eso me excita mas el hecho de imaginar que me esta mirando mientras me toco pensando en el y no me detengo, más aún me mantengo donde mismo...o eso créo hasta que lo siento sentarse sobre mi cama. Entonces me detengo por que no encaja que sea un espectro...y voy poniendo quietas mis manos donde estan...no puedo creer que de verdad este ahi....No me sonrojo...pero no em siento tranquila mucho menos,

No hablo, me mantengo respirando agitada y mirandolo...como esperando que solo sea un espectro y que todo sea causa de mi imaginacion, de mi corazón que lo extraña....pero sobre todo, que si en verdad es el, no sepa que es por el que muero de deseo esa noche, sola en mi cama.
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Mensaje por Jake Parrish Vie Oct 19, 2012 1:20 am

No sé que es lo que pasa en esos segundos en que los dos nos quedamos mirandonos sin decir nada, pero por algún tipo de acuerdo tácito o simplemente porque los dos nos damos cuenta de que si alguien habla acabaremos discutiendo una vez más, ambos mentenemos el silencio, segundos eternos. Y me doy cuenta de algo, de que no estoy enfadado. Y ya no me siento inseguro ni aterrado, una sola mirada a esos ojos suyos, cristalinos y sinceros, ha curado mi interior. Me siento triste, eso si.

Y mientras juego un momento con mis labios, sin perderla de vista, entiendo que reclamarle no va a hacerme sentir mejor, ni menos triste. Pero quizá haya algo que si puedo hacer para remediarlo.

No sé porque calla ella. Pero me mira con los ojos brillantes y agrandados y no parece dispuesta a echarme, tampoco hay rictus alguno de enojo en su rostro, parece calmada, expectante. Apoyo la mano en la colcha, inclinandome un poco hacía ella, por comodidad, y ella retiene el aliento sin dejar de mirarme. Bajo la vista entonces, miro mi mano un segundo y me completo de nuevo en su mirada.

Me paso la punta de la lengua entre los labios, me centro en los suyos un instante y desplazo la mano por sobre la colcha buscando su cuerpo. Le acaricio la pierna a lo largo y cuando no protesta la subo por su cadera, acaricio su muñeca, que reposa sobre su vientre, y bajo por ese brazo extendido, buscando unir mi mano a la suya entre sus muslos.

Le retengo la mano primero, apretandola, como indicandole asi que su tarea ha concluido. Ahora me toca a mi. Y la retira, sólo un poco, lo suficiente para dejarme espacio. Acaricio con un dedo a lo largo el hueco entre sus piernas, entiendo por la forma en que expulsa el aire que me queda poco por hacer. Serio, sin sonreir en ningún momento, asiento con mis ojos aún clavados en los suyos, e introduzco mi mano en el hueco de sus muslos de forma que la palma repose en su hinchados labios, el dedo corazón se introduzca en su interior y el pulgar pueda acariciarla. Se retuerce, alza las caderas y gime. Yo sólo sigo viendola. Cuando se semi incopora con cuidado de que no salga de ella y se acerca a mi, reclinandose hacia delante no busca mis labios. Sólo apoya su cabeza en mi hombro, y siento que está bien asi. Le paso el otro brazo por la espalda, aferrandola con fuerza y dejo que el sonido de su placer en mis oidos y las contracciones de su pelvis sobre mi mano me devuelvan la paz.

Cuando termina me abraza con ambos brazos, yo suspiro y agacho la cabeza para apoyar mi barbilla sobre su pelo. Seguimos en silencio. A los pocos minutos ella se echa ligeramente hacia atrás, sólo para mirarme. Baja una mano de mi cintura a mi ombligo y prueba a bajar algo más. Sin duda porque ha notado mi erección. Le cojo la mano por la muñeca, con tranquilidad, acaricio sus dedos con los mios sin perder de vista sus ojos, y sonrio quedamente apartando la mano de mi.

- Deja que me quede.

Pido, tan sólo. No dice que si ni que no, pero me tomo el hecho de que se aparte un poco dejandome sitio como un si y me saco la camiseta por encima de la cabeza, perdiendola de vista lo justo. Me quito los pantalones sin darle la espalda y retiro los zapatos. Me recuesto a su lado, de frente, estiro el brazo por encima de la almohada para acariciarle el pelo y luego tiro de su cadera para acoplarla a mi cuerpo, cerrando los ojos en cuanto su calor me templa. Ella pasa sus brazos por mi cintura y apoya su cabeza en mi pecho. Yo me tranquilizo, me relajo, y me doy cuenta de que tenía demasiada tensión acumulada en el cuerpo cuando esta desaparece. No le doy las buenas noches. Sólo me duermo. Con mis brazos ferreamente amoldados a su cuerpo.
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Mensaje por Vanesa Cabot Vie Oct 19, 2012 1:49 am

Esta ahi mirandome. Me convenzo a mi misma de que es real cuando apoya la mano y mi aliento se detiene por instantes, para continuar; cuando se acerca me tenso de nuevo y me convenzo de que....no hay nada más bello en el mundo que sus ojos grises reflejando el azul de los mios.

Su lengua pasandose descarada por entre sus labios, sus ojos mirando mi boca con un deseo incontenible de arrebatarme la paz a besos y su mano, que tantea por sobre la tela y busca mi piel. Cierro un momento los ojos y suspiro mientras el por fin encuentra mi pierna y se pasea sin pedir permiso, aún si el sabe que no lo necesita, ni por educación trata de pedirlo. Sube por el largo hasta que roza la cadera y suspiro. no estoy segura de querer acostarme con el esta noche, pero estoy segura de que el solo hecho de verlo ahi, conmigo, me puede hacer el mundo.

