Encuentros. Cap. 2. Alek y Leia.
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Encuentros. Cap. 2. Alek y Leia.
Al final, por mucho que me jodiese, debía darle las razón a mi hermano mayor, que siendo un capullo como era, al menos el noventa y nueve por ciento del tiempo y sobre todo con las mujeres, estabe en lo cierto al decir que no gabnaba nada lamentandome y que ya era hora de pasar página y olvidarse de lo que no puede ser, y si no puedes, dijo, al menos deja de lloriquear como una nena y haz algo. Casi no le había esuchado cuando me dió la charla, y lo cierto es que tampoco lo agradecí en el momento, pero ahora, tumbado sobre la cama hecha y repasando cómo una vez más cruzó por mi lado sin decirme ni hola y sólo una inclinación de cabeza indicaba que alguna vez me conoció, lo pensé mejor. Si lo pienso matematicamente lo cierto es que capullo o no a él le va mucho mejor. Quizá sea hora de hacerle un poco de caso.
Y cuando al día siguiente me siento en mi pupitre y ella llega a la puerta de la mano de su capitán, despidiendose delante de mis narices como si no importase, me decido y me giro hacía Ana, aceptando quedar con ella para estudiar esa tarde, algo que me había pedido ya hace una semana y a lo quye nunca le contesté. La chica me cae bien y hay que reconocer que es mona. Al menos es inteligente y normal no como la rubia que me ha llevado a casa Alex el otro día insistiendo en que era cosa hecha. Creo que a veces al pobre no le llega la sangre al cerebro. No llegué ni a verla, me negué en rotundo a salir de mi habitación para ir a conocer a una chica con la que seguro no tenía nada que ver.
Ana sonríe con dulzura, es algo que me gusta de ella y yo asiento porque está pidiendome los apuntes para ponerlos en común y sacar lo mejor de nosotros mismos. Le estoy entregando la libreta cuando Leia pasa por el medio, tirandomela al suelo. Espero que se pare a recogerla, la falta de educación nunca fue con ella, pero no lo hace y me agacho porque supongo que no se ha dado cuenta, pero al incorporarme y dejarla sobre la mano de ana la miro de refilón y alza las cejas con maldad. Creo que lo ha hecho a proposito...juro que ya no reconozco a esta chica...quizá así sea mejor, la que yo quería ya no existe, ahora puedo enterrarla y seguir adelante.
Y cuando al día siguiente me siento en mi pupitre y ella llega a la puerta de la mano de su capitán, despidiendose delante de mis narices como si no importase, me decido y me giro hacía Ana, aceptando quedar con ella para estudiar esa tarde, algo que me había pedido ya hace una semana y a lo quye nunca le contesté. La chica me cae bien y hay que reconocer que es mona. Al menos es inteligente y normal no como la rubia que me ha llevado a casa Alex el otro día insistiendo en que era cosa hecha. Creo que a veces al pobre no le llega la sangre al cerebro. No llegué ni a verla, me negué en rotundo a salir de mi habitación para ir a conocer a una chica con la que seguro no tenía nada que ver.
Ana sonríe con dulzura, es algo que me gusta de ella y yo asiento porque está pidiendome los apuntes para ponerlos en común y sacar lo mejor de nosotros mismos. Le estoy entregando la libreta cuando Leia pasa por el medio, tirandomela al suelo. Espero que se pare a recogerla, la falta de educación nunca fue con ella, pero no lo hace y me agacho porque supongo que no se ha dado cuenta, pero al incorporarme y dejarla sobre la mano de ana la miro de refilón y alza las cejas con maldad. Creo que lo ha hecho a proposito...juro que ya no reconozco a esta chica...quizá así sea mejor, la que yo quería ya no existe, ahora puedo enterrarla y seguir adelante.
Alek Kaiser- Mensajes : 51
Fecha de inscripción : 28/10/2011
Re: Encuentros. Cap. 2. Alek y Leia.
Al momento en que me levanto de la cama, miro el horario que está pegado en el espejo, lo más importante, era mantenerlo todo lleno, a rebozar, así no tenía la oportunidad de pensar en algo que no fuera lo que debía de hacer, inclusive había asignado el color azul a Jim. Estoy segura de que si llega a ver este horario, comenzara a hacerse preguntas como “¿Yo necesito que me asignes horas?” y no sería nada bonito tener que responder a eso. Me importa, realmente lo hace, pero el chico pasado había dejado grandes expectativas que cumplir a los que siguen en la línea. Y vuelvo a entretenerme con la ropa, un poco más de lo normal, esos jeans grises, con unas simples bailarinas y una blusa de cuello V, manga larga y rosada. Directamente para bajar a desayunar.
Habían pasado exactamente cinco días, después de que hayamos tenido la charla, aclaradora, en el cobertizo de mi presente novio, de ahí, bueno, no había cambiado nada, seguía sin dirigirle la palabra, y bueno, le echaba la culpa a las opiniones de Jim, de alguna forma se entero que había salido de la cabaña en compañía de Alek, y se había puesto de niño caprichoso que no recibe su dulce semanal, así que le dije que no debería de preocuparse por eso, que ya no me importaba nada. Aunque esto último, no sabía si era completamente verdad, fueron estos días, que ayudaron a despejarme la mente, saber que ya había pasado a la historia y que definitivamente toda mi atención estaría en Jim. No me molestaba verlo demasiado tiempo con Ana, claro que no, en realidad, creo que estaba un poco alegre, pero es que los cotilleos corren tan rápido que uno no sabe ni como tomarlo. ¿Qué salían? Bueno, las demás chicas se encargarían de confirmarlo.
Miércoles por la mañana, acabo de pasar a la oficina del director para dejar la última lista del último club organizado, para final del día, ya tendría que haber avisado también a los integrantes, así que era hora de ponerse en marcha, claro está, de la mano de mi perfecto capitán, el cual me deja en las escaleras y se va, ya que tiene clases en el primer piso. Enseguida de que cruzo el marco, me quedo en seco, Alek a lado de Ana, simplemente genial.
Pero recuérdalo Leia, tú has pasado de la “amistad” de Alek, así que no te queda ningún vinculo, sonrió más que nunca y saludo al profesor antes de encaminarme hacía el pasillo que divide a esos dos, por descuidado he chocado con la carpeta que pasaba Alek, aunque está claro que se me ha pasado la mano, no pienso retractarme, el no se ha retractado de nada, yo tampoco tengo porque. Así que cuando alcanzo la banca del final de la fila, tomo asiento, dejando mi carpeta sobre la mesilla y alzando las cejas hacía la mirada de Alek.
-Un descuidado-me encojo de hombros para quitarle importancia. Entonces llega Aline, sentándose frente a mí, parloteando acerca de que ha visto a Jim muy acaramelado, entonces hace una pregunta, que hace que quiera ahogarme con mi propia saliva.
-¿Ya se han...? Porque bueno, si lo haces esperar más, puede que alguien más quiera satisfacerlo, no es que diga que lo haya escuchado en el tocador, es simplemente lo que pasa con esos capitanes.Entonces ¿Qué tal?-
Me quedo en silencio unos segundos, preguntándome a mí misma, el porqué de que se tomara la confianza de hacer esa pregunta, ah claro, soy la mejor amiga de todas aquí. Sonrío con algo de pena, antes de inclinarme un poco hacía ella.
-Oh, no me gusta dar detalles-y soltar una risa tonta, genial Leia, estás perdiendo tu credibilidad. La clase da inicio, y por más que intento prestar la debida atención, el intercambio de palabras que se produce unas bancas mas por delante, me pone nerviosa, además de las constantes súplicas de Aline para que de detalles. ¿Detalles de que imbécil? Solo tengo 15 años.
Habían pasado exactamente cinco días, después de que hayamos tenido la charla, aclaradora, en el cobertizo de mi presente novio, de ahí, bueno, no había cambiado nada, seguía sin dirigirle la palabra, y bueno, le echaba la culpa a las opiniones de Jim, de alguna forma se entero que había salido de la cabaña en compañía de Alek, y se había puesto de niño caprichoso que no recibe su dulce semanal, así que le dije que no debería de preocuparse por eso, que ya no me importaba nada. Aunque esto último, no sabía si era completamente verdad, fueron estos días, que ayudaron a despejarme la mente, saber que ya había pasado a la historia y que definitivamente toda mi atención estaría en Jim. No me molestaba verlo demasiado tiempo con Ana, claro que no, en realidad, creo que estaba un poco alegre, pero es que los cotilleos corren tan rápido que uno no sabe ni como tomarlo. ¿Qué salían? Bueno, las demás chicas se encargarían de confirmarlo.
Miércoles por la mañana, acabo de pasar a la oficina del director para dejar la última lista del último club organizado, para final del día, ya tendría que haber avisado también a los integrantes, así que era hora de ponerse en marcha, claro está, de la mano de mi perfecto capitán, el cual me deja en las escaleras y se va, ya que tiene clases en el primer piso. Enseguida de que cruzo el marco, me quedo en seco, Alek a lado de Ana, simplemente genial.
Pero recuérdalo Leia, tú has pasado de la “amistad” de Alek, así que no te queda ningún vinculo, sonrió más que nunca y saludo al profesor antes de encaminarme hacía el pasillo que divide a esos dos, por descuidado he chocado con la carpeta que pasaba Alek, aunque está claro que se me ha pasado la mano, no pienso retractarme, el no se ha retractado de nada, yo tampoco tengo porque. Así que cuando alcanzo la banca del final de la fila, tomo asiento, dejando mi carpeta sobre la mesilla y alzando las cejas hacía la mirada de Alek.
-Un descuidado-me encojo de hombros para quitarle importancia. Entonces llega Aline, sentándose frente a mí, parloteando acerca de que ha visto a Jim muy acaramelado, entonces hace una pregunta, que hace que quiera ahogarme con mi propia saliva.
-¿Ya se han...? Porque bueno, si lo haces esperar más, puede que alguien más quiera satisfacerlo, no es que diga que lo haya escuchado en el tocador, es simplemente lo que pasa con esos capitanes.Entonces ¿Qué tal?-
Me quedo en silencio unos segundos, preguntándome a mí misma, el porqué de que se tomara la confianza de hacer esa pregunta, ah claro, soy la mejor amiga de todas aquí. Sonrío con algo de pena, antes de inclinarme un poco hacía ella.
-Oh, no me gusta dar detalles-y soltar una risa tonta, genial Leia, estás perdiendo tu credibilidad. La clase da inicio, y por más que intento prestar la debida atención, el intercambio de palabras que se produce unas bancas mas por delante, me pone nerviosa, además de las constantes súplicas de Aline para que de detalles. ¿Detalles de que imbécil? Solo tengo 15 años.
Re: Encuentros. Cap. 2. Alek y Leia.
Si bien la clase no llegó a ser amena al menos descubrí que si me esforzaba mucho en no girar la cabeza hacía atrás y dejaba de pensar en ella al menos un instante podía incluso divertirme con las ingeniosas respuestas de ana, que siempre tildé de un poco friki pero estaba descubriendo que era más bien inteligente y tenía un sagaz sentido del humor. La respeté un poco más a medida que pasaba el tiempo y cuando nos levantamos ya no me parecía un suplicio pasar la tarde con ella, más bien lo estaba deseando, hacía tiempo que no me divertía con nadie cuando no se trataba de Laura, y Alex tenía razón, pareciamos siameses y ya era hora de entablar amistad con alguien más. Más que nada porque ella solía estar muy ocupada con su ligue de turno y no era correcto por mi parte acapararla tanto.
Así que me levanté y le pregunté mientras la gente salía.
- ¿En tú casa o en la mía?
Y Leia volvió a pasar por el medio dando un codazo, pero esta vez no me callé y le dije en tono brusco:
- Debe ser verdad que todo lo malo se pega, empiezas a comportarte como un orangután...sin modales.
El bufido me confirma que el que con perros se acuesta meado se levanta y sigo a lo mío pero Ana me coge del brazo y me dice, como una confidencia, bajando la voz e inclinandose hacía mi.
- ¿Crees que ya se acuestan?
Por un momento no sé de qué me está hablando, pero luego me doy cuenta de que es de los mismo que cotillean todos en las comidas, y ahora se refiere a Leia y a Jim. Se me hace un nudo en la garganta pero contesto con tono firme.
- no digas tonterías, tiene quince años...
Y abre mucho los ojos para comentar.
- ¿quieres decir que tú y ella no...?..perdón, no es asunto mío.
No quiero ser brusco con ella así que sólo la acompaño a la puerta y le digo.
- en realidad no lo es, tienes razón.
Así que me levanté y le pregunté mientras la gente salía.
- ¿En tú casa o en la mía?
Y Leia volvió a pasar por el medio dando un codazo, pero esta vez no me callé y le dije en tono brusco:
- Debe ser verdad que todo lo malo se pega, empiezas a comportarte como un orangután...sin modales.
El bufido me confirma que el que con perros se acuesta meado se levanta y sigo a lo mío pero Ana me coge del brazo y me dice, como una confidencia, bajando la voz e inclinandose hacía mi.
- ¿Crees que ya se acuestan?
Por un momento no sé de qué me está hablando, pero luego me doy cuenta de que es de los mismo que cotillean todos en las comidas, y ahora se refiere a Leia y a Jim. Se me hace un nudo en la garganta pero contesto con tono firme.
- no digas tonterías, tiene quince años...
Y abre mucho los ojos para comentar.
- ¿quieres decir que tú y ella no...?..perdón, no es asunto mío.
No quiero ser brusco con ella así que sólo la acompaño a la puerta y le digo.
- en realidad no lo es, tienes razón.
Alek Kaiser- Mensajes : 51
Fecha de inscripción : 28/10/2011
Re: Encuentros. Cap. 2. Alek y Leia.
Nada, era imposible fruncirle el ceño a Aline ¿Qué acaso no entendía? “no quiero dar detalles” significaba eso, que no quería hablar del tema ¿Por qué? porque no había pasado nada con Jim, si si, llevaba la cuenta de los días que pasaba a su lado, llevaba la cuenta de las horas, llevaba la cuenta de cuando podía comenzar a pedir “muestras de amor” y no era tonta. Impresiones que hay que dar al público, impresiones que solo Alek conocía a la perfección, sabía que eran falsos. Eso es lo que más me molestaba, que estaba libre con cada uno de los secretos que había descubierto de mi, era libre de usar esa información como quisiera. Al momento en que el profesor se queda callado y miro el reloj, se ha terminado, así que me pongo de píe con algo de impaciencia y vuelvo a chocar con Alek, me encargo de soltar un bufido en señal de que no estaba de humor, claro, escuchando lo que decía, bien, si eso pensaba…
Pero antes de salir, escucho que el profesor me llama, me detengo en seco y regreso a la sonrisa complaciente que les dedico a loa profesores cada que me llaman, no creo que sea algo malo, nunca ha sido por eso, claro que no. Entonces, también llama a Ana, no puedo evitar forzar aún más la sonrisa, aquella forma de querer impresionar al rubio, había sido demasiada obvia y dejo de recordar eso, para concentrarme en lo que dice el profesor.
Concurso de oratoria, por supuesto, era eso, Ana me mira de una forma…esperen, nadie me mira así, como si se hubiese enterado de algo que no debía de salir a la luz, alzo una ceja y luego regreso la atención al profesor. Ana, obviamente, ya ha firmado con sangre para el concurso, en cambio, dejo que se vaya, con Alek detrás y me quedo para explicarle al profesor que yo no podría presentarme para el concurso, le digo que ya era voluntaria en la visita al asilo que se hacía la siguiente semana, así que lo deja pasar y regreso a la salida. Me apetecía demasiado pasar de las cosas del colegio y salir un rato, pero eso nadie lo sabría.
Cuando salgo del aula, aún encuentro a Alek conversando con la nerd, lo miro severamente antes de que el alboroto comience en el pasillo, al parecer las peleas iban a comenzar esta semana, demasiado pronto, pero la sociedad se volvía cada vez más salvaje… con ese simple pensamiento, dejo que mis impulsos me lleven a la decisión de querer intervenir, pero antes de que pueda reaccionar, ya los que se juntan alrededor, ya me han chocado y me han tirado al piso, es cuando me agarra el pánico.
-¡Basta!- pero si no me ven, menos me van a escuchar, seguramente moriré aplastada a causa de los inmaduros.
Pero antes de salir, escucho que el profesor me llama, me detengo en seco y regreso a la sonrisa complaciente que les dedico a loa profesores cada que me llaman, no creo que sea algo malo, nunca ha sido por eso, claro que no. Entonces, también llama a Ana, no puedo evitar forzar aún más la sonrisa, aquella forma de querer impresionar al rubio, había sido demasiada obvia y dejo de recordar eso, para concentrarme en lo que dice el profesor.
