Mucha magia y poco charmed

El rubiales no parecía muy contento cuando apareció a las nueve en punto al día siguiente para recogerme. No es que yo estuviese tampoco echo unas castañuelas por tener que hacer de niñera, una vez más, y menos de un Ken resaborio. Pero si yo me jodo el nene tendrá que aguantar. Al menos no protesta demasiado cuando lo hago esperar para acabar de recoger la tienda y cerrar los sutidores. Lo miro de vez en cuando, apostando conmigo mentalmente para ver cuanto tiempo es capaz de dedicarle el muñequito animado a alguien como yo. Pero me decepciona, sigue martilleando el volante con los dedos en actitud intranquila, pero no se marcha. Poner la radio, cambia tres veces el dial, mira el móvil como cien veces y luego sigue martilleando. Sé que no lo hace por mi, pero me queda la duda de por quién lo hace. ¿ Por su amiga pensando que a ella le gustará que nos amiguemos? Se equivoca, claro, a Vanesa le da igual, de hecho no creo que le interese, prefiere verme a escondidas y no saludarme en público. No es que la culpe, no del todo..¿a su vecina-amiga-hermana-novia pensando que fue idea suya? Lo dudo también...quizá solo sea de esos que siempre obedecen ordenes o de aquellos que quieren quedar siempre bien aunque sea con personas que ni le van ni le vienen.

Sea como sea aqui está y no parece que vaya a irse. Una parte de mi esperaba que lo hiciese y asi no tener que dejar que me vean con él. Será que Cabot y yo nos parecemos más de lo que creemos. Algunos tenemos una reputación que mantener, pero nada...hoy tendré que pasearme del brazo del Ken...termino de currar quejandome mentalmente y me limpio la grasa de las manos antes de entrar a cambiarme dentro. Cuando salgo miro otra vez y negando con la cabeza me acerco al coche y lo repaso antes de subirme a él.

- ¿no tenias uno más discretito?- no es que no me guste el porche, al contrario, es una obra de arte, algo que dudo que el tipo que lo conduce pueda llegar a apreciar jamás, pero hoy preferiría ir en furgoneta y desde luego con capota, y si, cristales tintados. No tengo suerte.

- ¿vas a subir o pasamos la noche aqui?- me contesta con evidente mal humor.

Todo sea por el bien del circulo, pienso. Y recuerdo que yo lo metí en esto, lo recuerde o no, es en parte culpa mia. Me subo, acariciando la manilla al abrir la puerta y el rubio me decica una mirada entre incredula y resentida. CAmbio el dial de la radio solo para tocar los huevos y le indico a donde quiero ir. Me mira con una ceja alzada y me dice que él no frecuenta esa zona de la cuidad y menos deja a su bebe en una de esas calles. bufo, y me contengo de pegarle un sopapo, cierro los ojos, apretandolos y recuerdo que es necesario.

- no querrás que te vean conmigo en tu zona de la ciudad, ¿no?- pruebo, tanteando. no lo conozco lo bastante como para manipularlo con fácilidad pero se me da bien calar a la gente. Al parecer la primera opción es incorrecta, me contesta que se la suda y por el enfasis le creo, asi que cambio de táctica, por lo que vía ayer en la mente de la rubia pruebo con otra cosa- Laura me pidió que te enseñase otros ambientes...pero si no quieres...dice que deberías relacionarte con chicas más...liberales...a ver si aprender algo...

¡bingo¡ Se ha picado.

- ¿asi que eso dice Laura?- responde, y con un gesto de mosqueo arranca el coche y toma el camino que le he indicado en silencio.