Su mano es como exploradora en terreno abierto, se mueve imprecisa y termina por amoldarse, con algo de cautela, a la mia, que aún esta hundida entre mi intimidad y la salida al mundo. Respiro hondo, nerviosa, aún si no debería estarlo por qué no tengo de que; me siento con pena conmigo misma y lo que sucede entre nosotros y no por qué sea virgen, que de eso no tengo ya nada, ni la garganta. Mis ojos lo admiran, el retiene mi mano, la aprieta con poca fuerza, la necesaria para no hacerme daño pero para que la note y entiende que debo retirarla.

Mis ojos lo admiran de nuevo y los cierro por instantes mientras muevo mi mano de mi cuerpo, dandole espacio a el...a su deseo y el mio que es uno solo.

Su mano esta cálida y es más grande qué la mía. Cuando su dedo se desliza por la cavidad ya humedecida, mi gemido no espera y mi espalda se arquea nuevamente a la mera reacción de su toque. Le observo temblandome las pupilas dentro de la cavidad de los ojos, el esta serio y mirandome fijo. Afirma solo con la mirada antes de dejar entrar por entero su dedo corazón; el pulgar y la mano hacen el resto por las afueras.

Un gemido de nuevo, mi espalda arqueada y mi piel que responde a su sola presencia; me recorre una mezcla de placer y desesperación por la espina dorsal. Mis ojos se entrecierran y mis labios se mojan. Yo lo necesitaba a mi lado y el lo sabe, no puedo ocultarselo cuando me mira tán fijamente y, cuando lo hace, me embelezo de el y solo de el...y le pertenezco mientras con su mano me hace suya.

Jake no es solo sexo, no es dinero, no es palabras bellas, ni un rostro apuesto...simplemente, es lo que hace que mi corazón lata y se detenga al mismo tiempo.

Estoy por venirme y no puedo detenerme, totalmente asombrada de cuan rapido ha conseguido llevarme a alcanzar el climax, por que solo el puede lograrlo de esa forma y..con un solo dedo.

Me inclino hacia el, sin dejarlo salir de mi, pero sin besarlo. Me cubro el rostro con su hombro y el se mantiene hasta al fondo de mi, justo cuando el orgasmo se hace presente. Entonces me abraza escondiendo su rostro entre mis cabellos perfumados, mientras tiemblo indefensa en sus brazos. Y lo bendigo aún si no le digo nada.

Silencio...

Y poco a poco pasa el tiempo.Pronto siento su entrepierna rozarme, notablemente crecida.

Me repongo con calma y me inclino levemente hacia atras, suave, solo para mirarle fijamente y saber que esta mirandome tambien. Solo encontrar su mirada de nuevo hace que me recorra un escalofrío. Y caigo en la cuenta de que quizas el quiera algo mas fuerte de lo que yo necesito esta noche, para probar que sigo aqui esperando por el. Bajo mi mano por su abdomen, por su ombligo, mirandolo mientras quiero llegar a dale el mismo placer que el me dio. Me detiene sin embargo a medio camino y...habla con una sonrisa jovial.

"Deja que me quede" dice, justo antes de que yo se lo pidiera.

No respondo, solo me acomodo. No sonrío, no hago gestos ni hablo, pero el sabe cual es mi respuesta.

Se desnuda y toma lugar a mi costado, de frente a mi. Me acaricia los cabellos que se planchan sobre la almohada y luego me toma la cadera acercandome a el de forma que quedamos pegados. Su piel fresca me provoca un escalofrío placentero. Entreabro los labios para emitir una leve respiración.

Me paso los brazos por su cintura y lo atraigo aun mas, fusionandome la piel del rostro con la de su pecho y respirando su aroma.

Cuando menos lo espero el ha perdido la conciencia profundamente dormido entre mis brazos. Alzo la mirada para mirarle el rostro lo más que puedo y sonrio. Le beso el cuello antes de quedarme asi abrazad a elpor mucho tiempo, acariciandole el pecho hasta que...el sueño es tambien algo que compartimos.
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Mensaje por Jake Parrish Sáb Oct 20, 2012 2:38 am

Cuando recobro la consciencia a la mañana siguiente lo primero que noto es la brisa helandome la espalda, recuerdo que no me cubrí cuando acabé tumbado en su cama la noche anterior, y por lo visto, tampoco sentí la necesidad de hacerlo mientras dormía. No recuerdo haber soñado. He dormido de un tirón como hacía tiempo no me pasaba. Si he despertado ahora es por un dedo inquisidor que se clava reiteradamente en mi pecho. No sé cual es el empeño. Abro los ojos, entonces, bostezando ligeramente. No nos hemos movido mucho en esa madrugada, por lo que aprecio seguimos casi en el mismo punto de la cama y exactamente en la misma postura. Sigue entre mis brazos. Ladeo el cuello para mirarla y alzo una ceja interrogativa. Sigue presionandome con el dedo a toques, y no sé si comprueba que sigo vivo o qué...

No digo nada tampoco, por motivos bien distintos a la noche anterior. Sólo agarro su dedo entre los mios, cerrando el puño alrededor y le muerdo la yema por haberme despertado. Se muerde el labio, me mira y me pongo serio. Algo se le pasa por la cabeza, algo no va bien.

Dice algo absurdo, sobre el motivo por el que aún no la he besado. Y sonrio, no sé si divertido o rechazando la preocupación. Extiendo el brazo, girando mi cuerpo para apoyar el dorso sobre la cama y elavarme un poco, lo bastante para cogerle el cuello con la mano y me inclino hacia ella, apoderandome de sus labios.

- Ridiculo...jamás dejaré de besarte...

Y como para dejarlo claro giro sobre ella aprisionandola entre mi cuerpo y la cama, sin parar de besarla. Apenas bajo a su cuello, empero, se escuchan pasos y una voz que la llama a gritos. No sé quién es pero no me apetece nada marcharme, mucho menos dejar lo que estaba empezando. Pero ella me dice que me esconda y obedezco. Recojo la ropa tirada a los pies y los apatos y salgo por donde he entrado, bajando por el enrejado. Cuando salto el muro de vuelta empiezo a vestirme del otro lado. Aún me estoy poniendo los zapatos cuando paso por la berlinga, el guarda me hace un gesto de negación, yo sólo le sonrio y me encojo de hombros. Creo que estamos llegando a algún tipo de entendimiento. Miro el relog, es temprano, aún me da tiempo a ir a casa, desayunar, cambiarme y volver a buscarla.