Concurso de oratoria, por supuesto, era eso, Ana me mira de una forma…esperen, nadie me mira así, como si se hubiese enterado de algo que no debía de salir a la luz, alzo una ceja y luego regreso la atención al profesor. Ana, obviamente, ya ha firmado con sangre para el concurso, en cambio, dejo que se vaya, con Alek detrás y me quedo para explicarle al profesor que yo no podría presentarme para el concurso, le digo que ya era voluntaria en la visita al asilo que se hacía la siguiente semana, así que lo deja pasar y regreso a la salida. Me apetecía demasiado pasar de las cosas del colegio y salir un rato, pero eso nadie lo sabría.
Cuando salgo del aula, aún encuentro a Alek conversando con la nerd, lo miro severamente antes de que el alboroto comience en el pasillo, al parecer las peleas iban a comenzar esta semana, demasiado pronto, pero la sociedad se volvía cada vez más salvaje… con ese simple pensamiento, dejo que mis impulsos me lleven a la decisión de querer intervenir, pero antes de que pueda reaccionar, ya los que se juntan alrededor, ya me han chocado y me han tirado al piso, es cuando me agarra el pánico.
-¡Basta!- pero si no me ven, menos me van a escuchar, seguramente moriré aplastada a causa de los inmaduros.
Re: Encuentros. Cap. 2. Alek y Leia.
El profesor la llma al salir, ¿cómo lo sé? Pue sporque aunque este centrado en cualquier otra cosa nunca dejo de verla, y mucho menos si su nombre es pronunciado en cualquier tono, más si es en voz alta. No puedo evitarlo. Voy saliendo pero llama a Ana también y he quedado en esperarla, vamos a comer juntos para ponernos de acuerdo sobre los temas que le tocan a cada uno y el modo en qué realizaremos el trabajo. No tardan mucho, supongo que será algo de clase pero mi nueva amiga me confirma luego, ya en el pasillo, que se trata de un concurso de oratoria, sonrio para mi, porque Leia los odia, pero probablemente acabará acudiendo por sentirse obligada.
De pronto un revuelo en el pasillo y un montón de gente que no sé de donde ha salido mientras yo le decía tranquilamente a mi compañera que no estaba de acuerdo con tomar aquello desde ese punto de vista y que sería mejor darle la vuelta, todo el mundo lo haría desde la visión del autor y no quedaría nada original. Es más dificil, pero tenemos tiempo. yo al menos todo el del mundo, no hay ninguan otra cosa, tampoco, que me apetezca hacer.
Creí que peleaban en un principio pero no, están jugando al futbol en el pasillo. Me giro para esquivar un balón y es cuando veo a Leia intentando sortear a tres de ellos sin mucho éxito.
- !Leia¡- la llamó con la intención de que se aparte del camino y no se ponga a amonestarlos como le veo la intención, pero es tarde, uno de los chicos coge el pase dandole un codazo en el intento y el otro choca abiertamente con ella al intentar parar el balón- !panda de tarugos¡
Dejo a Ana con la palabra en la boca sin darme cuenta y me apresuro a llegar a su lado, ayudando a levantarla.
- ¿Estás bien?- pregunto preocupado mientras ellos siguen a lo suyo sin molestarse en pedir disculpas tampoco. En este instituto los modales brillan por su ausencia.
De pronto un revuelo en el pasillo y un montón de gente que no sé de donde ha salido mientras yo le decía tranquilamente a mi compañera que no estaba de acuerdo con tomar aquello desde ese punto de vista y que sería mejor darle la vuelta, todo el mundo lo haría desde la visión del autor y no quedaría nada original. Es más dificil, pero tenemos tiempo. yo al menos todo el del mundo, no hay ninguan otra cosa, tampoco, que me apetezca hacer.
Creí que peleaban en un principio pero no, están jugando al futbol en el pasillo. Me giro para esquivar un balón y es cuando veo a Leia intentando sortear a tres de ellos sin mucho éxito.
- !Leia¡- la llamó con la intención de que se aparte del camino y no se ponga a amonestarlos como le veo la intención, pero es tarde, uno de los chicos coge el pase dandole un codazo en el intento y el otro choca abiertamente con ella al intentar parar el balón- !panda de tarugos¡
Dejo a Ana con la palabra en la boca sin darme cuenta y me apresuro a llegar a su lado, ayudando a levantarla.
- ¿Estás bien?- pregunto preocupado mientras ellos siguen a lo suyo sin molestarse en pedir disculpas tampoco. En este instituto los modales brillan por su ausencia.
Alek Kaiser- Mensajes : 51
Fecha de inscripción : 28/10/2011
Re: Encuentros. Cap. 2. Alek y Leia.
Desde el suelo todo se ve tan diferente, todos tan altos y de buena musculatura, que en cualquier momento te pueden pisar sin mirar, sin pensar, sin importarles si le rompían el píe a esa persona, pero pasa, que esa persona, era yo, y no me sorprendía, sabía que iba a volver a caer algún día, esto, solo era el principio y comenzaba a preocuparme de sobremanera. Antes que nada, busco la carpeta con la mirada, no la puedo perder, ahí está todo lo de la semana y no es que me importara más que mi bienestar físico, en realidad, bueno si, me importaba más que eso, pero el golpe se curaba, lo que no se curaba, era la falta a todo el trabajo.
Alguien me toma del brazo y me ayuda a ponerme de píe, comienzo a sacudirme el jean, por delante y por detrás, claro que he escuchado su voz, pero no debería de haberme ayudado, hacía que me sintiera tan…estúpida. Lo miro de reojo, antes de ponerme de cuclillas y tomar la carpeta, luego, vuelvo a incorporarme.
-Ya, estoy bien, gracias-suspiro, mientras ahora arreglo mi blusa que se ha levantado un poco, la bajo, y luego arreglo mi cabello, manuda caída, creí que iba a morir aplastada. El profesor sale con una furia que no lo conocía, les quita el balón con el que estaban jugando y vuelve a entrar al aula, dejando al pasillo en silencio.
Pero vuelven a tomar sus rutinas de hablar entre amigos, vuelvo la mirada a Ana, nunca había tenido nada en contra de ella, pero ahora que lo pensaba, siempre estábamos a la par en las notas, una superando a la otra, pero quedando siempre a la par. No puedo evitar mirarla con algo de reproche antes de sensibilizarme. ¿Dónde está Jim cuando lo necesito? .
-Pero no es como si te importase ¿eh?-karma, seguramente fue por aquel codazo, por el que termine en el piso. Ahora miro a Alek, aquellos ojos que siempre sabían cómo tranquilizarme, ahora, estaban tan lejanos. De pronto se me va el aire y siento que me da vueltas todo, creo que es por aquel codazo, definitivamente los deportes no serian lo mío. Me alejo de la nueva pareja, para recargarme en la pared, necesito tomar aire fresco, pero ahora, no puedo salir sola, mucho menos cuando se que alguien puede mirarme con el cigarrilo en los labios, y no puede descubrir a la perfecta Leia.
Alguien me toma del brazo y me ayuda a ponerme de píe, comienzo a sacudirme el jean, por delante y por detrás, claro que he escuchado su voz, pero no debería de haberme ayudado, hacía que me sintiera tan…estúpida. Lo miro de reojo, antes de ponerme de cuclillas y tomar la carpeta, luego, vuelvo a incorporarme.
-Ya, estoy bien, gracias-suspiro, mientras ahora arreglo mi blusa que se ha levantado un poco, la bajo, y luego arreglo mi cabello, manuda caída, creí que iba a morir aplastada. El profesor sale con una furia que no lo conocía, les quita el balón con el que estaban jugando y vuelve a entrar al aula, dejando al pasillo en silencio.
Pero vuelven a tomar sus rutinas de hablar entre amigos, vuelvo la mirada a Ana, nunca había tenido nada en contra de ella, pero ahora que lo pensaba, siempre estábamos a la par en las notas, una superando a la otra, pero quedando siempre a la par. No puedo evitar mirarla con algo de reproche antes de sensibilizarme. ¿Dónde está Jim cuando lo necesito? .
-Pero no es como si te importase ¿eh?-karma, seguramente fue por aquel codazo, por el que termine en el piso. Ahora miro a Alek, aquellos ojos que siempre sabían cómo tranquilizarme, ahora, estaban tan lejanos. De pronto se me va el aire y siento que me da vueltas todo, creo que es por aquel codazo, definitivamente los deportes no serian lo mío. Me alejo de la nueva pareja, para recargarme en la pared, necesito tomar aire fresco, pero ahora, no puedo salir sola, mucho menos cuando se que alguien puede mirarme con el cigarrilo en los labios, y no puede descubrir a la perfecta Leia.
Re: Encuentros. Cap. 2. Alek y Leia.
Me da la impresión de qu eno le gusta que la ayude, pero no hago caso, intento recoger su carpeta por ella se adelanta siempre presumiendo de que puede hacerlo todo sola, me exaspera a veces. No contesto, no tiene que darmelas gracias, cuando lo dice me hae sentir mal, como si no esperas de mi otra cosa que la indiferencia, pues lo siento, no puedo.
el profesor sale, arreglael caos y vuelve a entrar y cuando me giro para comprobar que está bien ella ya ha dado dos pasos interponiendo distancia y yo estoy por dejarla y volver con quién si disfruta de mi compañia, pero algo en su postura me lo impide y recuerdo las lecciones de mi hermano. Quizá lo estoy llevando mal, quizá si tengo que hacer algo, como el dice, pero en la dirección correcta.
Sin pensarlo mucho pues, por si no me atrevo, le digo a ana un momento que ya hablaremos luego y voy junto ella cogiendola del codo para llevarla hacía delante y cuando su mirada me fulmina solo bajo la voz y le digo en un susurro:
- si no vienes conmigo te levanto la camiseta en el pasillo...tú misma...
No me creo, yo nunca haría tal cosa, pero la miro a mi vez y sabe que hablo en serio. La llevaré conmigo como sea. Cuando cmienza a caminar la suelto y le hago un gesto al abrir la puerta que da al patio de ejercicios al llegar, indicandole que salga fuera.
Al salir al exterior respiro hondo, saco una cajetilla del bolsillo interno de la chaqueta y lo enciendo dandole una calada larga antes de pasarselo.
- no hay nadie...sólo yo.
el profesor sale, arreglael caos y vuelve a entrar y cuando me giro para comprobar que está bien ella ya ha dado dos pasos interponiendo distancia y yo estoy por dejarla y volver con quién si disfruta de mi compañia, pero algo en su postura me lo impide y recuerdo las lecciones de mi hermano. Quizá lo estoy llevando mal, quizá si tengo que hacer algo, como el dice, pero en la dirección correcta.
Sin pensarlo mucho pues, por si no me atrevo, le digo a ana un momento que ya hablaremos luego y voy junto ella cogiendola del codo para llevarla hacía delante y cuando su mirada me fulmina solo bajo la voz y le digo en un susurro:
- si no vienes conmigo te levanto la camiseta en el pasillo...tú misma...
No me creo, yo nunca haría tal cosa, pero la miro a mi vez y sabe que hablo en serio. La llevaré conmigo como sea. Cuando cmienza a caminar la suelto y le hago un gesto al abrir la puerta que da al patio de ejercicios al llegar, indicandole que salga fuera.
Al salir al exterior respiro hondo, saco una cajetilla del bolsillo interno de la chaqueta y lo enciendo dandole una calada larga antes de pasarselo.
- no hay nadie...sólo yo.
Alek Kaiser- Mensajes : 51
Fecha de inscripción : 28/10/2011
Re: Encuentros. Cap. 2. Alek y Leia.
Desfalleceré, que diga, no, no me lo puedo permitir, ¿Qué dirán? Pensaran que realmente me pasa algo, no, no podía pasarme nada aquí. Así que comienzo a respirar un poco mejor, y estoy tratando de volver a centrarme, pero antes de que lo pueda lograr, ya me han tomado por el codo, fulmino con la mirada a Alek ¿y ahora qué? se supone que debe de dejarme sola, con mi perfecto capitán ¿Por qué sigue insistiendo en eso? si lo sigue haciendo, volveré a caer ante aquel chico, con cabellos rubios y que me cuidaba, me hacía sentir segura. Quiero protestar, pero acaba de amenazarme. ¿De dónde ha sacado lo de subirme la camiseta a medio pasillo? Al parecer, ha estado hablando con su hermano, más de lo normal.
Así que empiezo a caminar y me suelta, ni siquiera se porque le sigo, fácilmente puedo escabullirme entre los compañeros, sin que me note, no, mentira, apenas puedo divagar con lo sofocante que comenzaba a parecerme todo. Abre la puerta que da al patio de ejercicios y me hace una seña, yo lo sigo, mirando por sobre mi hombro, de verdad, antes no notaban que me salía, porque era con Alek, que antiguamente era mi novio, y podíamos dejar que pensasen que queríamos estar solos, pero ahora, pensaran que engaño a Jim, y no era así.
Cuando me cercioro de que nadie mira, paso el marco, y dejo que Alek cierre, antes de que pueda darme cuenta ya está sacando un cigarrillo y lo enciende, como si fuera morfina, me llega el olor hasta las fosas nasales y hace que mis sentidos se relajen. A punto de aceptarlo…
-Solo necesitaba aire-pero no aparto la mirada de aquel tabaco comprimido en una hoja de papel, era adictivo, y me mataba, miro al cielo como pidiendo disculpas y alargo mi mano para tomarlo, enseguida, y a una velocidad extraña, lo llevo hasta mis labios, inhalando para que me cale la garganta, alejando el cigarrillo y dejando salir lentamente el humo por mi nariz. -Ya debería de haberlo superado-murmullo, tan quedo que espero que no lo escuche, es debilitarme. Solo él.
¿Acaso todo se iba a quedar de esta forma? Yo necesitándolo, y él…bueno, lejanía es lo único que se me ocurre, solo está aquí porque es una costumbre ¿no? Que se nos quedo a la hora en que pasábamos cada momento juntos, yo volviéndome dependiente de él. Le regreso el cigarro, lo soporto, soportare todo el día con aquella calada. -¿Qué es lo que haces?-no me detengo. -Digo ¿Qué es lo que haces al querer estar siempre ahí? No necesitas preocuparte por mí, se cuidarme sola- Al principio, pude sonar lo más convincente posible, pero mientras seguía, mis mentiras se volvían en mi contra.
No sé cuantas veces me ha salvado de cuenta nueva. No sé cuantas veces más, tendría que hacerlo. ¿De verdad era tan débi?
Así que empiezo a caminar y me suelta, ni siquiera se porque le sigo, fácilmente puedo escabullirme entre los compañeros, sin que me note, no, mentira, apenas puedo divagar con lo sofocante que comenzaba a parecerme todo. Abre la puerta que da al patio de ejercicios y me hace una seña, yo lo sigo, mirando por sobre mi hombro, de verdad, antes no notaban que me salía, porque era con Alek, que antiguamente era mi novio, y podíamos dejar que pensasen que queríamos estar solos, pero ahora, pensaran que engaño a Jim, y no era así.
Cuando me cercioro de que nadie mira, paso el marco, y dejo que Alek cierre, antes de que pueda darme cuenta ya está sacando un cigarrillo y lo enciende, como si fuera morfina, me llega el olor hasta las fosas nasales y hace que mis sentidos se relajen. A punto de aceptarlo…
-Solo necesitaba aire-pero no aparto la mirada de aquel tabaco comprimido en una hoja de papel, era adictivo, y me mataba, miro al cielo como pidiendo disculpas y alargo mi mano para tomarlo, enseguida, y a una velocidad extraña, lo llevo hasta mis labios, inhalando para que me cale la garganta, alejando el cigarrillo y dejando salir lentamente el humo por mi nariz. -Ya debería de haberlo superado-murmullo, tan quedo que espero que no lo escuche, es debilitarme. Solo él.
¿Acaso todo se iba a quedar de esta forma? Yo necesitándolo, y él…bueno, lejanía es lo único que se me ocurre, solo está aquí porque es una costumbre ¿no? Que se nos quedo a la hora en que pasábamos cada momento juntos, yo volviéndome dependiente de él. Le regreso el cigarro, lo soporto, soportare todo el día con aquella calada. -¿Qué es lo que haces?-no me detengo. -Digo ¿Qué es lo que haces al querer estar siempre ahí? No necesitas preocuparte por mí, se cuidarme sola- Al principio, pude sonar lo más convincente posible, pero mientras seguía, mis mentiras se volvían en mi contra.
No sé cuantas veces me ha salvado de cuenta nueva. No sé cuantas veces más, tendría que hacerlo. ¿De verdad era tan débi?
Re: Encuentros. Cap. 2. Alek y Leia.
No levanto la vista, sigo viendo las pistas mientras ella fuma y luego se vuelve contra mi, hiriendome aunque no lo intente, hiriendme al pensar que estoy allí porque quiero algo, o porque es una costumbre. No entiende nada. Pero lo dejo correr y contesto con el mismo tono monocorde que he aprendido a usar en los últimos tiempos.
- Sé que sabes, eres más fuerte de lo que crees...
Y no digo más por el momento, hasta que el silencio se instala y no puedo soportar tantas cosas no dichas. Le dije a alex que dejaría de callarme y que dejaría de no hacer nada, así que retomo y aclaro:
- Pero no puedes conseguir que deje de importarme...eso no está en tus manos.
Y sé que eso le jode, porque lo que ella busca siempre es poder controlarlo todo y a todos los que están a su alrededor, bueno, no a mi, nunca más.
- Te guste o no, no voy a irme. No desapareceré. Tienes que asumirlo. Te ofrecí mi amistad, no la quisiste, bien. Será sin ella entonces, pero no puedes obligarme a dejar de quererte.
El cigarro se acaba y yo lo tiro, lo aplasto con el pie y vuelvo a entrar sin esperar respuesta. No vuelvo a verla hasta el comedor. Cuatro chicas a su alrededor y un montón de notas, ya está organizando otra cosa, a saber qué, un baile, un concurso, alguna estupido acto para recaudar fondos...acabará agotandose sin motivo, nadie sabe porque siempre anda metida en todo, yo sí, pero no tiene sentido. Su padre está muerto y ya no pincha ni corta. Sacudo la cabeza y me siento tras escoger el puré de patata y lo que aqui llaman hamburguesa, prefiero no saber qué tipo de carne nos estams comiendo. Laura se sienta a mi lado al cabo de unos minutos y le sonrio abiertamente. Me cuenta sus planes de prepararse para las pruebas de animadora, algo que no me pega para nada con ella, pero es la primera vez que muestra interés por alguna actividad extraescolar que no tenga que ver con salir, beber, etc, así que la apoyo al momento.
Un par de veces escucho su voz por encima de todas las demás y alzo la vista para encontrarme sólo dos con la suya en mi, y le sonrio, no me devuelve ninguna de las dos pero no importa. Yo cumplo con mi parte.
- Sé que sabes, eres más fuerte de lo que crees...
Y no digo más por el momento, hasta que el silencio se instala y no puedo soportar tantas cosas no dichas. Le dije a alex que dejaría de callarme y que dejaría de no hacer nada, así que retomo y aclaro:
- Pero no puedes conseguir que deje de importarme...eso no está en tus manos.
Y sé que eso le jode, porque lo que ella busca siempre es poder controlarlo todo y a todos los que están a su alrededor, bueno, no a mi, nunca más.
- Te guste o no, no voy a irme. No desapareceré. Tienes que asumirlo. Te ofrecí mi amistad, no la quisiste, bien. Será sin ella entonces, pero no puedes obligarme a dejar de quererte.
El cigarro se acaba y yo lo tiro, lo aplasto con el pie y vuelvo a entrar sin esperar respuesta. No vuelvo a verla hasta el comedor. Cuatro chicas a su alrededor y un montón de notas, ya está organizando otra cosa, a saber qué, un baile, un concurso, alguna estupido acto para recaudar fondos...acabará agotandose sin motivo, nadie sabe porque siempre anda metida en todo, yo sí, pero no tiene sentido. Su padre está muerto y ya no pincha ni corta. Sacudo la cabeza y me siento tras escoger el puré de patata y lo que aqui llaman hamburguesa, prefiero no saber qué tipo de carne nos estams comiendo. Laura se sienta a mi lado al cabo de unos minutos y le sonrio abiertamente. Me cuenta sus planes de prepararse para las pruebas de animadora, algo que no me pega para nada con ella, pero es la primera vez que muestra interés por alguna actividad extraescolar que no tenga que ver con salir, beber, etc, así que la apoyo al momento.
Un par de veces escucho su voz por encima de todas las demás y alzo la vista para encontrarme sólo dos con la suya en mi, y le sonrio, no me devuelve ninguna de las dos pero no importa. Yo cumplo con mi parte.
Alek Kaiser- Mensajes : 51
Fecha de inscripción : 28/10/2011
Re: Encuentros. Cap. 2. Alek y Leia.
Mis respiración es tan calmada, ahora que lo pienso, hace tiempo que no podía estar tan liviana, sin que nada me importase, porque hace tiempo que se había puesto una línea entre Alek y yo, puedo decir que fue mi decisión, pero no lo acepto, porque fue él, el que decidió que ponerme los cuernos, sería lo mejor. Miro a cualquier parte que no sea él cuando comienza a hablar. ¿Soy más fuerte de lo que creo? Claro que no, en realidad, pensaba que era más fuerte y no puedo ni superar un pasado. Niego con la cabeza y antes de que pueda decir nada, el me calla con sus palabras. Aquellas que no quería escuchar, aquellas que sabía que si las escuchaba iba a terminar cediendo y rogándole porque regresara. Así que dejo que pase por uno de mis oídos, hasta salir por el otro.
Y sigue, como si quisiera que me sintiera tan mal. Como aquella chica que le importa poco lo que los demás sientan, como si fuera cruel, pero no lo era ¿o si? Solo me protegía, a mi misma, porque no había nadie que hiciera esa tarea, por eso antes me sentía tan bien, porque con Alek, era más simple. Me quedo helada, por un segundo, atreviéndome a mirarlo, dándome cuenta de que decía la verdad, o es que se ha vuelto un perfecto actor. Me quedo muda, mi cabeza no procesa las cosas, solamente el cómo tira el cigarro, lo aplasta con el píe y se da la vuelta para salir. Que no desaparecerá, fulmino con la mirada, el camino por el que se fue.
¿Creerle o solo lo dice por burlarse de mí? Burlarse de nuestra época, juntos. Tal vez, por ello hago todas las fuerzas por olvidarlo, no me quiere, si me quisiera, no hubiera hecho eso, hubiera pensando en lo que iba a sentir después de que lo viese o me enterara. No puedes ir jugando con los sentimientos de los demás , quiero decirle, pero es tarde, como cada vez. Si, lo quería lejos ¿era verdad o me engañaba a mi misma?
Pero todo se había salido de control, cada una de las cosas que había puesto en su lugar, se habían descontrolado a causa de esas palabras. Ya no sé si lo conozco o no, ya no sé quién es, ni quién soy. Me tranquilizo, respirando profundamente, alzando la mirada para evitar que algo pase con las lagrimas que amenazan con salir. Y cuando lo logro, sigo el camino por el cual salió Alek. Me aseguro de regresar a la normalidad antes de ir al comedor. Donde las chicas han tomado la mesa de siempre y tienen una sola bandeja de comida, agua, fruta, dicen que no puede comer demasiado, que hay que cuidar la línea para el baile de Navidad. Y hago como si les hiciese caso, en realidad, pocas veces me preocupaba por comer, de vez en cuando se me olvidaba y cuando lo recordaba, era cuando el apetito se me iba de pronto. Saco las notas, del baile de Navidad, haciendo que me dieran opiniones acerca de lo que les gustaría ver este año.
Perfecto, comienzan a parlotear y yo anoto cosas que de verdad me llaman la atención. Algo brillos, copos de nieve, vestidos plateados o grises, y los chicos, bueno, ellas opinan que es mejor que vengan en bañador, pero niego con una sonrisa y les digo que el director solo deja hacer fiestas de etiqueta. Se desaniman un poco, así que ese era el problema, las hormonas de este año. Por lo menos yo sigo teniendo un poco de coherencia en la cabeza. Les digo algo acerca de que este año las chicas debían de invitar a los chicos, de inmediato han pensando en los capitanes de equipos y el más solicitado, Alex Kaiser, como no. Hago comentarios tontos cada que la conversación lo requiere. Detengo los apuntes y me alcanzo una botella de agua, antes de mirar al frente, ahí está Alek, me mira y es como la primera vez, que me niego ante el sonrojo de mis mejillas, así que bebo agua, la más que puedo, antes de regresar con el tema.
-Obvio que iras con Jim, Leia-
Asiento, porque no tengo ganas de replicar, no sirve de nada, puesto que esta la etiqueta. Tengo novio, me recuerdo, porque siento que si lo olvido, no volveré a recordarlo. Es el momento de salir de la cafetería, pero antes de que pueda siquiera comenzar a ponerme de píe, llega Giselle, apartando con la mirada a las chicas, se hace espacio cerca de mí. Ella es como mi mejor amiga, otra de las personas que conoce casi todo de mi, sonrío, se supone que había extendido sus vacaciones solo porque quería, de lo que se había perdido.
-¿Con Jim? ¿Con el capitán de baloncesto? ¿Por qué no con Alek? Después de todo, son novios- la miro mal.-No más, terminamos. Ahora, Jim es mi novio- me mira sorprendida, pero luego sonríe, era de aquellas chicas intentan corromper a los demás, siempre había intentado que tuviese…otra clase de novios. –Genial, ya decía yo que con Alek te volvías cada vez más aburrida-tiro de su brazo para que deje de decir las cosas tal alto -Ya, espero que estés alegre- a ella le iban más los tipos capullos como Alex. Comienza a reír y a contar que en su viaje, había conocido a un tío buenísimo, lo dice de tal forma, que las chicas deciden dejarnos solas, en cuanto lo hacen, puede explayarse tanto que me deja anonada. Es más fácil fingir está bien, con ella, que con otras personas.
Y sigue, como si quisiera que me sintiera tan mal. Como aquella chica que le importa poco lo que los demás sientan, como si fuera cruel, pero no lo era ¿o si? Solo me protegía, a mi misma, porque no había nadie que hiciera esa tarea, por eso antes me sentía tan bien, porque con Alek, era más simple. Me quedo helada, por un segundo, atreviéndome a mirarlo, dándome cuenta de que decía la verdad, o es que se ha vuelto un perfecto actor. Me quedo muda, mi cabeza no procesa las cosas, solamente el cómo tira el cigarro, lo aplasta con el píe y se da la vuelta para salir. Que no desaparecerá, fulmino con la mirada, el camino por el que se fue.
¿Creerle o solo lo dice por burlarse de mí? Burlarse de nuestra época, juntos. Tal vez, por ello hago todas las fuerzas por olvidarlo, no me quiere, si me quisiera, no hubiera hecho eso, hubiera pensando en lo que iba a sentir después de que lo viese o me enterara. No puedes ir jugando con los sentimientos de los demás , quiero decirle, pero es tarde, como cada vez. Si, lo quería lejos ¿era verdad o me engañaba a mi misma?
Pero todo se había salido de control, cada una de las cosas que había puesto en su lugar, se habían descontrolado a causa de esas palabras. Ya no sé si lo conozco o no, ya no sé quién es, ni quién soy. Me tranquilizo, respirando profundamente, alzando la mirada para evitar que algo pase con las lagrimas que amenazan con salir. Y cuando lo logro, sigo el camino por el cual salió Alek. Me aseguro de regresar a la normalidad antes de ir al comedor. Donde las chicas han tomado la mesa de siempre y tienen una sola bandeja de comida, agua, fruta, dicen que no puede comer demasiado, que hay que cuidar la línea para el baile de Navidad. Y hago como si les hiciese caso, en realidad, pocas veces me preocupaba por comer, de vez en cuando se me olvidaba y cuando lo recordaba, era cuando el apetito se me iba de pronto. Saco las notas, del baile de Navidad, haciendo que me dieran opiniones acerca de lo que les gustaría ver este año.
Perfecto, comienzan a parlotear y yo anoto cosas que de verdad me llaman la atención. Algo brillos, copos de nieve, vestidos plateados o grises, y los chicos, bueno, ellas opinan que es mejor que vengan en bañador, pero niego con una sonrisa y les digo que el director solo deja hacer fiestas de etiqueta. Se desaniman un poco, así que ese era el problema, las hormonas de este año. Por lo menos yo sigo teniendo un poco de coherencia en la cabeza. Les digo algo acerca de que este año las chicas debían de invitar a los chicos, de inmediato han pensando en los capitanes de equipos y el más solicitado, Alex Kaiser, como no. Hago comentarios tontos cada que la conversación lo requiere. Detengo los apuntes y me alcanzo una botella de agua, antes de mirar al frente, ahí está Alek, me mira y es como la primera vez, que me niego ante el sonrojo de mis mejillas, así que bebo agua, la más que puedo, antes de regresar con el tema.
-Obvio que iras con Jim, Leia-
Asiento, porque no tengo ganas de replicar, no sirve de nada, puesto que esta la etiqueta. Tengo novio, me recuerdo, porque siento que si lo olvido, no volveré a recordarlo. Es el momento de salir de la cafetería, pero antes de que pueda siquiera comenzar a ponerme de píe, llega Giselle, apartando con la mirada a las chicas, se hace espacio cerca de mí. Ella es como mi mejor amiga, otra de las personas que conoce casi todo de mi, sonrío, se supone que había extendido sus vacaciones solo porque quería, de lo que se había perdido.
-¿Con Jim? ¿Con el capitán de baloncesto? ¿Por qué no con Alek? Después de todo, son novios- la miro mal.-No más, terminamos. Ahora, Jim es mi novio- me mira sorprendida, pero luego sonríe, era de aquellas chicas intentan corromper a los demás, siempre había intentado que tuviese…otra clase de novios. –Genial, ya decía yo que con Alek te volvías cada vez más aburrida-tiro de su brazo para que deje de decir las cosas tal alto -Ya, espero que estés alegre- a ella le iban más los tipos capullos como Alex. Comienza a reír y a contar que en su viaje, había conocido a un tío buenísimo, lo dice de tal forma, que las chicas deciden dejarnos solas, en cuanto lo hacen, puede explayarse tanto que me deja anonada. Es más fácil fingir está bien, con ella, que con otras personas.
Re: Encuentros. Cap. 2. Alek y Leia.
Ha llegado Gise, su mejor amiga, y como no empiezan a cucchichear, tengo alguna idea de lo que pueden estar hablando pero Gise lo confirma diciendo den voz alta lo que ya me imaginaba, a ella siempre le gustó más mi hermano, de hecho creo recordar que tuvieron algún intento de algo pero que acabaron con una complicidad no esperada y decidieron ser solo amigos para no acabar jodiendola. Ella parobaría a Jim, como nunca me aprobó a mi. Y entonces pensé que si, que el estupido era yo, porque al parecer son los capullos como mi hermano que no se toman nada en serio y que les da igual una que otras los que al final les gustan de verdad a todas ellas, dicen que los quieren sensibles e inteligentes, maduros, responsables y sinceros, pero al final todas se van con los tios como Alex, son ellos los que les gustan de verdad, sólo que no son capaces de admitirlo, porque no queda bien.
A la mierda. Yo paso de seguir haciendo el pringado, y si Leia no puede ser, muy bien, que se quede con su Jim, es lo que se merece.
Yo me levanto de la mesa, apenas probado bocado y me dispongo a irme a casa sin llegar a las clases de la tarde, pero un anuncio en el tablón me llama la atención, y sin pensarlo más porque si lo pienso no lo hago me dirijo al gimnasio y me presento a unas pruebas. ¿Por qué no? Alex en Quaterback y ahora Laura animadora, estando en el equipo podré verlos a menudo, no me hago ilusiones, yo no soy mi hermano, probablemente no pasaré del banquillo, pero eso no me importa. Sólo quiero olvidar y pasar más tiempo con las unicas personas que deberian importarme.
Milagrosamente me aceptan, como sustitito, claro. Bueno, quizá no tan milagrosamente, Alex siempre me hizo trabajar duro apra que pudiese entrenar conmigo y así ponerse en forma él, parece que de algo ha servido.
Nada más salir un montón de gente me felicita, gente qu eno ma habí ahablado en años y eso me hace sentir un poco mejor. Dicen que hay cosas que se llevan en la sangre y es cuando me siento un poco temeroso, porque esperan qu eme parezca a él y yo sé que no es así. Pero las noticias vuelan y la gente sigue felicitandome en los pasillos. Una chica, Sara, se acerca a mi y me da un beso en los labios, dice que como bienvenida oficial, y se queda a hablar, parece simpatica.