Un poco justo. Cuando vuelvo a por ella ya ha salido, extrañamente el guardia me dice que ha decidido caminar, lo que casi me provoca una ulcera. Tiene que estar enferma...le pregunto por donde y avanzo en post de ella. LLego a tiempo para rescatarla de una alcantarilla que se ha comido su tacón de aguja. Le poso una mano en la cintura y se gira sobresaltada. Me mira como si no debiese estar alli.

- Vas a pedir una orden de alejamiento, ¿verdad?- pregunto con sarcasmo. La verdad es que podría.
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Mensaje por Vanesa Cabot Sáb Oct 20, 2012 3:05 am

Hemos dormido juntos. El solo pensarlo se describe en palabras mucho mejores que "Perfecto" ó "Maravilloso". El día que descubra algo que pueda describir exactamente lo que he sentido esa noche entre sus brazos, juro que haré mi mayor esfuerzo para llevarme mejor con los libros y, escribiré uno.

Me despierto primero que el, justo cuando el primer rayo de sol me da por la ventana en la espalda, quemandome suavemente la piel, de forma placentera. Abro los ojos suavemente solo para asegurarme de que sigue dormido. Me sonrio para mi misma y los cierro, casi de inmediato.

No me muevo y respiro ese aroma tán caracteristico suyo. Juró que nunca el sudor de un hombre me había parecido buen arma hasta que el apareció en mi vida. No explicaré a que huele, pero seguramente soy a la única que le parece el mejor perfume del universo. Sonrio de nuevo, para mi misma, con los parpados bien cerrados y luego, juegueteo con mi mano en su pecho. Primero son todos mis dedos acariciandolo a palma abiert y luego, solo mi dedo corazón que le pica por entre el pecho y la costilla una y otra vez para hacerlo revivir.

Poco despues bosteza y se mueve un poco, pero no dice nada. Créo que piensa que hasta en mis sueños lo maltrato, pero no le doy a entender que estoy despierta hasta que toma mi dedo con su puño cerrado en un toque bastante amable y luego, muerde la llema con seducción. Me muerdo los labios ahogando la alegría, pero fingiendo una molestia indebida, casi más parecida a una mueca depresiva.

-Discutimos...Vienes a mi cama sin hablar...te quitas la ropa...duermes conmigo y a la mañana siguiente te pones de emo nuevamente y decides que no volverás a besarme jamás por que no me mereces o algo asi...si eso es no tener cabeza...-

Y de pronto abro los ojos al sentir como se mueve;Río suavemente, se pone sobre mi cuerpo apoderandose de mi nuca, por debajo de mi cuello y entre el cabello su mano. Sonrio seductora mirandole, abriendo los ojos para reflejarlo totalmente con el azul de los mios. Y me besa, mientras cierro mis ojos de nuevo disfrutandole en todo instante. Luego culmina con aquella frase y mi corazón late de nuevo.

Entonces unos gritos nos alertan, es la voz de mi madre, la reconocería a veinte millas ó más. Lo alejo suavemente, lucho por hacerlo y el se rehusa. Termino por empujarlo con suavidad.

-tienes que esconderte-

suplico, pero el esta entretenido en mi cuello, solo sé que si mi madre encuentra a Jake aqui, seguro lo manda a la carcel.

-entiende...escondete por favor..-

Toma la ropa y yo me acerco a la puerta que tiene llave. Mi madre llama por mi nombre desde afuera. Para cuando volteo Jake ya no esta en la habitación. Suspiro y abro la puerta. Entonces mi madre habla de Alex...dice que esta abajo, que ha venido por mi y que me espera. Le suplico que le diga que me he ido temprano y mi madre me da un sermón. No puedo irme con el hoy, sé que eso no terminará bien. Entonces me amenaza y dice algo sobre decirle que me he ido y que yo abre de ir a pie.Luego azota la puerta y se va.

Respiro hondo y me vuelvo buscando a Jake...es en vano, se ha ido.

El cambio de ropa es rapido, lo dificil es el arreglo y acomodarme el cabello con la plancha. Pienso sin embargo que caminar con tacones no va a ser sencillo.

Una hora y media despues, mi madre ha cumplido su promesa. No hay una sola llave de auto y, yo no ire en taxi a las clases. Así que, orgullosa como soy, salgo de casa caminando a dificil paso. El portero se despide de mi angustiado. Pero solo yo sé que ir con ALex no es una buena idea y..mis motivos los tengo despues de lo que casi sucede anoche.

Ya buscaré la forma de evitarlo en clase hasta que le pregunte a Jake como deshacer los efectos de la poción.

Llevo ya varias cuadras cuando mi tacón se atasca en la alcantarilla esa y, hubiese caido de no ser por los brazos fuertes y ahora con olor a jabón de un hombre.Unos brazos que reconozco perfectamente. Lo miro incredula mientras me ayuda a liberar el tacón. Me mira y habla, entonces sonrio.

-Lo pense seriamente...pero créo que los policias perderían demasiado tiempo contigo...digo, siempre encontrarías la manera de colarte-

Miro a mi alrrededor, paranóica, como temiendo que en cualquier instante Alex nos busque en el auto, despues de todo cuando llegue a clases y se de cuenta que no estoy volverá a buscarme.Luego, lo miro a el.

-Me he quedado sin auto...he caminado solo cuatro cuadras y ya no soporto los pies-

Se sonrie, se burla y le pego con la mano en el pecho con una sonrisa suave.