Llego a clase de quimica por los pelos, pero el profesor dice que no hay ningún problema y que a partir de ahora estoy exento de las clases dde la tarde de los jueves porque hay entrenamiento. empiezo a entender porque a Alex le gusta tanto esto.
A la mierda. Yo paso de seguir haciendo el pringado, y si Leia no puede ser, muy bien, que se quede con su Jim, es lo que se merece.
Yo me levanto de la mesa, apenas probado bocado y me dispongo a irme a casa sin llegar a las clases de la tarde, pero un anuncio en el tablón me llama la atención, y sin pensarlo más porque si lo pienso no lo hago me dirijo al gimnasio y me presento a unas pruebas. ¿Por qué no? Alex en Quaterback y ahora Laura animadora, estando en el equipo podré verlos a menudo, no me hago ilusiones, yo no soy mi hermano, probablemente no pasaré del banquillo, pero eso no me importa. Sólo quiero olvidar y pasar más tiempo con las unicas personas que deberian importarme.
Milagrosamente me aceptan, como sustitito, claro. Bueno, quizá no tan milagrosamente, Alex siempre me hizo trabajar duro apra que pudiese entrenar conmigo y así ponerse en forma él, parece que de algo ha servido.
Nada más salir un montón de gente me felicita, gente qu eno ma habí ahablado en años y eso me hace sentir un poco mejor. Dicen que hay cosas que se llevan en la sangre y es cuando me siento un poco temeroso, porque esperan qu eme parezca a él y yo sé que no es así. Pero las noticias vuelan y la gente sigue felicitandome en los pasillos. Una chica, Sara, se acerca a mi y me da un beso en los labios, dice que como bienvenida oficial, y se queda a hablar, parece simpatica.
Llego a clase de quimica por los pelos, pero el profesor dice que no hay ningún problema y que a partir de ahora estoy exento de las clases dde la tarde de los jueves porque hay entrenamiento. empiezo a entender porque a Alex le gusta tanto esto.
Alek Kaiser- Mensajes : 51
Fecha de inscripción : 28/10/2011
Re: Encuentros. Cap. 2. Alek y Leia.
Tomo por la muñeca a Gise en cuanto me doy cuenta, que Alek se va, se que ha escuchado, y sé que no debería de haberlo hecho, pero eso no es lo que me importa, me importa que Giselle debería de cerrar su bocota, está bien que no le gustase Alek, pero a mi si me gustaba…que diga, pero habíamos compartido buenas cosas, que ahora, si quiere al capullo de Alex, bien por ella. Comienzo a reprenderla, pero solo se ríe un poco más, genial, ya ni ella me hace caso, al parecer, todos comienzan a pasar de la autoridad que me había ganado desde que pase la media en notas. Desde que había comenzado a caer, nuevamente, debía de recuperar mi escalón, de alguna forma u otra, tendría que hacerlo. Me incorporo, aún con Giselle a mi lado, comienza a decir que debería de probar cosas nuevas, que no tenía nada de malo, pero yo, solo le sigo la corriente, porque sé que no parara.
Me pregunto porque somos amigas, es sencillo, nos complementamos, ella tiene la parte que a mí me hace falta y yo, tengo la parte de responsabilidad que a ella le falta, tal vez si es por eso, o tal vez, hubiera sido como ella a no ser por mi obsesión al querer que mi padre me aprobase, un padre, que ya no estaba en este mundo. Nos detenemos en mi taquilla, ella, ya se ha encargado de guardar un cuaderno junto a los míos, como cada año. Es para cuando se le olvida la combinación de su taquilla y tiene la emergencia de necesitar un cuaderno libre, como a mi no me gusta prestarle mi carpeta, digo, hay que enseñarle a responsabilizarse aunque sea de los deberes.
Y caminamos de vuelta, me he detenido a saludar a Jim, que hace el tonto con sus amigotes, aunque alcanzo a escuchar algo como “Si tíos, que hablo enserio” aunque nunca hablan enserio, eso ya es un progreso. Seguimos el camino y nos detenemos en los lavabos, donde me encargo de arreglar mi ropa, y la posición, si, fenomenal. Volvemos a salir y es cuando da la hora de entrar a clases, y llegamos al aula de química, pero antes de que cierra la puerta tras de mí, me he asomado por si alguien más falta, ahí, a lo lejos, una Sara demasiado…demasiado, pero…pero. Mis ojos están más abiertos de lo normal y se me ha hecho un nudo en las vías respiratorias, luego miro el perfil de Alek, mis ojos escosen y quiero salir corriendo para azotar a alguien contra al piso, pero me detengo y respiro como puedo. Ahora sé que lo ha dicho en el patio, ha sido solo una mentira.
Cierro la puerta y tomo asiento a lado de Giselle, que comienza a jugar con los líquidos y polvos. Le sonrío, pero la puerta se vuelve a abrir, me hago la entretenida con lo que se debe de hacer, escucho que dicen algo acerca del equipo de futbol americano y la puerta se vuelve a cerrar. Alek no ha entrado a clases. Y no es que me importase, no me importa, una clase normal, divertida a la par de Giselle, aunque estoy un poco abrumada, cansada y creo que de vuelta se me acaban de bajar los ánimos, pero no dejo de que se note.
La clase termina con un pequeño incendio en nuestra mesa, pasa que se me acabo de caer algo de contenido y Giselle ha echado algo para flamearlo. Nos corren a Giselle y a mí del aula, yo con una disculpa, pero al salir, solo me atrevo a fulminar la puerta con la mirada. Todo me pasa. Terminamos sentadas en un banquillo fuera del instituto, donde el aire pega a la cara y estoy por comenzar a destrozarme.
-Creo que ya no puedo Gise- suspiro, hay momentos, en que el tiempo te alcanza, te aplasta contra la pared. –Ya ¿y porque no lo dejas?- espero que sepa de que hablo. -Porque es deshacer mi imagen-estoy segura de que me habría golpeado en la mejilla, de no ser por mi mirada –Pues que no te importe lo que piensen- no me importaba -Me importa lo de mi padre- Se incorpora y me extiende la mano, claro, ahora quiere que la siga, cuando lo hago, bueno, digamos que nadie se ha enterado, pero no acabamos de la mejor forma –Pues olvídale- la miro como si no la comprendiese e ignoro su mano -Aún no puedo-
Me incorporo igual, y miro mi móvil. -Jim ya está por salir-la miro con una disculpa, pero lo comprende –No lo olvides, este fin de semana cumplimos años- suelto una risa, si claro, el suyo. Asiento y me encamino de vuelta a la puerta del insti, saco una libreta y hago como si anotase algo, aunque, estoy más pendiente de otros acontecimientos.
Me pregunto porque somos amigas, es sencillo, nos complementamos, ella tiene la parte que a mí me hace falta y yo, tengo la parte de responsabilidad que a ella le falta, tal vez si es por eso, o tal vez, hubiera sido como ella a no ser por mi obsesión al querer que mi padre me aprobase, un padre, que ya no estaba en este mundo. Nos detenemos en mi taquilla, ella, ya se ha encargado de guardar un cuaderno junto a los míos, como cada año. Es para cuando se le olvida la combinación de su taquilla y tiene la emergencia de necesitar un cuaderno libre, como a mi no me gusta prestarle mi carpeta, digo, hay que enseñarle a responsabilizarse aunque sea de los deberes.
Y caminamos de vuelta, me he detenido a saludar a Jim, que hace el tonto con sus amigotes, aunque alcanzo a escuchar algo como “Si tíos, que hablo enserio” aunque nunca hablan enserio, eso ya es un progreso. Seguimos el camino y nos detenemos en los lavabos, donde me encargo de arreglar mi ropa, y la posición, si, fenomenal. Volvemos a salir y es cuando da la hora de entrar a clases, y llegamos al aula de química, pero antes de que cierra la puerta tras de mí, me he asomado por si alguien más falta, ahí, a lo lejos, una Sara demasiado…demasiado, pero…pero. Mis ojos están más abiertos de lo normal y se me ha hecho un nudo en las vías respiratorias, luego miro el perfil de Alek, mis ojos escosen y quiero salir corriendo para azotar a alguien contra al piso, pero me detengo y respiro como puedo. Ahora sé que lo ha dicho en el patio, ha sido solo una mentira.
Cierro la puerta y tomo asiento a lado de Giselle, que comienza a jugar con los líquidos y polvos. Le sonrío, pero la puerta se vuelve a abrir, me hago la entretenida con lo que se debe de hacer, escucho que dicen algo acerca del equipo de futbol americano y la puerta se vuelve a cerrar. Alek no ha entrado a clases. Y no es que me importase, no me importa, una clase normal, divertida a la par de Giselle, aunque estoy un poco abrumada, cansada y creo que de vuelta se me acaban de bajar los ánimos, pero no dejo de que se note.
La clase termina con un pequeño incendio en nuestra mesa, pasa que se me acabo de caer algo de contenido y Giselle ha echado algo para flamearlo. Nos corren a Giselle y a mí del aula, yo con una disculpa, pero al salir, solo me atrevo a fulminar la puerta con la mirada. Todo me pasa. Terminamos sentadas en un banquillo fuera del instituto, donde el aire pega a la cara y estoy por comenzar a destrozarme.
-Creo que ya no puedo Gise- suspiro, hay momentos, en que el tiempo te alcanza, te aplasta contra la pared. –Ya ¿y porque no lo dejas?- espero que sepa de que hablo. -Porque es deshacer mi imagen-estoy segura de que me habría golpeado en la mejilla, de no ser por mi mirada –Pues que no te importe lo que piensen- no me importaba -Me importa lo de mi padre- Se incorpora y me extiende la mano, claro, ahora quiere que la siga, cuando lo hago, bueno, digamos que nadie se ha enterado, pero no acabamos de la mejor forma –Pues olvídale- la miro como si no la comprendiese e ignoro su mano -Aún no puedo-
Me incorporo igual, y miro mi móvil. -Jim ya está por salir-la miro con una disculpa, pero lo comprende –No lo olvides, este fin de semana cumplimos años- suelto una risa, si claro, el suyo. Asiento y me encamino de vuelta a la puerta del insti, saco una libreta y hago como si anotase algo, aunque, estoy más pendiente de otros acontecimientos.
Re: Encuentros. Cap. 2. Alek y Leia.
El entrenamiento no está mal, aunque no veo a Alex, creí que él entrenaba con los chicos pero me entero que los nuevos pasan un año con el entrenador sin llegar a practicar más que las jugadas básicas, como suplentes ya tiene a todos los del año pasado, estas pruebas eran para crear cantera, otros dicen que si destacas sí te mandan antes a los entrenamientos de las siete, pero que tienes que ser muy bueno. Pero es vigorizante y la gente no deja de hablarme, siempre me ha costado bastante hacer amigos porque nunca sé bien qué decir, lo de las conversaciones suprefluas no es lo mío, al parecer a estos chicos no le shace falta que digas mucho, con tal de que asientas un poco y te muestres feliz de estar allí les vale. Cuando acaba la hora estoy cansado, me duelen musculos del cuerpo que no sabía que tenía y necesito urgentemente una ducha, pero he quedado con varios para salir el viernes y de pronto pienso que nunca he tenido más amigo que mi hermano y que sería bueno pasar el tiempo con algún chico de mi edad. Laura es una bendición, pero es una chica, necesito un punto de vista masculino, quizá emborracharme un poco y eruptar, nunca he sabido eruptar. Lo cierto es que me parece repugnante.
Recien duchado y cambiado, con una flamante bolsa de deportes colgada al hombro que acaban de proporcionarme con dos chandals del equipo, una sudadera, dos pares de medias de deportes y unas flamantes deportivas y la clara advertencia de que la limpieza del equipo es cosa mía y que sólo se dejan para lavandería las toallas, salgo al pasillo y varios de esos chicos con los que acabo de coompartir sudor y esfuerzo me saludan al pasar con un golpe en el hombro, otra de esas cosas que nunca había llegado a comprender, el afán de los jugadores de andarse tocando, pero creo que es cuestión de formar parte de un todo, y resulta curiosamente agradable.
Otra animadora se acerca a mi para darme la bienvenida oficial, Jessie, se presenta, al menos esta sólo me da un beso en la mejilla y me dice que debería estar orgulloso, lo agadezco porque no dejo de sentirme tenso cuando una desconocida me besa, sea por lo que sea y aunque solo sea un roce. Pienso por un segundo que estas chicas deben estar muy ocupadas hoy si tiene que darle la bienvenida a cada nuevo suplente. Once en total si no he contado mal. La verdad, siempre creí que eran sólo objetos decorativos que se dedicaban a mantener calientes a los miembros del equipo, algo así como aprendices a zorras de lujo, pero Jessie también parece simpática.
Terminada la jornada me dispongo a irme a casa, debería decirle a Alex lo que he hecho, pero no sé cómo va a tomarelo, mejor me callo hata el sábado y vemos. Estoy esperando el autobus y la veo, esperando a Jim supongo, pero aparto la vista rápidamente ya que no hay mucho más que pueda decirle. Y cuando ya estoy por subirme me pitan varias veces desde un coche.
!Sube¡ Me dicen, y es uno de los chicos con los que he quedado para tomar algo el viernes, no lo pienso y me subo al coche de un salto. Lucas se llama, de tercero, rápido, un apasionado del manga por lo poco que pude apreciar.
Recien duchado y cambiado, con una flamante bolsa de deportes colgada al hombro que acaban de proporcionarme con dos chandals del equipo, una sudadera, dos pares de medias de deportes y unas flamantes deportivas y la clara advertencia de que la limpieza del equipo es cosa mía y que sólo se dejan para lavandería las toallas, salgo al pasillo y varios de esos chicos con los que acabo de coompartir sudor y esfuerzo me saludan al pasar con un golpe en el hombro, otra de esas cosas que nunca había llegado a comprender, el afán de los jugadores de andarse tocando, pero creo que es cuestión de formar parte de un todo, y resulta curiosamente agradable.
Otra animadora se acerca a mi para darme la bienvenida oficial, Jessie, se presenta, al menos esta sólo me da un beso en la mejilla y me dice que debería estar orgulloso, lo agadezco porque no dejo de sentirme tenso cuando una desconocida me besa, sea por lo que sea y aunque solo sea un roce. Pienso por un segundo que estas chicas deben estar muy ocupadas hoy si tiene que darle la bienvenida a cada nuevo suplente. Once en total si no he contado mal. La verdad, siempre creí que eran sólo objetos decorativos que se dedicaban a mantener calientes a los miembros del equipo, algo así como aprendices a zorras de lujo, pero Jessie también parece simpática.
Terminada la jornada me dispongo a irme a casa, debería decirle a Alex lo que he hecho, pero no sé cómo va a tomarelo, mejor me callo hata el sábado y vemos. Estoy esperando el autobus y la veo, esperando a Jim supongo, pero aparto la vista rápidamente ya que no hay mucho más que pueda decirle. Y cuando ya estoy por subirme me pitan varias veces desde un coche.
!Sube¡ Me dicen, y es uno de los chicos con los que he quedado para tomar algo el viernes, no lo pienso y me subo al coche de un salto. Lucas se llama, de tercero, rápido, un apasionado del manga por lo poco que pude apreciar.
Alek Kaiser- Mensajes : 51
Fecha de inscripción : 28/10/2011
Re: Encuentros. Cap. 2. Alek y Leia.
De nuevo, aquella sensación de querer dejar que todo caiga de mis manos, literalmente, metafóricamente, daba igual como, no entendía que es lo que había pasado. Seguía esperando a que Jim saliese, en realidad, no le había avisado que le esperaría para volver a casa juntos o ir a tomar algo, siempre creo que no es necesario, digo, no es como si tuviéramos que ocultarnos las cosas. El aire es un poco denso, más de lo normal, pero no me afecta, ni mucho menos, y decido que es hora de dejar de fingir que anoto, una cosa es ser organizada, otra cosa, tener el sobrenombre que Ana de ha apañado todos estos años, así que guardo la libreta en mi bolso y me recargo junto a la pared que tengo a lado, girándome de modo que mi espalda quedase sobre la fría pintura, recargo mi nuca.