-Ahora dime...¿que hago para devolver a mi rubio a su estado Best friend forever On-





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Mensaje por Jake Parrish Sáb Oct 20, 2012 3:27 am

No está enfadada, fue sólo una impresión, recupero la sonrisa en cuanto me contesta con una mezcla de humor negro y sarcasmo. Entiendo que no va a preguntarme porque estoy alli y lo agradezco de verás, no sabría que contestarle. Creo que simplemente no podía mantenerme alejado esta mañana.

Miro sus pies cuando los mienta y me rio de ella por quejarse de un paseo tan breve. Ha conseguido sacar el tacón del agujero pero este ahora parece haberse torcido.

- ¿quién hace esos zapatos?- pregunto- porqu eno parecen muy firmes...¿estás segura de que no son decorativos?...

Me pega con la palma en el pecho y solo consigue que deje de mirar sus pies, la mire a ella y me ria más.

- No estás hecha para caminar, ¿verdad niña?...

Pero dejo de reirme cuando me recuerda el fregado de ayer. Suspiro y lo pienso un instante. Lo cierto es que no estoy muy seguro de lo que hay que hacer. Parece que cada vez que intento ayudar en el caso de esos dos me sale el tiro por la culata o peor.

- ¿Seguro que quieres que vuelva a su estado original?- inquiero con algo de inquina, porque no sería yo si no lo hiciese- parecía gustarte su nuevo estado ayer...al menos es lo que te empeñaste en hacernos creer...

Me muerdo el labio, porque ha sonado a reproche y no quiero reprocharle nada. He olvidado el enfado en cuanto comprendí que si no estaba con él solo podía ser porque quería estar conmigo.

- No sé cómo devolverlo al estado original...tengo que buscar la forma...- respondo cuidando las palabras, y luego miro alrededor y le digo- quedate aqui, iré a por la moto y vuelvo a buscarte...

Cuando voy a doblar la esquina a la que he llegado corriendo me giro un momento para indicarle con dedo en alto:

- no te muevas¡

Y me doy toda la prisa que puedo en llegar a mi propia casa, coger la moto y volver a por ella. Está fumando cuando llego, sentada en la acera como si esta le ofendiese al no proporcionarle un cojin o algo. Me rio de nuevo y apoyo los pies en el suelo, a ambos lados, parando la máquina. Le tiendo un caso y le hago una seña con la cabeza para invitarla a subir. Cuando arranco, con sus brazos en mi cintura, tomo un camino diferente y ella pregunta a donde vamos.

- No quiero compartirte esta mañana- confirmo, escueto, y respondo una vez más cuando me recuerda que no puedo faltar sin motivo, me juego mucho- esta vez está justificado...tengo una emergencia biologica...a mi sirena le duelen los pies...
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Mensaje por Vanesa Cabot Sáb Oct 20, 2012 3:50 am

Ha recibido el golpe en el pecho de forma justificada claro, se lo he dado cuando se ha referido a mis prada como si se tratara de un jarrón ornamental para la sala de una anciana que solo piensa en lo que se ve y no se ve bien en un chalet de muebles cortesanos y alfombras de Mink. Sonrío negando, no puede decir que no lo merece.

Luego me pregunta que si estoy hecha para caminar y me burlo con una ceja alzada como preguntando sin hablar, si eso no es más que solo obvio. Se sonrie y me roba mi sonrisa tambien, créo que me siento toalmente agusto si la broma viene de su parte y, ahora que lo pienso, es ridiculo traer tacones, sobre todo si iba a venir caminando. Tiene lógica que no pueda moverme, sobre todo por tantas cuadras.

Suspira sin embargo cuando el nombre de Alex sale a conversación.Entiendo que no le agrade demasiado, de hecho, a mi tampoco me cae muy bien Lexi despues de la noche anterior y es que, si ambos teníamos la duda sobre si alguna vez podría pasar algo más con ellos, lo descubrimos anoche y...bueno, aún si se que Alex en realidad no esta enamorado de mi, acabo de descubrir los sentimientos verdaderos de Lexi hacia Jake. Sobra decir que no me agradan.

Jake no ayuda. Cuando me cuestiona sobre Alex y su estado , sobre mi petición más bien, lo hace de una forma tán molesta que hasta parece más reproche que verdadera duda. Me quedo callada, cosa rara en mi, y, es que, no imagino que poder responderle. Ha cierto grado, tiene justificados sus celos y, si yo hablara, terminaría tachando a cierta embarazada de puta y volvería a poner en duda lo de su embarazo, tal cual lo hize anoche.

Se muerde el labio, lo observo y me distrae por momentos.

No quiero ni pensar en una traición de parte de ambos, asi que estoy por hablar cuando el interrumpe, gracias al cielo y, omito mis pensamientos. Luego confiesa que no sabe como arreglar aquello y emito un suspiro. Parece que tendre que mantener a mi rubio apartadito por un tiempo, antes que terminemos enrredados.

De pronto habla de nuevo y dice que traera la moto. Sí, su moto. Mi emoción no se contiene cuando lo propone y no por que me vaya a llevar en ella sino por que, no habre de caminar.

Me pide que me quede y sale corriendo. Se detiene en la esquina y su frase me roba una risa.

Pasa unos momentos hasta que me canso de estar parada y mi unico asiento es el asfalto.

Lo veo venir casi 8 minutos despues, sonrio cuando ya esta cerca y me observa como una reliquia. Luego subo con el y me coloco el casco. Cuando me abrazo a su cuerpo desde atras aprovecho para la broma.

-¿que?...¿nunca habias visto a una chica rica sentada en la calle?...Hey..necesitas ir más seguido a las horas de salida de los bares de la "gente con clase"-

Se ríe, me abrazo amás fuerte y el arranca.

No tardo mucho en darme cuenta de que no vamos hacia la escuela.

-Oye..el camino a las clases era dos calles atras..¿a donde vmos exactamente?-

mi tono es inquisidor, seductor y bromista.Dice que no quiere compartirme y confirma mi temor.