Nunca me había gustado tener que esperar, en realidad, era una pérdida de tiempo, me daba igual, y prefería que me esperasen a mí, pero el Viernes cumplíamos los cuatro meses, de noviazgo. Y era darle una pequeña importancia desde hoy, pequeña importancia que quizás comenzaba a merecerse, después de todo, no era fácil estar conmigo, lo sabía, lo entendía, pero no lo aceptaba, no lo acepte con Alek, y ahora…si, me siento culpable, cosa que no debería. Escucho el ruido que comienzan a hacer a la hora de salir, muchas felicitaciones, cierto, era la elección en cualquiera de los equipos deportivos, era donde se decidía el futuro de las ganancias deportivas, sonrío en cuanto comienzan a salir los nuevos seleccionados, algunos, que me conocen del año pasado, otros, definitivamente son nuevo, pero uno, que era demasiado familiar. La garganta se me seca, y sé que el alma de me hubiera caído por el suelo, de no ser por lo acostumbrada que estaba a permanecer de píe ante cualquier circunstancia. Alek, entre las chicas, por cualquier medio, me digo a mi misma que no debo de mostrar lo sorprendida que estaba con eso, aunque al final, se va todo por el caño, porque al parecer, las porristas dan la bienvenida, genial, simplemente genial, mi día no podría arruinarse un poco más. No puedo evitar seguir sus pasos con la mirada, cuando volteaba, hacía como si mirara más allá. Resulta, que no esperaba el transporte, como antes solía hacer junto a él, no, el auto de los chicos del equipo, se detiene y sube…sin dudar.
Es cuando decido que es suficiente me vuelvo al instituto, donde viene Jim, entre risas, comentarios y al final, me mira con aquella sonrió, hago lo mismo, le sonrío y me acerco para besarlo en los labios, se sorprende, si porque suele ser él, el que comienza con esto. Me toma por la cintura, mientras sigue tonteando y camina hacía el aparcamiento, donde todos se separan hacía sus respectivos autos, claro, yo junto con Jim. Me abre la puerta, y subo, sin embargo, no la cierra, pasa sus cosas al asiento trasero, y se me queda mirando, se inclina para atrapar mis labios, una de sus manos en el techo de la camioneta y otra, ha bajado por mi pierna, pero pero…en cuanto puedo hablar, le digo que mi madre espera en casa, bufa de frustración y cierra. En unos minutos, conduce, mientras habla de que deberíamos de hacer algo mañana, no sé si ha planeado algo, o si lo está improvisando, pero no le puedo decir que no. Al estacionar frente a casa, quedamos después del colegio, dejo un beso en su mejilla, por mera cortesía y bajo, corriendo a la puerta, la cual se abre de golpe. Ella se despide a lo lejos, él se aleja y entro a casa.
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Viernes, ultima hora de clases. Filosofía, y yo, sentada en la última banca, como se me estaba haciendo costumbre. He dejado el bolígrafo en el bancomesa, mi carpeta permanece abierta en una misma página, y me dedico a mirar al profesor mientras le da vueltas al mismo punto. ¿Por qué no ir al grano? ¿Por qué me hace perder el tiempo de esta forma? A lo largo de estos días, había dejado poco a poco, los deberes a lado, salí un poco más de lo normal, y después de terminar la última organización a la que me había presentado voluntaria, no volví a tomar una más. Gise se la pasaba bomba mientras me miraba con la nueva ropa que había decidido comprar para mi, genial, le había dicho que las faldas, shorts o jeans ajustados, no me iban, entonces había respondido “No te va nada, deja de quejarte” tenía un precioso vestido para la noche de hoy, que iba a salir con Jim. De esos que tienen un gran escote en la espalda, casi mostrando el trasero, unas lindas zapatillas y fin, un poco de maquillaje. No había dejado de pensar en eso, se lo que se aproximaba, y aunque fuera la chica responsable, no hay nada que me detuviera, ya no, la ultima esperanza, había corrido a brazos de las…p…porristas.
En cuanto la clase se acaba, me quedo sentada, un poco pasmada, aunque al final, cuando todos han salido, incluidos los nuevos tortolos, llámense Alek y Ana. Me pongo de píe. Desde hoy, que no iba a dejar que la ansiedad me ganara, no, podía con todo, si que podía, podía enfrentar el hecho de que un nuevo camino, pintaba hermoso frente a mí, y que todos me hablaban igual que siempre, unos con más entusiasmo que otros, pero a fin de cuentas, seguía teniendo ese brillo, quizás menos parecido al de antes. Al salir, me dirijo a la taquilla, donde guardo la carpeta y el bolígrafo, tomo la cajetilla de cigarrillos, y el encendedor de mi bolso, cierro y antes de irme, golpeo por descuidado a Ana, que está a mi lado guardando sus cosas, al parecer, la favorita fuera del aula, era Sara. La miro un poco mal y me doy la vuelta, tenía que pasar a dirección, pero he pasado de ir, seguramente quieren que me encargue de algo más, pero no puedo, hoy estoy saturada. -¿Preparada?- es Gise.
-Por supuesto- sonrió –¿Irán sus amigos?-asiento. -No, Gise, vamos solo él y yo-me encojo de hombros, y antes de que pueda seguir, me toma por el brazo –Ya, pero no quiero que salgas lastimada- la fulmino con la mirada y me suelto de malas -No lo haré-me alejo de ella.
Murmullos a mi alrededor, me están volviendo loca, todos tan felices, mirar una pareja como Jim y Leia, los rumores, que sobrepasan lo que yo haría y sin embargo…algo de no querer decepcionar a alguien más, instalado en mi pecho. Es mucha presión para una chica que está a punto de cumplir 16 años. Pero me he vuelto tan cretina…así me siento ahora.
Nunca me había gustado tener que esperar, en realidad, era una pérdida de tiempo, me daba igual, y prefería que me esperasen a mí, pero el Viernes cumplíamos los cuatro meses, de noviazgo. Y era darle una pequeña importancia desde hoy, pequeña importancia que quizás comenzaba a merecerse, después de todo, no era fácil estar conmigo, lo sabía, lo entendía, pero no lo aceptaba, no lo acepte con Alek, y ahora…si, me siento culpable, cosa que no debería. Escucho el ruido que comienzan a hacer a la hora de salir, muchas felicitaciones, cierto, era la elección en cualquiera de los equipos deportivos, era donde se decidía el futuro de las ganancias deportivas, sonrío en cuanto comienzan a salir los nuevos seleccionados, algunos, que me conocen del año pasado, otros, definitivamente son nuevo, pero uno, que era demasiado familiar. La garganta se me seca, y sé que el alma de me hubiera caído por el suelo, de no ser por lo acostumbrada que estaba a permanecer de píe ante cualquier circunstancia. Alek, entre las chicas, por cualquier medio, me digo a mi misma que no debo de mostrar lo sorprendida que estaba con eso, aunque al final, se va todo por el caño, porque al parecer, las porristas dan la bienvenida, genial, simplemente genial, mi día no podría arruinarse un poco más. No puedo evitar seguir sus pasos con la mirada, cuando volteaba, hacía como si mirara más allá. Resulta, que no esperaba el transporte, como antes solía hacer junto a él, no, el auto de los chicos del equipo, se detiene y sube…sin dudar.
Es cuando decido que es suficiente me vuelvo al instituto, donde viene Jim, entre risas, comentarios y al final, me mira con aquella sonrió, hago lo mismo, le sonrío y me acerco para besarlo en los labios, se sorprende, si porque suele ser él, el que comienza con esto. Me toma por la cintura, mientras sigue tonteando y camina hacía el aparcamiento, donde todos se separan hacía sus respectivos autos, claro, yo junto con Jim. Me abre la puerta, y subo, sin embargo, no la cierra, pasa sus cosas al asiento trasero, y se me queda mirando, se inclina para atrapar mis labios, una de sus manos en el techo de la camioneta y otra, ha bajado por mi pierna, pero pero…en cuanto puedo hablar, le digo que mi madre espera en casa, bufa de frustración y cierra. En unos minutos, conduce, mientras habla de que deberíamos de hacer algo mañana, no sé si ha planeado algo, o si lo está improvisando, pero no le puedo decir que no. Al estacionar frente a casa, quedamos después del colegio, dejo un beso en su mejilla, por mera cortesía y bajo, corriendo a la puerta, la cual se abre de golpe. Ella se despide a lo lejos, él se aleja y entro a casa.
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Viernes, ultima hora de clases. Filosofía, y yo, sentada en la última banca, como se me estaba haciendo costumbre. He dejado el bolígrafo en el bancomesa, mi carpeta permanece abierta en una misma página, y me dedico a mirar al profesor mientras le da vueltas al mismo punto. ¿Por qué no ir al grano? ¿Por qué me hace perder el tiempo de esta forma? A lo largo de estos días, había dejado poco a poco, los deberes a lado, salí un poco más de lo normal, y después de terminar la última organización a la que me había presentado voluntaria, no volví a tomar una más. Gise se la pasaba bomba mientras me miraba con la nueva ropa que había decidido comprar para mi, genial, le había dicho que las faldas, shorts o jeans ajustados, no me iban, entonces había respondido “No te va nada, deja de quejarte” tenía un precioso vestido para la noche de hoy, que iba a salir con Jim. De esos que tienen un gran escote en la espalda, casi mostrando el trasero, unas lindas zapatillas y fin, un poco de maquillaje. No había dejado de pensar en eso, se lo que se aproximaba, y aunque fuera la chica responsable, no hay nada que me detuviera, ya no, la ultima esperanza, había corrido a brazos de las…p…porristas.
En cuanto la clase se acaba, me quedo sentada, un poco pasmada, aunque al final, cuando todos han salido, incluidos los nuevos tortolos, llámense Alek y Ana. Me pongo de píe. Desde hoy, que no iba a dejar que la ansiedad me ganara, no, podía con todo, si que podía, podía enfrentar el hecho de que un nuevo camino, pintaba hermoso frente a mí, y que todos me hablaban igual que siempre, unos con más entusiasmo que otros, pero a fin de cuentas, seguía teniendo ese brillo, quizás menos parecido al de antes. Al salir, me dirijo a la taquilla, donde guardo la carpeta y el bolígrafo, tomo la cajetilla de cigarrillos, y el encendedor de mi bolso, cierro y antes de irme, golpeo por descuidado a Ana, que está a mi lado guardando sus cosas, al parecer, la favorita fuera del aula, era Sara. La miro un poco mal y me doy la vuelta, tenía que pasar a dirección, pero he pasado de ir, seguramente quieren que me encargue de algo más, pero no puedo, hoy estoy saturada. -¿Preparada?- es Gise.
-Por supuesto- sonrió –¿Irán sus amigos?-asiento. -No, Gise, vamos solo él y yo-me encojo de hombros, y antes de que pueda seguir, me toma por el brazo –Ya, pero no quiero que salgas lastimada- la fulmino con la mirada y me suelto de malas -No lo haré-me alejo de ella.
Murmullos a mi alrededor, me están volviendo loca, todos tan felices, mirar una pareja como Jim y Leia, los rumores, que sobrepasan lo que yo haría y sin embargo…algo de no querer decepcionar a alguien más, instalado en mi pecho. Es mucha presión para una chica que está a punto de cumplir 16 años. Pero me he vuelto tan cretina…así me siento ahora.
Re: Encuentros. Cap. 2. Alek y Leia.
Los días pasan y llega el sábado. Aún no le he dicho a Alex que he entrado en el equipo, por suerte está tan ocupado últimamente con su extraño "enamoramiento" con Laura qu eno se ha dado ni cuenta, porque es un secreto a voces. Pero llega el día y no puedo evitarlo más, cuando el partido acaba me acerco, con el chandal del equipo puesto y lo suelto de golpe. No sólo no le parece mal sino que parece realmente satisfecho, orgulloso, incluso...no sé qué pasa pero me siento inseguro cuando el hermano que lleva tres años ignorandome casi de repente vuelve a ser tal como lo conocí una vez. Hasta hace muy poco creía que se estaba vengando con Laura de algo que yo le había hecho, incluso llegué a pensar que quizá intentaba demostrarme algo, ya que sigue empeñado en darme charlas sobre cómo conseguir a Leia de vuelta. Pero después de la respuesta del otro día ya no estoy tan seguro, eso y que cada día le veo más feliz, más como era. Quizá...pero no. No sé. Laura también parece feliz, apenas la he visto, aún no hemos podido hablar, pero no la he visto con nadie más en toda la semana, ni tampoco he tenido que ayudarla a entrar borracha en casa o ir a buscarla a deshoras a algún sitio apartado. No lo entiendo. Estos dos no se soportaban. Ahora que lo pienso...él tampoco ha salido con nadie más esta semana...mi hermano...¿una sola chica durante siete días?...eso no es todo, yo en el equipo, Laura en las animadoras...suenen las siete trompetas señores, llega el apocalipsis...todo eso lo pienso mientras veo cómo estos dos se miran entre sí mientras les doy las buenas noticias. Me da que Alex iba directo hacía Laura cuando yo interrumpí, de verdad que no entiendo nada.
Le explico que he quedado con Sara, sí, porque la chica me cae realmente bien, tenía razón en eso, hay que darle el punto, creí que era una zorra pero lo cierto es que sólo tiene el cuerpo para serlo, la chica en sí es bastante inocente, incluso diría que algo ingenua. No pilló la broma de los nuevos sobre que si ganaban el partido le darían a probar su piruleta. De hecho preguntó si podía ser de fresa porque a ella el chocolate le da alergía. Al principio pensé que los puteaba, pero luego hubo más detalles que me dieron a entender que no, que la chica simplemente no coge las indirectas, y me ví obligado a defenderla verbalmente, claro. Lo cierto es que no me importa que sea un poco corta, es amable, generosa y tiene un corazón de oro. Hasta me parece dulce que no las pille. No es que me este enamorando de ella, pero sí que me cae bien, y salir con ella me pareció una buena idea cuando me lo propuso, además, no es una cita. Sus palabras exactas fueron "Anda, ven comigo a la bolera, vamos todos y tú...tú nunca te ries de mi" Y no pude decir que no.
Alex parece encantado con la idea cuando se lo indico, y dice que él también se apunta, estoy por invitar a Laura, pero algo en la mirada de mi hermano me dice que ya está más que invitada y que no será conmigo con quién vaya. Lo confirma en cuanto me dice que a Laura la lleva él con una posesividad que nunca le había visto. Ver para creer...
Es tarde cuando llegamos a la bolera, porque Sara ha tardado en encontrar las llaves del coche, pero no me ha importado esperar, por dos motivos, el primero que me ha dejado conducir, porque dice que a ella lo de aparcar se le da fatal y que lleva tacones, y el segundo que está realmente preciosa con un vestido blanco corto que la hace parecer casi una niña cuando te mira con esos ojillos inocentes.
Intento ser un buen acompañante, así que le abro la puerta al entrar y espero a que pase, lo cual parece sorprenderla bastante. Mira hacía varios lados antes de cogerme la mano y llevarme hasta el fondo, al parecer buscando la mesa correcta.
Le explico que he quedado con Sara, sí, porque la chica me cae realmente bien, tenía razón en eso, hay que darle el punto, creí que era una zorra pero lo cierto es que sólo tiene el cuerpo para serlo, la chica en sí es bastante inocente, incluso diría que algo ingenua. No pilló la broma de los nuevos sobre que si ganaban el partido le darían a probar su piruleta. De hecho preguntó si podía ser de fresa porque a ella el chocolate le da alergía. Al principio pensé que los puteaba, pero luego hubo más detalles que me dieron a entender que no, que la chica simplemente no coge las indirectas, y me ví obligado a defenderla verbalmente, claro. Lo cierto es que no me importa que sea un poco corta, es amable, generosa y tiene un corazón de oro. Hasta me parece dulce que no las pille. No es que me este enamorando de ella, pero sí que me cae bien, y salir con ella me pareció una buena idea cuando me lo propuso, además, no es una cita. Sus palabras exactas fueron "Anda, ven comigo a la bolera, vamos todos y tú...tú nunca te ries de mi" Y no pude decir que no.
Alex parece encantado con la idea cuando se lo indico, y dice que él también se apunta, estoy por invitar a Laura, pero algo en la mirada de mi hermano me dice que ya está más que invitada y que no será conmigo con quién vaya. Lo confirma en cuanto me dice que a Laura la lleva él con una posesividad que nunca le había visto. Ver para creer...
Es tarde cuando llegamos a la bolera, porque Sara ha tardado en encontrar las llaves del coche, pero no me ha importado esperar, por dos motivos, el primero que me ha dejado conducir, porque dice que a ella lo de aparcar se le da fatal y que lleva tacones, y el segundo que está realmente preciosa con un vestido blanco corto que la hace parecer casi una niña cuando te mira con esos ojillos inocentes.
Intento ser un buen acompañante, así que le abro la puerta al entrar y espero a que pase, lo cual parece sorprenderla bastante. Mira hacía varios lados antes de cogerme la mano y llevarme hasta el fondo, al parecer buscando la mesa correcta.