-Jake....sabes que no puedes darte el lujo de faltar a clases..-

y no quiero que lo haga..hasta que habla y su chiste me roba la risa de nuevo, y me abrazo mas fuerte, recargando mi mejilla en su espalda, ladeando el rostro.

-cierto...por que..cuando las sirenas salen del agua, les salen piernas-

Y recuerdo a su abuelo. La sensación calida en mi interior es algo nuevo, muy familiar. Muy lejano de la pasión y los sentires de placer. Me siento plena.

-Entonces..deberías llevarme a la playa para...tu sabes...recuperar mi cola-

y tras el susurro me divierto. Siempre es una aventura estar a su lado.
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Mensaje por Jake Parrish Sáb Ene 26, 2013 8:31 pm

- ¿A la playa?- si giro el cuello un poco hacía ella, pero sin perder de vista la carretera. No era esa mi intención, pero esta mañana estoy dispuesto a ser cooperativo- sea, pues- confirmo tomando la desviación a la carretera del oeste- no te preocupes por mis notas, he tenido una charla muy productiva con el dire hace unos dias, al parecer ha hablado con mi jefe, ahora me considera un chico de lo más responsable- sonrio, dando a entender lo absurdo que me parece eso.

A medida que nos acercamos a la costa el paisaje cambia y la carretera se hace angosta, podría haber escogido la vía de tres canales para las playas principales, pero esas siempre están abarrotadas, un montón de adolescentes a los que no les preocupa ser vistos, y mucho menos dar explicaciones del por qué no están en clase, se dedican a ponerse morenos y poco más en horas lectivas en cualquiera de ellas, y a lucir sus deportivos ellos, y sus modelos de bikini ellas. Demasiada gente para mi gusto. Por suerte, la costa está plagada de calas con mucha menos demanda. La arena no es tan blanca, ni el agua tan calma, pero las olas rompiendo en el litoral de rocas puntiagudas va mucho más con mi caracter y la arena me gusta lo mismo blanca o de cualquier otra color, es decir, nada. Odio la arena. Pero me gusta el agua.

- No necesitas cola, pero si tirar esos zapatos.

A los lados ya sólo arbustos bajos, viñedos trabajados y una valla de vez en cuando, de esas que esconden grandes casas de campo y chalets que sólo se usan en verano. La linea del litoral, sin embargo, aún parece bien lejana, en linea recta, por donde la vista alcanza el horizonte.

- No me gustan las chicas ricas, y tampoco los bares de moda...con una sola excepción.

Ahora que estoy aparcando y dejo que el peso de la moto parada descargue en mis piernas antes de que ella se baje pienso que no estuve muy despierto al traerla hasta aqui, porque para bajar a la playa tendremos que recorrer unos cuarenta metros cuesta abajo y la chica sigue con esos zapatos. Tras bajar y sacarme la cazadora para dejarla en la alforja de la burra le miro los pies y pregunto.

- ¿Te llevo a cuestas o me demuestras que puedes ensuciarte un poco?
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Mensaje por Vanesa Cabot Mar Feb 05, 2013 10:08 pm

La sola sensación de que estoy haciendo algo prohibido y diferente a lo planeado me puede. Sé que si mi madre se enterará probablemente se diera golpes de pecho y me intentaría excomulgar, pero como es evidente nunca va a notar el mundo en el que vivo y a mi, no me desagrada en absoluto el hecho de fugarme para estar con el chico que me tiene en evidente situación de locura y una extraña sensación en el estomago cada que viene cerca, conmigo.

Mi cabello se ha hecho un revoltijo con el viento, pero más que ser una sensación frustrante, es armoniosa, pues, con el ondeo, me siento libre, como si fuese mi bandera. Jake se mantiene aferrado a la moto y maneja, con una velocidad tál que parece que si intenta frenar ambos nos partiremos la cara. Mi mirada intenta ponerse al frente, pero el viento, una y otra vez, me hace desviar el rostro para quebrar la brisa, por que me hace llorar los ojos con la rafaga furiosa.

Mis brazos atados a su cintura y su pecho. Apenas me he dado cuenta de cuánto más marcado se me hace estos ultimos días y de lo mucho que me gusta sentir su cuerpo, no solo en el sentido sexual, sino tambien en algo más espiritual, por muy extraño que parezca.

Sonrío sin reir, ante la referencia de tirar los zapatos. No digo nada, por qué en algo tiene razón, digo, no debí traerlos para salir aquí, pero lo cierto es qué, no tenía idea de qué me iría de pinta, e ir a la clase sin mi estilo, no es una opción. La carretera que se va quedando con el acelerar de la moto, parece decirnos adios y a la vez, darnos la bienvenida. Solo véo la linea amarilla que parece líquido corriendo. Me causa gracia y un extraño mareo. Cierro los ojos y me recargo con la mejilla en la espalda de aquel por quien no debería sentir nada...por el que aún me pregunto si es posible el sentimiento que me ha hecho nacer. Algo más que solo una necesidad constante de el y todo lo que eso implica. Tiene un aroma a jabón y sal algo fuerte. Me gusta.

Se detiene y abro mis ojos. Es el sonido de las gaviotas al aire y las olas quebrando en las rocas, lo qué me deja claro que estamos solos, solos para disfrutar el día. Sonrío cuando mi cuerpo elevado por los tacones asoma la nariz para ver la distancia entre nosotros y el mar. Jake me habla y me parece todo un reto. Sonrío y me quito los tacones, apoyandome en su hombro para no caer. Los deposito justo a un costado de la moto, sin importarme lo que les suceda. Entonces me doy cuenta de que, jamás me había visto en estatura común frente a Parrish. Sonrío por que, mi cabeza llega a su nariz. Soy baja y es un encanto, por que es una de las máscaras que suelo quitarme con el.

No lo miro más, aún no quiero besarlo.

Hecho a caminar frente a el, como si no lo necesitara, aunque es evidente que lo hago. Unos pasos adelante, justo donde siento su mirada en mi, me semivuelvo, solo para sonreirle y extenderle mi mano.