Alek Kaiser- Mensajes : 51
Fecha de inscripción : 28/10/2011
Re: Encuentros. Cap. 2. Alek y Leia.
La tela es más estrecha de lo normal, de lo que me gustaría y de lo que debía. Después de comer con mi madre, subí a mi habitación, mirando a través de la ventana, quedándome por un corto tiempo, observando la calle. Era sábado, aquel día en que solía pasarlo con Alek, completamente, le había dicho, alguna vez, que debíamos de tener tiempo de hablar, organizar nuestros horarios para que pudiéramos vernos antes de regresar a casa, durante la semana, inclusive, si se podía, antes de dormir. Hago una mueca y cierro las cortinas, caminando al cuarto de baño. Una ducha caliente, el vapor sale por todos lados, y el espejo, queda debajo de esa capa ahumada. Al terminar, y con una toalla enredando mi cuerpo, voy hasta el armario, sacando el vestido negro que Gise había elegido, junto con una caja donde iba la ropa interior de encaje. Decía que debía de llevarla, que no querría que Jim viese bragas de color rosa, la había mirado mal y había arrebatado el conjunto de sus manos, poniéndolo en la cuenta.
Aquí me tienen, con aquel vestido, que llega a mitad de muslo, de una tela que puede parecer suave, pero que en realidad, parece una segunda piel, genial, simplemente genial ¿Cómo se supone que me siento con esta cosa? Claro, sin sentirme violada, eso no me lo había explicado. Lo miro por unos segundos. Del color de la noche, sube por mi cintura y marca mi busto ¿eh? Pero…El sonido del móvil, me saca de mis pensamientos, es Jim, diciendo que en media hora estaba fuera de casa, y lo lanzo a mi almohada, llevando mis manos hasta el vestido, intentando que bajase un poco, que tapara otro poco de piel, pero era imposible, era sostenido por un solo tirante, que ni por el grosor, ayudaba. Me doy por vencida, comienza a darme igual, si, me daba igual, en realidad, nunca me había importado el cómo me viesen los demás y aunque todo este tipo de ropa, se me hacía de…de chica muy atrevida, no iban a decir nada de mí, puesto que una hacía que la ropa luciese tal como ella quería. Entonces, me decía a mí misma, que me veía bien, normal, un poco diferente, pero bien.
En el tocador, comienzo a cepillar mi cabello, me decido por hacerle un poco de ondas, sin llegar a rizarlo, y lo suelto, natural, algunos mechones sobre mi rostro, otros cuantos se mantenían en el lugar correcto. Rizado de pestañas y una delgada línea negra para abrir mis ojos, un pintalabios natural, para no resaltar demasiado mis labios y al final, un poco de rubor. Terminando, decido no mirarme al espejo, ir a ponerme los zapatos, que tienen una altura desmesurada, pero que daba gracias. No es que no supiera andar en tacones, en realidad, al tener que complacer un millón de veces a mi madre, debí de aprender rápido, harían que mi altura estuviese un poco a la normalidad, un poco en contexto con la altura de Jim. El timbre suena, tomo el móvil, las llaves y un poco de dinero, salgo de mi habitación, y bajo las escaleras tan rápido como los zapatos me lo permiten, abro y grito a mi madre que me iba a con Jim, sin esperar respuesta, salgo y cierro, sonriéndole. Me mira por un segundo, anonado, le sonrío y tomo su mano para arrastrarlo hasta el auto. Me abre la puerta, y ya está al otro lado.
Esta noche, está más callado de lo normal, y yo también lo estoy, me mira por el espejo retrovisor, y le aviso que debe de mirar el camino, sonríe como niño que ha conseguido algo, y pone atención a la calle. En unos momentos, ya me tiende la mano, desde fuera, mientras me sostiene la puerta. Dejo las llaves, el dinero y el móvil en la guantera del auto y acepto su mano, poniendo un pie fuera y luego otro, salgo, a la vez, su brazo ya pasa por mi cintura y caminamos hasta la entrada. Ha dicho que es la primera parada, que después podría elegir, pero no hago mucho caso, no tenía muchas ganas de pensar en organización este día. Por un lado, están las boleras, que están repletas, pero por el otro, hay mas mesas, algunas demasiado llenas. Y sigo con ello, mirando el lugar, en realidad, siempre había preferido las fiestas en casa, comodidad, sabes donde estan las bebidas, los cigarros…los cigarros. Al pasar, a lado de una mesa, donde unos gritan más que otros, alargo la mano para tomar una cajetilla de cigarrillos y el encendedor, que por suerte estaba al lado. Pero entonces, se detiene, soltándome, y comenzando a saludar a unos de sus colegas del equipó de americano. Yo hago lo mismo, solo por cortesía, me susurra al oído que no tenía ni idea de que iban a estar ahí, y yo no le creo, pero me mira seriamente y comienza a despedirse de ellos, con unas cuantas bromas y tomando mi mano.
Y nos giramos, yo feliz de poder salir de ese círculo, y él contento de poder tenerme solo para él, aunque, no se si estoy en lo correcto, pero en frente, están nada más y nada menos que Alek y Sara. Alzo una ceja, que rápido se olvida uno de lo que dice, ojala, las palabras se marcaran en la piel, pero no era así. Sonrío y aprieto en agarre de la mano de Jim, haciendo que los mire, este sonríe más que antes. Primero diciéndole a Alek, que el haber entrado al equipo le estaba sentando muy bien, o más bien, que por fin había podido pasar de mi, y esta vez, dejo que diga todo lo que quiera, no como aquellas veces que le retenía con la mirada. Esta vez, he decidido dejar de controlarle. Al momento, solo sonrío.
-Que sorpresa, Alek, no sabía que habías quedado en el equipo, junto con tu hermano- junto con el capullo de su hermano. ¿Quién lo diría? Está tomando los mismos pasos, pero si eso es lo que quiere. -También Laura ¿no?- sostengo la mirada, porque esto, ya no es una mentira. -Bien por ustedes- por primera vez, en mucho tiempo, me sentía normal, sin faltarme nada ¿o es que ya sabía mentirme a mi misma?. Jim ríe, y me suelta, diciendo que es bueno tener compañía, además de mi, claro. Todos, en el mundo, éramos celosos, me pregunto, que es lo que siente Jim, ahora mismo, no me gustaría que sintiese lo que se supone que debo de sentir yo.
Aquí me tienen, con aquel vestido, que llega a mitad de muslo, de una tela que puede parecer suave, pero que en realidad, parece una segunda piel, genial, simplemente genial ¿Cómo se supone que me siento con esta cosa? Claro, sin sentirme violada, eso no me lo había explicado. Lo miro por unos segundos. Del color de la noche, sube por mi cintura y marca mi busto ¿eh? Pero…El sonido del móvil, me saca de mis pensamientos, es Jim, diciendo que en media hora estaba fuera de casa, y lo lanzo a mi almohada, llevando mis manos hasta el vestido, intentando que bajase un poco, que tapara otro poco de piel, pero era imposible, era sostenido por un solo tirante, que ni por el grosor, ayudaba. Me doy por vencida, comienza a darme igual, si, me daba igual, en realidad, nunca me había importado el cómo me viesen los demás y aunque todo este tipo de ropa, se me hacía de…de chica muy atrevida, no iban a decir nada de mí, puesto que una hacía que la ropa luciese tal como ella quería. Entonces, me decía a mí misma, que me veía bien, normal, un poco diferente, pero bien.
En el tocador, comienzo a cepillar mi cabello, me decido por hacerle un poco de ondas, sin llegar a rizarlo, y lo suelto, natural, algunos mechones sobre mi rostro, otros cuantos se mantenían en el lugar correcto. Rizado de pestañas y una delgada línea negra para abrir mis ojos, un pintalabios natural, para no resaltar demasiado mis labios y al final, un poco de rubor. Terminando, decido no mirarme al espejo, ir a ponerme los zapatos, que tienen una altura desmesurada, pero que daba gracias. No es que no supiera andar en tacones, en realidad, al tener que complacer un millón de veces a mi madre, debí de aprender rápido, harían que mi altura estuviese un poco a la normalidad, un poco en contexto con la altura de Jim. El timbre suena, tomo el móvil, las llaves y un poco de dinero, salgo de mi habitación, y bajo las escaleras tan rápido como los zapatos me lo permiten, abro y grito a mi madre que me iba a con Jim, sin esperar respuesta, salgo y cierro, sonriéndole. Me mira por un segundo, anonado, le sonrío y tomo su mano para arrastrarlo hasta el auto. Me abre la puerta, y ya está al otro lado.
Esta noche, está más callado de lo normal, y yo también lo estoy, me mira por el espejo retrovisor, y le aviso que debe de mirar el camino, sonríe como niño que ha conseguido algo, y pone atención a la calle. En unos momentos, ya me tiende la mano, desde fuera, mientras me sostiene la puerta. Dejo las llaves, el dinero y el móvil en la guantera del auto y acepto su mano, poniendo un pie fuera y luego otro, salgo, a la vez, su brazo ya pasa por mi cintura y caminamos hasta la entrada. Ha dicho que es la primera parada, que después podría elegir, pero no hago mucho caso, no tenía muchas ganas de pensar en organización este día. Por un lado, están las boleras, que están repletas, pero por el otro, hay mas mesas, algunas demasiado llenas. Y sigo con ello, mirando el lugar, en realidad, siempre había preferido las fiestas en casa, comodidad, sabes donde estan las bebidas, los cigarros…los cigarros. Al pasar, a lado de una mesa, donde unos gritan más que otros, alargo la mano para tomar una cajetilla de cigarrillos y el encendedor, que por suerte estaba al lado. Pero entonces, se detiene, soltándome, y comenzando a saludar a unos de sus colegas del equipó de americano. Yo hago lo mismo, solo por cortesía, me susurra al oído que no tenía ni idea de que iban a estar ahí, y yo no le creo, pero me mira seriamente y comienza a despedirse de ellos, con unas cuantas bromas y tomando mi mano.
Y nos giramos, yo feliz de poder salir de ese círculo, y él contento de poder tenerme solo para él, aunque, no se si estoy en lo correcto, pero en frente, están nada más y nada menos que Alek y Sara. Alzo una ceja, que rápido se olvida uno de lo que dice, ojala, las palabras se marcaran en la piel, pero no era así. Sonrío y aprieto en agarre de la mano de Jim, haciendo que los mire, este sonríe más que antes. Primero diciéndole a Alek, que el haber entrado al equipo le estaba sentando muy bien, o más bien, que por fin había podido pasar de mi, y esta vez, dejo que diga todo lo que quiera, no como aquellas veces que le retenía con la mirada. Esta vez, he decidido dejar de controlarle. Al momento, solo sonrío.
-Que sorpresa, Alek, no sabía que habías quedado en el equipo, junto con tu hermano- junto con el capullo de su hermano. ¿Quién lo diría? Está tomando los mismos pasos, pero si eso es lo que quiere. -También Laura ¿no?- sostengo la mirada, porque esto, ya no es una mentira. -Bien por ustedes- por primera vez, en mucho tiempo, me sentía normal, sin faltarme nada ¿o es que ya sabía mentirme a mi misma?. Jim ríe, y me suelta, diciendo que es bueno tener compañía, además de mi, claro. Todos, en el mundo, éramos celosos, me pregunto, que es lo que siente Jim, ahora mismo, no me gustaría que sintiese lo que se supone que debo de sentir yo.
Re: Encuentros. Cap. 2. Alek y Leia.
La noche no va mal, lo esperaba de otra manera en realidad, esperaba sentirme incomodo en un grupo de gente que apenas conozco y con el que apenas tuve trato en los dos años que llevo de clases, también esperaba menos cerebro por parte de los jugadores y si, algún tópico como que el quedar en la bolera fuese en realidad una excusa para montar una orgía post partido o algo así, la verdad es que tenía una excusa preparada de antemano para largarme en cuanto las cosas se pusiesen raras.
Pero no fue así, el chico que me llevó a casa el otro día sólo jugaba al futbol para conseguirse una beca, porque sus notas no eran lo bastante altas y su padres no podían pagarle la carrera que el quería estudiar, sabía que iba a ser algo dificil, no todo el mundo consigue una beca de deportes, pero no estaba dispuesto a rendirse, por si acaso también lo intentaba con las ciencías, al parecer la quimica se le daba muy bien. Me apresuré a apuntarme si daba clase particulares, porquelo cierto es que en quimica yo iba de pena. Y no ayudaba el que ahora Leia se sentase justo detrás de mi. Era dificil mantener la vista al frente y enterarse de algo mientras lo que de verdad intentas es escuchar lo que se dice en la mesa de atrás.
Lo unico que me estaba poniendo realmente nervioso era ese intercambhio mudo entre mi hermano y Laura, su forma de interactuar, que no sabía de donde salía pero hasta yo podía entender que se comprendían sin palabras. Eso, hasta que ella llegó, claro.
Por suerte no tenía que hablar mucho, Sara y los demás hablaban por los codos y yo sólo tenía que responder de vez en cuando. Y Jim se acercó, con Leia sossteniada de su mano. Era la primera vez en mucho tiempo que él se acercaba a mi, sin contar cuando me gruñía por los pasillos, claro. Al parecer también le influye eso de que ahora se me de por el deporte. Una estupidez, a mi forma de ver, yo sigo siendo el mismo. Pero contesto, cuando me habla, intentando que no se note que mis ojos se desvían una y otra vez a esas manos unidas.
- sólo busco una forma de llenar mi tiempo- le respondo a ella cuando me dirge la palabra, en público, estoy por gritar !milagro¡ pero me muerdo el labio. Es otra forma de decir que busco una ocupación ahora que ella no está para llenarlo, pero una que puedo usar enfrente de su novio.
Y se alejan, para sentares en otra mesa. Yo intento seguir en la mía, pero mi mente se ha oido con ella, una vez más doy gracias porque a la chica que me acompaña no parece importarle demasiado que no responda más que monosilabos, alguna vez hasta me hace reir. Y de pronto algo pasa en la mesa y mi hermano se levanta, pero no me entero, yo estaba viendo cómo ella apretaba la mano de Jim por encima de la mesa. Algo pasa, nos vamos. Sólo entiendo que tenemos que ir a buscar a la hermana pequeña de alguien. Me levanto y miro a Sara que ya está cogiendo sus cosas. A partir de ahí la noche sí se pone rara. Pero no del tipo que esperaba. Es más como una peli de tarantino en el que yo desde luego no soy jhon travolta. Sara y yo estamos buscando a una chica que sólo hemos visto en la pantalla de un móvil por segundos cuando todas las luces se apagan pero sigo viendo perfectamente, y lo siguiente es una chica inconsciente en la parte trasera del coche y una orden seca de mi hermano.
Me llevo a Sara, como me han pedido a la discoteca, y cuando llegan lo hacen solos, aprovecho para indicarles a ambos de alguna manera que alguien va a tener que explicarme qué ha pasado allí, pero todo esto no hace más que grabarse en mi cerebro como un aviso.
En la discoteca al principio no veo a nadie, acompaño a la chica a coger una copa y luego insiste en que quiere bailar, por lo que la acompaño también a la pista, no me ha dado muestra alguna de que en verdad espere otra cosa de mi que pasarlo bien, y eso lo agradezco. Me cae cada vez mejor.
Pero no puedo disfrutar de la fiesta, Leia está allí también. En la barra. no me había fijado en lo excaso que rea su vestido, no pude verlo bien antes, apenas me había fijado en otra cosa que en sus manos cuando se acercó con él. No es su estilo, no me gusta, o más concretamente no me gusta que salga conh él vestida así. Deja muy poco a la imaginación. Pero no hay nada que pueda hacer.
O si, pienso luego cuando la veo apartarse para ir al baño. Al menos parece que se le permite ir sola, empezaba a pensar que estaban pegados con lotite. No dejo de pensar en las palabras de mi hermano. Si no puedes dejar de pensar en ella sólo hay una cosa que hacer...Y la sigo, dejando a Sara con unas amigas e indicandole que volveré luego a por ella, apenas me sonríe y asiente. La espero fuera del baño, tarda bastante en salir y cuando lo hace me mira desde la puerta con el pomo aún en la mano sin cerrarla ni acabar de abrirla.
- ¿Es así como te vistes ahora?