-¿Vienes, o te llevo cargando?-



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Mensaje por Jake Parrish Mar Jul 24, 2018 8:29 pm

Seguro que sería digno de verse cómo me lleva cargando, pero no me molesto en contestarle, estoy ocupado viendo como echa a andar, descalza y con el aire de quién no tiene ninguna preocupación en el mundo. Hace tiempo hubiese jurado que así era, pero ahora la conozco mejor y entiendo un poco más como son en realidad las cosas. Me he quedado mirándola y la chica, que detecta que no me muevo, se para un instante para volver la vista atrás y reclamarme por la falta de cooperación. Le respondo frunciendo las cejas y los labios en un gesto que indica claramente que me gusta lo que veo y cuando ella sonríe echo a correr para alcanzarla. Vanesa suelta un gritito en cuanto lo hago y se da la vuelta para escaparse de mí, corriendo hacía la playa. La alcanzo por dos veces antes de pisar la arena, y las dos la agarro por la cintura para darle la vuelta y huyo de ella para dejar que me sobrepase luego.
No estamos lo que se dice preparados para un día de playa, por suerte tampoco es que el sol pegue de frente, está parcialmente nublado pero no hace frio. Es muy temprano de todas formas. La niña no parece preocupada por nada de eso. En cuanto sus pies tocan el suelo se deshace de la falda y recoloca la parte de arriba. Me deja pasmado que lo que hace un momento parecía un top banco ahora resulte una especie de camiseta de diseño.

- ¿Cómo haces eso?

Me mira sonriente y me responde algo como “la moda no tiene secretos para mí”, pero no se para lo suficiente como para que le conteste. No sé que está haciendo ahora, mientras me quito los zapatos y los calcetines, me lo aclara cuando se gira a mirarme con las manos en la cintura y me dice que la arena está aún húmeda y si pretendo que se tumbe tal cual. Por la miradita entiendo que lo que me está diciendo es que quiere mi camiseta. Me la quito y la arrugo en la mano antes de tirársela, para que pueda llegarle.

- La tuya también sirve, ¿sabes?

Me contesta algo como que la suya es edición exclusiva y paso de ella para adelantarme y sentarme a su lado. La chica se está acomodando también, pero le lleva mucho más tiempo. El tiempo pasa mientras charlamos de una cosa y de otra, nada importante, y el sol sale de entre las nubes y empieza a molestarme en los ojos. Somos como el día y la noche, la chica se estira a medida que el astro rey calienta más y emite soniditos de satisfacción mientras se tumba en la arena, yo empiezo a protestar buscando sombra, hasta que ella me reclama y yo le contesto escueto:

- No me gusta la playa.

“y para qué vienes?” ¿Tengo que contestar a eso? No lo hago, sólo le tiro arena con el pie y antes de que pueda responder me levanto y le indico que me voy al agua. Me saco los pantalones en la orilla y me adentro. En el agua sí estoy a gusto, así que se me pasa el tiempo entre que nado, buceo y hago el idiota o simplemente me quedo a remojo y echo un ojo a la playa, siempre al mismo punto, donde la chica morena que parece una diosa sigue tostándose al sol sin ningún complejo. Al mediodía ya estoy hecho una pasa y la chica se ha semi incorporado y está haciendo visera con la mano para ver dónde ando. Salgo para reunirme con ella y le pregunto si no se cuece. Afirma que la temperatura es ideal y yo sólo suelto un resoplido antes de volver a sentarme en la arena, a su vera. Se pone las gafas de sol, se anuda el pelo en una especie de moño despeinado y se quita la camiseta. No lleva sujetador. Sonrío, me mira como esperando algún tipo de reacción.

- No voy a quejarme.

Admito únicamente. Me dejo caer recostado hacía atrás y estiro el brazo para buscar su mano, pero no la cojo, me quedo acariciándola y jugando con sus dedos. He cerrado los ojos y Vanesa me está contando algunos cotilleos que le llegan por whassap. Me gusta escucharla, aunque me importe un bledo el contenido. Cambia de conversación poco después sólo para quejarse de que la arena está dura y ella nada cómoda. Quiere una toalla.

- La próxima vez, reina.

Contesto, abro un ojo y la veo inquieta, intentando encontrar una postura que le resulte cómoda. Me río de ella primero y luego le pido que se incorpore, cambio de posición cruzándome por debajo de ella y entiende el concepto porque se recuesta feliz con mi abdomen como almohada. Es ella la que estira el brazo hacía atrás ahora y apoyo el codo en la arena para tomarle la mano, entrelazando nuestros dedos y acariciando su dorso.

- ¿Es siempre así?

- ¿así cómo?- pregunto ladeando la cabeza para intentar verle la cara, aunque sea de lado.

- tan…-parece pensárselo- …relajado.

Está echando el cuello hacía atrás, entiendo que con la misma intención que yo antes. Le sonrío cuando lo consigue y me llevo su mano a la boca para darle un beso en los nudillos.

- ¿te refieres a un día de playa?-
la puteo, y ella responde girando la cabeza para morderme el trozo de piel que pilla a mano. No me hace daño- ¿o me estás preguntando cómo es salir con alguien?

Me repite aquello de “cuando yo hago una pregunta…” y yo me rio por su empeño, a lo que me protesta que me porte como una buena almohada y deje de reírme porque la muevo.

- niña, si quieres probarlo, dímelo…-
vuelvo a ladear la cabeza para ver qué ocurre cuando diga lo que voy a decir- yo estoy dispuesto.

La expresión plácida le cambia, mira hacia arriba, se muerde el labio por minutos enteros, yo sigo esperando a que responda, sé que lo hará, en algún momento. Se ha tomado su tiempo, pero luego gira el cuello hacía atrás y me dice:

- así está bien- y luego con miedo y buscando mis ojos- ¿no?

Le aprieto la mano y asiento levemente con la cabeza. Esperaba una respuesta parecida. No me molesta. No tengo prisa y sí motivos para no mezclarla en mi vida.

- estamos bien.

Le respondo para que acabe de creerme y vuelva a relajarse. Cosa que hace volviendo a mirar al frente y cruzando las piernas. Deja un pie en el aire y lo empieza a mover compasadamente, como quién sigue una melodía.

- Jake…- vuelve a decir.

- ¿si?- ya no la estoy mirando, he vuelto a cerrar los ojos.

- ¿podría contratarte de almohada?- escucho el tonillo divertido en su voz.

- siempre intentando convertirme en un asalariado al que puedas darle órdenes- protesto, comprendiendo la broma- no te saldrás con la tuya…

- ya me he salido- me responde retorciéndose para mirarme desde abajo- estás loco por mí

Me da la risa por la forma en que lo dice. Con convicción y algo de malicia.

- ¡Qué no te rías!

- ¡Pues no me hagas reír!

- ¡¿Acaso no es cierto?!


- No te tires tantas flores, ya estaba loco de antes, sólo he cambiado el origen de mi locura…

- ¿Soy el origen de tu locura?

Niego levemente con la cabeza por lo absurdo de la conversación, lo cual no impide que me encuentre la mar de a gusto.

- Volverías loco a cualquiera.

- No me has contestado.

- Hoy no tenemos ningún trato.

Me gruñe. Está tan graciosa arrugando la nariz e intentando que el sonido le salga más agresivo que me vuelve a dar la risa.

- No vales para lobo, habíamos quedado en que tú eras caperucita.

- Ya…- me contesta, y por la mordidita de labio y la expresión risueña sé, antes de que diga nada, que me va a soltar una colleja verbal- pero el lobo feroz no me come nada así que…

Del ataque de risa la niña acaba levantando la cabeza de mi cuerpo y aprovecha para darme una cachetada en el muslo, cosa que aprovecho para medio incorporarme también e inclinarme hacía ella para llegar a su boca. La beso sin prisa, durante un par de minutos, asegurándome de ser suave y de hacerlo muy muy lento. Me apoyo con la mano que hasta ahora cogía la suya en la arena y quedamos los dos sentados, casi encima del otro. Me separo para quedármela mirando y suelto a mi vez:

- ¿Siempre necesitas tanto mantenimiento?- comparándola con una moto, y ella se sonríe antes de contestar:

- Soy una máquina de competición, lo mejor que has tenido entre las piernas, necesito que me cuides, que compruebes el nivel de lubricante y me hagas el rodaje todos los días…

- Ya veo- sonrío y le aparto el pelo de la cara- creo que podré con ello.

- Más te vale…

Siempre amenazando, pienso un segundo, pero luego se me va la mente en cuanto levanta los brazos para rodearme el cuello y ya no me importa.

- Jake…

- ¿si?

Vuelve a morderse el labio. Esta vez me lo como antes de que conteste. Soltandola sólo después de habérselo lamido y sorbido.

- mmmm…-me suelta.

- ¿qué?- exijo yo una respuesta.

- ¿Nos bañamos?

En lugar de contestarle le digo “agarrate”, y me pongo primero de rodillas para luego cogerla de las caderas y subirla conmigo. Me la llevo en volandas y al ver que se ríe como una niña hago el tonto y le doy un par de vueltas antes de meterme en el agua con ella. La bajo cuando me llega por la cintura. Parece feliz, y yo no me canso de verla sonreír.

Nadamos, hacemos el idiota, nos salpicamos, jugamos a escaparnos el uno del otro y hasta la niña se pone a dar saltos y enseñarme a hacer yoga en el agua. Trago agua, mucha agua, mientras intento hacer eso del “arco”, pero ella se ríe cada vez así que lo sigo intentando hasta que se apiada de mí, colándose entre mis brazos cuando recupero la postura vertical. Los suyos vuelven a rodearme el cuello y sus dedos juegan con mi pelo mojado en la nuca.

- tienes los pezones helados-
le comento al notarlos cuando su cuerpo se pega el mío, y ella hace amago de apartarse mientras me lanza una mirada de mala leche, cosa que evito bajando mis manos para agarrarla firmemente por el trasero y aclaro- no tienes permiso para alejarte.

Me va a contestar algún improperio, lo sé, por eso la beso antes de que pueda emular palabra. Se le pasa en cuanto la amoldo un poco más a mí e introduzco la lengua. Noto como se relaja su cuerpo y sus manos me acarician de nuevo el pelo. No es un beso profundo, ni urgente, tan siquiera pasional, más bien una forma muy placentera de estar juntos. Cuando se separa para darme un beso en la mejilla y luego frotarse con ella, gira un poco el rostro y vuelve a darse un mordisquito, entorno los ojos en preaviso y me suelta un “podrías ayudarme a calentarlos”, a lo que respondo mordiéndome yo el inferior y negando levemente con la cabeza mientras suelto un ruidito por la nariz que suena como “uú”. Arruga la nariz y frunce la boca intentando parecer disgustada y yo vuelvo a besarla, muchos besos cortos y continuos.

- Tengo la boca ocupada- respondo en una pausa- y las manos se niegan a abandonar tu trasero.

Como para confirmarlo las meto por dentro de su braga, curiosamente hoy con tela en la parte de atrás. Me sigue besando, por un buen rato, y sólo después continua con la conversación:

- ¿sabes? Normalmente cuando libero a estas dos preciosidades suelen acaparar toda la atención…

- ¿sabes?- le contesto en el mismo tono de quién está impartiendo clase- algunos tíos son idiotas.
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Mensaje por Vanesa Cabot Lun Abr 15, 2019 1:05 am

¿Quien podría haber dicho que un día en la playa resultaría tan prometedor? Ni siquiera un viaje relajado a un crucero por el caribe podría traer los gratos ratos que estoy viviendo ahora al lado de Jake Parrish. Estamos entre las ondas del mar y el agua que se mueve con un vaivén casi religioso me provoca cierta sensación de masaje a la par que percibo esas manos en mi trasero, bajo la tela que de estar en tierra, estuviese empapada y transparentando los lindes curvos de su agarre. Tengo la ligera sospecha de que podría quedarme aquí por siempre sin quejarme, por que nunca me sentí tan convencida de algo. Me gusta como se refiere a mis preceptos al hablar y no lo contradigo cuando habla de los idiotas a mi alrrededor. No me alcanzan los dedos de mis manos para contar a los que evito de esa categoría.