Pero no fue así, el chico que me llevó a casa el otro día sólo jugaba al futbol para conseguirse una beca, porque sus notas no eran lo bastante altas y su padres no podían pagarle la carrera que el quería estudiar, sabía que iba a ser algo dificil, no todo el mundo consigue una beca de deportes, pero no estaba dispuesto a rendirse, por si acaso también lo intentaba con las ciencías, al parecer la quimica se le daba muy bien. Me apresuré a apuntarme si daba clase particulares, porquelo cierto es que en quimica yo iba de pena. Y no ayudaba el que ahora Leia se sentase justo detrás de mi. Era dificil mantener la vista al frente y enterarse de algo mientras lo que de verdad intentas es escuchar lo que se dice en la mesa de atrás.
Lo unico que me estaba poniendo realmente nervioso era ese intercambhio mudo entre mi hermano y Laura, su forma de interactuar, que no sabía de donde salía pero hasta yo podía entender que se comprendían sin palabras. Eso, hasta que ella llegó, claro.
Por suerte no tenía que hablar mucho, Sara y los demás hablaban por los codos y yo sólo tenía que responder de vez en cuando. Y Jim se acercó, con Leia sossteniada de su mano. Era la primera vez en mucho tiempo que él se acercaba a mi, sin contar cuando me gruñía por los pasillos, claro. Al parecer también le influye eso de que ahora se me de por el deporte. Una estupidez, a mi forma de ver, yo sigo siendo el mismo. Pero contesto, cuando me habla, intentando que no se note que mis ojos se desvían una y otra vez a esas manos unidas.
- sólo busco una forma de llenar mi tiempo- le respondo a ella cuando me dirge la palabra, en público, estoy por gritar !milagro¡ pero me muerdo el labio. Es otra forma de decir que busco una ocupación ahora que ella no está para llenarlo, pero una que puedo usar enfrente de su novio.
Y se alejan, para sentares en otra mesa. Yo intento seguir en la mía, pero mi mente se ha oido con ella, una vez más doy gracias porque a la chica que me acompaña no parece importarle demasiado que no responda más que monosilabos, alguna vez hasta me hace reir. Y de pronto algo pasa en la mesa y mi hermano se levanta, pero no me entero, yo estaba viendo cómo ella apretaba la mano de Jim por encima de la mesa. Algo pasa, nos vamos. Sólo entiendo que tenemos que ir a buscar a la hermana pequeña de alguien. Me levanto y miro a Sara que ya está cogiendo sus cosas. A partir de ahí la noche sí se pone rara. Pero no del tipo que esperaba. Es más como una peli de tarantino en el que yo desde luego no soy jhon travolta. Sara y yo estamos buscando a una chica que sólo hemos visto en la pantalla de un móvil por segundos cuando todas las luces se apagan pero sigo viendo perfectamente, y lo siguiente es una chica inconsciente en la parte trasera del coche y una orden seca de mi hermano.
Me llevo a Sara, como me han pedido a la discoteca, y cuando llegan lo hacen solos, aprovecho para indicarles a ambos de alguna manera que alguien va a tener que explicarme qué ha pasado allí, pero todo esto no hace más que grabarse en mi cerebro como un aviso.
En la discoteca al principio no veo a nadie, acompaño a la chica a coger una copa y luego insiste en que quiere bailar, por lo que la acompaño también a la pista, no me ha dado muestra alguna de que en verdad espere otra cosa de mi que pasarlo bien, y eso lo agradezco. Me cae cada vez mejor.
Pero no puedo disfrutar de la fiesta, Leia está allí también. En la barra. no me había fijado en lo excaso que rea su vestido, no pude verlo bien antes, apenas me había fijado en otra cosa que en sus manos cuando se acercó con él. No es su estilo, no me gusta, o más concretamente no me gusta que salga conh él vestida así. Deja muy poco a la imaginación. Pero no hay nada que pueda hacer.
O si, pienso luego cuando la veo apartarse para ir al baño. Al menos parece que se le permite ir sola, empezaba a pensar que estaban pegados con lotite. No dejo de pensar en las palabras de mi hermano. Si no puedes dejar de pensar en ella sólo hay una cosa que hacer...Y la sigo, dejando a Sara con unas amigas e indicandole que volveré luego a por ella, apenas me sonríe y asiente. La espero fuera del baño, tarda bastante en salir y cuando lo hace me mira desde la puerta con el pomo aún en la mano sin cerrarla ni acabar de abrirla.
- ¿Es así como te vistes ahora?
Alek Kaiser- Mensajes : 51
Fecha de inscripción : 28/10/2011
Re: Encuentros. Cap. 2. Alek y Leia.
Y es de esos momentos en que no me importaría haber conocido primero a Jim, aunque, le conocía, pero había elegido a Alek. Por ahora, solo me estaba aferrando a la oportunidad de olvidarle, sacarlo de mi mente, no preocuparme, no anhelarle, no esperar aquellos días en que el estaba. Pero dejo de pensar justo cuando Jim comienza a hablar, dice que sus padres aún no llegaban del viaje, y no entiendo de que habla. Se supone que llegarían hace dos días, pero dice que han decidido tomar una guía turística, y que al final, se ha extendido un poco más. Aunque sabe que vendrán para el juego de la semana que viene, sus padres adoran mirarlo jugar ¿Quién no?. Me voy dando cuenta, del cariño que le puedo tomar, y no es por lo primero que mencione, si no, porque era atento y amable, conmigo. Con los demás, bueno, no quiero ni saberlo, una relación es de dos personas, y no solo de una, no tenía que decírselo. Mi mano sostiene la suya, sobre la mesa, su dedo pulgar acaricia mis nudillos, hace que me sienta un poco segura, no del todo, pero si.
Y comienza a haber mucho alboroto, por aquí, por allá y hace que me ponga de píe, me arrastra hasta la discoteca y nos busca unos taburetes cerca de la barra, pero se pone detrás de mí, pasando sus manos por mi cintura y comienza a explicarle al barman, como preparan un coctel, mis codos sobre la barra, con una sonrisa en cara, disfrutando de lo que sea que estén diciendo, me doy cuenta, de que lo estoy fingiendo y no se supone que deba de ser así, ya no. Así que me disculpo, y dejo que Jim se siente en el taburete mientras sigue explicándole, no sé qué cosa del vodka. Comienzo a caminar entre las personas, hasta poder alcanzar el baño, ya dentro, me aseguro de alejarme de algún detector de humo, en el techo, hasta el último baño, que tiene una ventanilla, entro y cierro, sacando la cajetilla y el encendedor del mini bolsillo del doblaje del vestido, y saco un cigarrillo, llevándolo a mis labios, encendiéndolo y aspirando el humo. De píe, sin atreverme a tocar esas cosas, recargada contra la pared y asegurándome de exhalar el humo hacía la ventana.
Acomodo cada una de mis actitudes en mi cabeza, el cómo debería de sentirme con Jim, con las personas que nos rodean. Cuando se que lo tengo un poco más controlado, y el cigarrillo al final, doy la ultima calada y lo tiro dentro de la taza, fingiendo que no me importaría encontrarme algún cigarrillo ahí. Salgo y me lavo las manos, sintiendo el agua fría. Y me miro en el espejo, por un momento, se que no me reconozco, por otro, se que lo he decidido.
Y me encamino a la puerta, pero otras chicas entran, así que espero, nunca había esperado, y cuando es mi oportunidad, salgo, mirando donde piso, puede que a alguien se le haya ocurrido tumbarse a la salida del baño, pero no, está libre y alzo la mirada, ahí está Alek. Sonrió por acto reflejo, sin fingirlo, y pongo los ojos en blanco.
-¿Te gusta?- me encojo de hombros, quitándole un poco de importancia. No me importaría si dijese que sí, pero si dice que no, bueno, es la clave para seguir con esta ropa. -¿Y Sara?-alzo una ceja, y suelto el pomo de la puerta, dejándola entreabierta. Sin pensarlo, me acerco hasta donde esta Alek. Supongo que con nadie más, podría sentirme igual de cómoda, siempre, pero no lo sabría, si pregunta, le diré que Jim me prepara un coctel, instruyendo al barman.
Y comienza a haber mucho alboroto, por aquí, por allá y hace que me ponga de píe, me arrastra hasta la discoteca y nos busca unos taburetes cerca de la barra, pero se pone detrás de mí, pasando sus manos por mi cintura y comienza a explicarle al barman, como preparan un coctel, mis codos sobre la barra, con una sonrisa en cara, disfrutando de lo que sea que estén diciendo, me doy cuenta, de que lo estoy fingiendo y no se supone que deba de ser así, ya no. Así que me disculpo, y dejo que Jim se siente en el taburete mientras sigue explicándole, no sé qué cosa del vodka. Comienzo a caminar entre las personas, hasta poder alcanzar el baño, ya dentro, me aseguro de alejarme de algún detector de humo, en el techo, hasta el último baño, que tiene una ventanilla, entro y cierro, sacando la cajetilla y el encendedor del mini bolsillo del doblaje del vestido, y saco un cigarrillo, llevándolo a mis labios, encendiéndolo y aspirando el humo. De píe, sin atreverme a tocar esas cosas, recargada contra la pared y asegurándome de exhalar el humo hacía la ventana.
Acomodo cada una de mis actitudes en mi cabeza, el cómo debería de sentirme con Jim, con las personas que nos rodean. Cuando se que lo tengo un poco más controlado, y el cigarrillo al final, doy la ultima calada y lo tiro dentro de la taza, fingiendo que no me importaría encontrarme algún cigarrillo ahí. Salgo y me lavo las manos, sintiendo el agua fría. Y me miro en el espejo, por un momento, se que no me reconozco, por otro, se que lo he decidido.
Y me encamino a la puerta, pero otras chicas entran, así que espero, nunca había esperado, y cuando es mi oportunidad, salgo, mirando donde piso, puede que a alguien se le haya ocurrido tumbarse a la salida del baño, pero no, está libre y alzo la mirada, ahí está Alek. Sonrió por acto reflejo, sin fingirlo, y pongo los ojos en blanco.
-¿Te gusta?- me encojo de hombros, quitándole un poco de importancia. No me importaría si dijese que sí, pero si dice que no, bueno, es la clave para seguir con esta ropa. -¿Y Sara?-alzo una ceja, y suelto el pomo de la puerta, dejándola entreabierta. Sin pensarlo, me acerco hasta donde esta Alek. Supongo que con nadie más, podría sentirme igual de cómoda, siempre, pero no lo sabría, si pregunta, le diré que Jim me prepara un coctel, instruyendo al barman.
Re: Encuentros. Cap. 2. Alek y Leia.
Debería decirle que no, que no me gusta, porque implica varias cosas, cosas como que todo el mundo sabe que los padres de jim no están en casa, cosas como que ya llevan cuatro meses juntos, cosas como que el vestido puede tener algo que ver con una declaración de intenciones...pero no puedo hacerlo, porque su sonrisa me ha desarmado en el momento justo en que sé que es sincera, y hacía tanto tiempo que no la veía sonreir así...
- Me gusta...es...eres preciosa...-no es eso lo que quería decir, no sé que era pero esto no- ¿le gusta a Jim? ¿Es por él que te has vestido así?...
No espero a que conteste, hay algo que me ronda por la cabeza y nunca he sabido callarme, no con ella.
- ¿Es está la noche? ¿Has decidido que este es el momento? ¿En serio? ¿Con Jim?
No puedo evitarlo, estiro el brazo en cuanto se acerca, dando a mi vez los que faltan para acortar la distancia, ni siquiera es pensado, es cómo un impulso que me obliga a tenerla lo más cerca posible. Y la tomo por la cintura, acercando mi rostro al suyo.
- No puedes ni pensarlo en serio...Leia...no quieres a Jim...- abre la boca pero niego con la cabeza y hablo antes de que ella lo haga- no le quieres Leia, puedes fingirlo antes toda la congregación de estudiantes si quieres, puedes fingirlo hasta para ti misma, pero sabes que no es verdad, deja de mentirte...Jim es un buen tio, es majo, no muy listo pero de buen corazón...le vas a hacer daño Leia, y lo peor es que también te lo haces a ti misma...
Pregunta por Sara, yo no necesito preguntar por Jim, sé que se ha quedado en la barra, discutiendo algo con el camarero, en su mundo, como siempre.
- Sara está con unas amigas, en la pista de baile...no es una cita, Leia, sólo hemos quedado...
No debería darle explicaciones, pero me da igual, quiero hacerlo. Y mi mano sube hasta encontrar su mejilla, la paso por ella y le cojo la barbilla, girandole el rostro hacía mi.
- Déjalo, Lei, no sigas con esto...podemos arreglarlo.
Y estoy seguro de que es cierto. Seguro porque lo estoy de que no hay otra chica con la que quiera estar, seguro porque la conozco lo bastante para saber que su pareja perfecta es sólo fachada.
- Me gusta...es...eres preciosa...-no es eso lo que quería decir, no sé que era pero esto no- ¿le gusta a Jim? ¿Es por él que te has vestido así?...
No espero a que conteste, hay algo que me ronda por la cabeza y nunca he sabido callarme, no con ella.
- ¿Es está la noche? ¿Has decidido que este es el momento? ¿En serio? ¿Con Jim?
No puedo evitarlo, estiro el brazo en cuanto se acerca, dando a mi vez los que faltan para acortar la distancia, ni siquiera es pensado, es cómo un impulso que me obliga a tenerla lo más cerca posible. Y la tomo por la cintura, acercando mi rostro al suyo.
- No puedes ni pensarlo en serio...Leia...no quieres a Jim...- abre la boca pero niego con la cabeza y hablo antes de que ella lo haga- no le quieres Leia, puedes fingirlo antes toda la congregación de estudiantes si quieres, puedes fingirlo hasta para ti misma, pero sabes que no es verdad, deja de mentirte...Jim es un buen tio, es majo, no muy listo pero de buen corazón...le vas a hacer daño Leia, y lo peor es que también te lo haces a ti misma...
Pregunta por Sara, yo no necesito preguntar por Jim, sé que se ha quedado en la barra, discutiendo algo con el camarero, en su mundo, como siempre.
- Sara está con unas amigas, en la pista de baile...no es una cita, Leia, sólo hemos quedado...
No debería darle explicaciones, pero me da igual, quiero hacerlo. Y mi mano sube hasta encontrar su mejilla, la paso por ella y le cojo la barbilla, girandole el rostro hacía mi.
- Déjalo, Lei, no sigas con esto...podemos arreglarlo.
Y estoy seguro de que es cierto. Seguro porque lo estoy de que no hay otra chica con la que quiera estar, seguro porque la conozco lo bastante para saber que su pareja perfecta es sólo fachada.
Alek Kaiser- Mensajes : 51
Fecha de inscripción : 28/10/2011
Re: Encuentros. Cap. 2. Alek y Leia.
Alzo una ceja, sin apartar la sonrisa. En realidad, no la puedo apartar, ¿Qué hace? ¿Acaso lo ha planeado o lo hace de improviso? ¿Qué es lo que quiere? Preguntas, preguntas que comienzan a molestarme, porque no debería de preguntarme a mí misma, cosas acerca de él. “Eres preciosa” si me lo seguía repitiendo, creo que iba a regresar a los sonrojos que solo él podía sacar, así que lo olvido, de a poco, con sus palabras. ¿A Jim?...
-Le gusta, si.-No, ahora que lo pienso…no precisamente era por Jim, era, por demasiadas cosas, cosas que no estaba lista para aceptar. -No, no por él.-hago una mueca, porque estoy siendo sincera, me sale natural y ni siquiera pienso en mentir, ya no puedo, no a Alek, que sabe todo, cada uno de los trucos. Y mi ceño de frunce, pero antes de que pueda formular alguna respuesta, que conlleve la verdad y alguna forma, de no decirle directamente, su brazo se ha posado sobre mi cintura, atrayéndome a él.
Me ha tomado por sorpresa, así que mi respiración se ha detenido, sin mandar aire a mis pulmones. ¿Cómo lo hace? Probablemente, no lo sabe, y no sabrá. Pensé en poner espacio, pero el sentir sus brazos, son cálidos, fuertes y siempre han sido una base para mí, me dejo llevar, con la orden del día de mi mente. Has las cosas que realmente quieres hacer, que no te importen los demás. Pero, Alek me importaba, demasiado. La sonrisa se ha escapado de mis labios, dejando la seriedad, y no aparto la mirada cuando se acerca un poco más, mucho menos cuando comienza a hablar. Y dice que no lo quiero, a Jim….la réplica está en la punta de mi lengua, pero me niega con la cabeza. Nunca se había negado, y yo le respeto, siempre lo he hecho, así que guardo silencio y solo escucho.