No me esfuerzo en darle la razón, por que el sabe que la tiene. Ahí estamos, besándonos los labios a la luz del sol tremendo bajo el cielo azul y entre las aguas tibias. Si tengo los senos fríos es por la brisa que corre.No se como debería proseguir. Comúnmente ya tendría mis manos entre sus piernas y estaría buscando llevarlo al punto en el que hacemos lo que se tiene que hacer, nos reímos, se fuma un cigarro y cada cual a su casa. Pero no me complace la tipicidad.

Cierro un momento los ojos y disfruto de cada sensación que me regala. Quiero poder describir en entereza lo que pasa, pero no me alcanza el vocabulario para expresarlo. No podría definir esa caída extremadamente gloriosa en un abismo profundo del que no buscaría la forma de salir. Me estoy hundiendo y no quiero ir a la superficie.

Subo mis manos, le acaricio los cabellos y respiro profundo. El mar nunca olio tan bien. Mi lengua se enreda con la suya pero lejos de ser algo extremadamente morboso pasa a ser algo casi expiatorio. No, no puedo relevar este momento. Estoy segura de que nunca viví algo como esto.Cada momento, cada sensación con este hombre es superior a otra conocida. Quiero enredarme de el.

Bajo una de mis manos, le acaricio el pecho desnudo donde antes estuve recostada. Se siente firme, frío por la brisa y caliente al tacto. Es un completo choque térmico que resulta excitante. Quiero fundirme y a la vez, no detenernos. Estamos en una playa, a hora casi muerta, y estamos solos. Abro mis ojos y me lo encuentro mirándome. Lo ha pensado antes. Casi parece que puede leerme.

No mira mas allá de mis ojos, a pesar de tenerme delante, casi desnuda. ¿Que tiene Jake Parrish que lo vuelve tan complejo de descifrar? no quiero saber leerlo, pero se dentro de mi, que esto que me esta quemando es tan peligroso como la magia misma. Es...¿Acaso algo como amor? Me late el corazón pronto. No estoy segura aun de que pudiera atravesarme frente a un auto por el. ¿No es eso lo que dicen que hace el amor? mi mano esta bajando lenta. Ya ha llegado justo donde se podría pensar. Subo, delineo las marcas de su abdomen. He redefinido una pequeña cicatriz que tiene en el área de la pelvis. Nunca le he preguntado pero la he visto muchas veces cuando perdemos todo entre el sudor y los gemidos.

-¿Que estas mirando?...¿No te han enseñado que es de mala educación mirar mientras se besa?-  

Cuestiono casi ofendida, pero sabe que estoy tratando de romper mi propia tensión. ¿Será que sospecha lo que pienso? no parece amedrentado, tampoco busca disculparse.

-¿No has sido tu la que has dicho que ha que venido? miro el mar-

Quiero responderle que el mar esta rodeándonos, pero caigo en cuenta que me esta mirando los ojos y que mis ojos tienen cierto color que acaba de comparar. Me ha apretado algo en el pecho y estoy segura de que llevo los senos desnudos. Paso saliva. Vuelvo a besarle por que no se que decirle.

Es el quien para el beso. Soy yo la que lo jala un poco mas, mar adentro. El agua aquí esta mas tibia. Nos cubre peligrosamente hasta el pecho.No dice nada. Lo intenta. Lo acallo.

-Las sirenas suelen ahogar a los hombres....es inevitable que sientas la atracción hacia los cantos femeninos...eso dicen las historias-


me mira con una burla casi lacerante. No le causa gracia en verdad mi frase sino que lo detenga. Se siente tentado como yo.

-Nunca fui un buen marinero....y me manejo mejor en tierra...aqui estas en mi mundo-

aclara.

-Te equivocas por que de hecho...estamos en el mar-

acuso. Se sonríe. ¿Que le causa gracia?

-Pero tu no estas libre, si te tengo entre la red...¿Cual es tu afán de ganar siempre?-

Pronuncia recordandome sus manos. No esta consciente de cuanta verdad hay en sus palabras y yo quisiera volver a la orilla. Pero no me muevo.

Yo se que estamos dudando. Pero tambien se que ya no podemos quedarnos sin el otro. Ambos sabemos que no podemos y que lo queremos pero yo almenos, se que no quiero herirlo.

Miro detras. En verdad es alarmante lo mucho que nos hemos alejado  de la orilla. No obstante, no me siento preocupada y sin embargo, debería.

-Jake...Estamos en mar abierto...deberíamos...-

Una ola es la que nos sorprende y me aferro a el con cierto susto por la sorpresa.

Esta vez es el quien me besa de nuevo sin soltarme cuando el mar nos mueve y soy yo quien lo jala un poco cuando la ola nos cubre y hunde. Nada mejor de lo que pensé y me sostiene. Estamos flotando. Me aferro. Oh por favor no me sueltes.

No me muevo con vigor, de hecho es su agarre el que me pide calmarme y asi el mar, no nos arrastra con fiereza, sino que nos hunde un poco, pero en paz.

Es una sensación nueva...gloriosa.

El azul a nuestro alrrededor es inmenso, y estamos debajo, compartiendonos el aire mientras el agua nos rodea. Nuestras piernas se mueven apenas. Desde aqui todo parece apartarse.

Es la manera mas extraña en la que me han tocado el alma sin sentir exactamente la piel y yo soy, por primera vez...una sirena.
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