Mis manos ya están sobre sus brazos, como si quisiera sostenerme y que él no dejara de hacerlo, no me atrevo a seguir soportando la mirada, así que la desvío. No, no le quiero, y no quiero que sea con Jim, pero la presión me puede más. Alek no se detiene, su mano libre, hace que le mire, y podría resistirme, pero estoy más que rendida a negarle algo. Sara, en la pista, claro, no es una cita.
-Es majo, si y de buen corazón. Y no le quiero hacer daño. - y le sonrío con algo de tristeza, porque es lo que me hace sentir. -Así que, le dejare, por él, por mí.- y alejo mi barbilla de su mano que la sostiene, sin apartar la vista, aunque lo único que quiero, es que me bese, si, lo quiero. -Arreglarlo, si, pero has dicho que me querías y después...- se había ido a besar con otra. -Eso no es querer ¿sabes?-y miro de reojo hacía donde debe de estar Jim, no era lo mismo, no. Pero las cosas se aprenden, tal como aprendí a olvidarme de Alek.
-Le gusta, si.-No, ahora que lo pienso…no precisamente era por Jim, era, por demasiadas cosas, cosas que no estaba lista para aceptar. -No, no por él.-hago una mueca, porque estoy siendo sincera, me sale natural y ni siquiera pienso en mentir, ya no puedo, no a Alek, que sabe todo, cada uno de los trucos. Y mi ceño de frunce, pero antes de que pueda formular alguna respuesta, que conlleve la verdad y alguna forma, de no decirle directamente, su brazo se ha posado sobre mi cintura, atrayéndome a él.
Me ha tomado por sorpresa, así que mi respiración se ha detenido, sin mandar aire a mis pulmones. ¿Cómo lo hace? Probablemente, no lo sabe, y no sabrá. Pensé en poner espacio, pero el sentir sus brazos, son cálidos, fuertes y siempre han sido una base para mí, me dejo llevar, con la orden del día de mi mente. Has las cosas que realmente quieres hacer, que no te importen los demás. Pero, Alek me importaba, demasiado. La sonrisa se ha escapado de mis labios, dejando la seriedad, y no aparto la mirada cuando se acerca un poco más, mucho menos cuando comienza a hablar. Y dice que no lo quiero, a Jim….la réplica está en la punta de mi lengua, pero me niega con la cabeza. Nunca se había negado, y yo le respeto, siempre lo he hecho, así que guardo silencio y solo escucho.
Mis manos ya están sobre sus brazos, como si quisiera sostenerme y que él no dejara de hacerlo, no me atrevo a seguir soportando la mirada, así que la desvío. No, no le quiero, y no quiero que sea con Jim, pero la presión me puede más. Alek no se detiene, su mano libre, hace que le mire, y podría resistirme, pero estoy más que rendida a negarle algo. Sara, en la pista, claro, no es una cita.
-Es majo, si y de buen corazón. Y no le quiero hacer daño. - y le sonrío con algo de tristeza, porque es lo que me hace sentir. -Así que, le dejare, por él, por mí.- y alejo mi barbilla de su mano que la sostiene, sin apartar la vista, aunque lo único que quiero, es que me bese, si, lo quiero. -Arreglarlo, si, pero has dicho que me querías y después...- se había ido a besar con otra. -Eso no es querer ¿sabes?-y miro de reojo hacía donde debe de estar Jim, no era lo mismo, no. Pero las cosas se aprenden, tal como aprendí a olvidarme de Alek.
Re: Encuentros. Cap. 2. Alek y Leia.
Apenas me separan de ella unos cebntimetros, pero nunca una distancia me pareció más larga. Sus manos en mis brazos, su aliento incontante y hata que no me mienta me dicen la verdad, no todo está pérdido, Alex tenía razón al final, al menos hay que intentarlo, no lo sabes hasta que lo intentas. Quisiera besarla, pero no lo haré, no estaría bien, ella tiene novio y aunque no vaya a ser nunca senador es un buen chaval, no le haré a nadie lo que no quiera que me hagan a mi.
- y luego ¿qué Leia?...te dije que te quería porque era cierto, aún es cierto- respondo sin alzar la voz, sin molestarme por tener que volver a explicarlo, sin perder los nervios, porque ella también sabe si miento o no, otra cosa es que quiera verlo- sólo fue un juego, todo el mundo jugaba, tú lo has hecho mil veces, jugar porque todo el mundo espera que lo hagas y si, la besé, ¿qué? ¿seis segundos?, todo el mundo me gritaba que la besase, así era el juego y yo había pérdido, ¿qué querías que hiciese?, ¿cuantas veces te has dejado vencer tú por la presión de los demás?...lo haces todos los días, ¿y qué si la besé?, nadie le dió importancia, penas la toqué, al día siguiente estaría olvidado, sólo tu reacción le dió la importancia que nunca tuvo...fueron seis segundos Leia, y ni siquiera estaba allí, ni la conocía ni la he vuelto a ver, tú llevas cuatro meses engañandome con Jim y yo aún sigo aqui...
Se que va a protestar, sé que incluso puede irsenos de las manos y que no es lugar para hacerlo, pero es en este momento cuando me he decidido a no dejarlo correr y si callo ahora no sé cuando volveré a tener el valor.
- no me mires así...sé lo que digo...me da igual el titulo, el novio , el ex, me importa un bledo, tú sabes que tengo razón...
- y luego ¿qué Leia?...te dije que te quería porque era cierto, aún es cierto- respondo sin alzar la voz, sin molestarme por tener que volver a explicarlo, sin perder los nervios, porque ella también sabe si miento o no, otra cosa es que quiera verlo- sólo fue un juego, todo el mundo jugaba, tú lo has hecho mil veces, jugar porque todo el mundo espera que lo hagas y si, la besé, ¿qué? ¿seis segundos?, todo el mundo me gritaba que la besase, así era el juego y yo había pérdido, ¿qué querías que hiciese?, ¿cuantas veces te has dejado vencer tú por la presión de los demás?...lo haces todos los días, ¿y qué si la besé?, nadie le dió importancia, penas la toqué, al día siguiente estaría olvidado, sólo tu reacción le dió la importancia que nunca tuvo...fueron seis segundos Leia, y ni siquiera estaba allí, ni la conocía ni la he vuelto a ver, tú llevas cuatro meses engañandome con Jim y yo aún sigo aqui...
Se que va a protestar, sé que incluso puede irsenos de las manos y que no es lugar para hacerlo, pero es en este momento cuando me he decidido a no dejarlo correr y si callo ahora no sé cuando volveré a tener el valor.
- no me mires así...sé lo que digo...me da igual el titulo, el novio , el ex, me importa un bledo, tú sabes que tengo razón...
Alek Kaiser- Mensajes : 51
Fecha de inscripción : 28/10/2011
Re: Encuentros. Cap. 2. Alek y Leia.
Y por más que me grito a mi misma que debería de soltarme y poner un alto a todo esto, no puedo, porque es lo que había estado esperando, quizá, sea eso, quizá, pero nada está seguro, nunca se sabe lo que va a pasar, o se supone, que yo debería de saberlo, pero no, con Alek, no puedo. Quiero saber porque hace esto, porque ahora, porque cuando estoy con Jim, a un simple paso de sellar el trato. Siento…que no puedo con todo esto, pero sus brazos me relajan, lo hace, porque sin querer, sigo confiando en él. Asiento y asiento algo desesperada, porque le creo sin meditarlo.
-No fue solo un beso, Alek.-aquel, que lo arruino todo, del cual, no habíamos podido pasar. Porque no se ha disculpado, como ahora, un juego, pero aún así, lo hizo, y no se arrepiente, no lo entiendo. Mi ceño se frunce, pero no estoy enfadada, ni nada por el estilo, solo las defensas se alzan. -¿Un juego? Entonces ¿Yo que era?–Definitivamente, había jugado conmigo y luego, me había desechado como si no lo valiese, y me sigo sintiendo así, cada que hace lo mismo, cada que dice que me quiere y al siguiente momento, se besa con otra. -Siempre te di tu lugar- pero me quedo callada y me ofendo, mucho. -Hiciste que me sintiera despreciada y ahora lo quieres arreglar, después de seis meses, diciendo que te engañe, echándome la culpa de algo que yo no hice, nada justo, Alek. Si te importase, no hubieras dejado que….llegara hasta este punto- lo miro severamente.
Niego con la cabeza, tratando de sacar esa idea, no, yo no lo engañe, nunca me atrevería, por sobre todo, porque lo quería, le respetaba, porque había un plan, un plan que entrelazaba nuestros caminos, lo había echado por un borde, lo había pisado, y ahora quería reconstruirlo. Hacer como si no hubiera pasado nada, dejar que todos pensaran que podían tenerme como novia e ir a besarse con otras. No, definitivamente esa no es Leia.
Música por todas partes y no entiendo, como es que nadie se ha fijado en nosotros. No es normal que Alek y Leia estén juntos, ya no sobrevive nada de esa relación, tal vez, pensasen eso, tal vez, por eso no les importaba. O tal vez, quieren ver que Leia perdona así de fácil.
-No fue solo un beso, Alek.-aquel, que lo arruino todo, del cual, no habíamos podido pasar. Porque no se ha disculpado, como ahora, un juego, pero aún así, lo hizo, y no se arrepiente, no lo entiendo. Mi ceño se frunce, pero no estoy enfadada, ni nada por el estilo, solo las defensas se alzan. -¿Un juego? Entonces ¿Yo que era?–Definitivamente, había jugado conmigo y luego, me había desechado como si no lo valiese, y me sigo sintiendo así, cada que hace lo mismo, cada que dice que me quiere y al siguiente momento, se besa con otra. -Siempre te di tu lugar- pero me quedo callada y me ofendo, mucho. -Hiciste que me sintiera despreciada y ahora lo quieres arreglar, después de seis meses, diciendo que te engañe, echándome la culpa de algo que yo no hice, nada justo, Alek. Si te importase, no hubieras dejado que….llegara hasta este punto- lo miro severamente.
Niego con la cabeza, tratando de sacar esa idea, no, yo no lo engañe, nunca me atrevería, por sobre todo, porque lo quería, le respetaba, porque había un plan, un plan que entrelazaba nuestros caminos, lo había echado por un borde, lo había pisado, y ahora quería reconstruirlo. Hacer como si no hubiera pasado nada, dejar que todos pensaran que podían tenerme como novia e ir a besarse con otras. No, definitivamente esa no es Leia.
Música por todas partes y no entiendo, como es que nadie se ha fijado en nosotros. No es normal que Alek y Leia estén juntos, ya no sobrevive nada de esa relación, tal vez, pensasen eso, tal vez, por eso no les importaba. O tal vez, quieren ver que Leia perdona así de fácil.
Re: Encuentros. Cap. 2. Alek y Leia.
Inspiro, y paso el otro brazo también a su cintura, cogiendola entre ellos, porque sé que necesita el apoyo, y quiero darselo aún cuando soy yo el que está desmoronando su tierra en este momento. No importa. Tengo que hacerlo. Al menos esta vez me escuchará. Apoyo mi frente en ela suya y lo pienso antes de hablar, porque no quiero sonar ofendido, aunque lo este.
- ¿Cómo pudiste sentirte despreciada? ¿cómo? si sabias que nunca hubo otra...si, un juego Leia, una fiesta, un juego ridiculo de verdad o consecuencia, una estupidez, un error de unos segundos, dices que yo no te quería...¿y tú Lei? si de verdad me querías, ¿por qué no me dejaste explicarme?...dices que lo dejé correr hasta ahora, piensa, recuerda cuantas veces te llamé cada día durante los dos primeros, no me cogiste el telefono, no querias verme ni hablar conmigo, y luego...ya salías con Jim, ¿qué querías que hiciera? ¿qué tenía que hacer?...¿quieres que te diga que lo siento? ¿que me arrepiento? ¿es que no lo ves?...yo no he salido con nadie ni me he buscado a otra, sigo esperando que recapacites, ¿no es bastante?, de acuerdo, lo siento Leia, lo siento muchisimo, pero no puedo volver atrás, tú, sin embargo, si puedes intentar comprender...no te echo la culpa de nada, sé que sólo yo la tengo, pero eso no cambia que tú también me prometiste algo y no lo has cumplido.
Ahora me he pasado, lo veo en cómo se oscurecen sus ojos, y está a punto de mandarme al cuerno. Miro alrededor un segundo antes, demasiada gente, la empujo con suavidad hacía la puerta de la terraza.
- no voy a esperar siempre Lei- le digo ahora, con el corazón en un puño mientras le acaricio el rostro- dime que ya no me quieres, dimelo mirandome a los ojos y te dejaré en paz..pero si no puedes- suspiro- deja el pasado atrás y permite que te lo demuestre.
- ¿Cómo pudiste sentirte despreciada? ¿cómo? si sabias que nunca hubo otra...si, un juego Leia, una fiesta, un juego ridiculo de verdad o consecuencia, una estupidez, un error de unos segundos, dices que yo no te quería...¿y tú Lei? si de verdad me querías, ¿por qué no me dejaste explicarme?...dices que lo dejé correr hasta ahora, piensa, recuerda cuantas veces te llamé cada día durante los dos primeros, no me cogiste el telefono, no querias verme ni hablar conmigo, y luego...ya salías con Jim, ¿qué querías que hiciera? ¿qué tenía que hacer?...¿quieres que te diga que lo siento? ¿que me arrepiento? ¿es que no lo ves?...yo no he salido con nadie ni me he buscado a otra, sigo esperando que recapacites, ¿no es bastante?, de acuerdo, lo siento Leia, lo siento muchisimo, pero no puedo volver atrás, tú, sin embargo, si puedes intentar comprender...no te echo la culpa de nada, sé que sólo yo la tengo, pero eso no cambia que tú también me prometiste algo y no lo has cumplido.
Ahora me he pasado, lo veo en cómo se oscurecen sus ojos, y está a punto de mandarme al cuerno. Miro alrededor un segundo antes, demasiada gente, la empujo con suavidad hacía la puerta de la terraza.
- no voy a esperar siempre Lei- le digo ahora, con el corazón en un puño mientras le acaricio el rostro- dime que ya no me quieres, dimelo mirandome a los ojos y te dejaré en paz..pero si no puedes- suspiro- deja el pasado atrás y permite que te lo demuestre.
Alek Kaiser- Mensajes : 51
Fecha de inscripción : 28/10/2011
Re: Encuentros. Cap. 2. Alek y Leia.
Desarmada total, eran las únicas palabras que tenía para describirme en estos precisos momentos. Intentaba recordar la época en que comenzamos a salir, el estaba hundido, y yo pensaba que era fuerte, pero al estar entre sus brazos, me di cuenta que estaba destrozada. Cuando h izo lo que hizo…
-Porque confiaba en ti, y decidiste que no era lo suficientemente buena- y su frente está contra la mía y solo lo miro, me siento tan mal. Me siento mal, porque creí que no me fallaría, y lo hizo. -Pero las llamadas y los mensajes no valen, nunca diste la cara-le creía más valiente, pero como dije, yo no valí la pena para él. Por eso, ahora me pregunto, que es lo que le hace volver, quizá…se aburre, quizá vuelve a ser un juego. Y en el fondo, se que todo es verdad, que no miente, porque Alek, nunca ha aprendido a mentir. Era sincero y claro, tal como el agua. Yo, era la cretina, aquella chica que alejaba al chico que la quiere, solo porque beso a alguien más….pero no era solo un beso. La promesa, si, la recordaba. Pero no es como si pudiese llevarla a cabo, sobre todo cuando ahora…estamos así de alejados. De nuevo, me detiene, y me empuja hasta la puerta que da a la terraza, el aire es tan refrescante, que es fenomenal estar así. Lo sé, se que no estará por siempre ahí, pero soy tan tonta, que creo que sí, por ello, pienso en un futuro sin él, y lo odio, detesto esas imágenes. ¿Decirle que ya no lo quiero? Sería una mentira.
-Sácame de aquí-es lo que le pido, porque si sigo con ello, sé que los tres terminaremos mal, y suena egoísta, pero no quiero que nada nos pase, no ahora. Pienso en lo que pensara Jim, cuando no vuelva del tocador, pienso en todas las palabrerías del día Lunes, y prefiero que digan que soy una cobarde, a que digan que lo engañe con Alek. Un círculo, de nunca acabar. Estaba abandonando un plan, una línea y saltaba a otra, como si huyese. Leia, huyendo. Cierro mis ojos con fuerza, porque Alek me importa más, más que el que dirán.
-Porque confiaba en ti, y decidiste que no era lo suficientemente buena- y su frente está contra la mía y solo lo miro, me siento tan mal. Me siento mal, porque creí que no me fallaría, y lo hizo. -Pero las llamadas y los mensajes no valen, nunca diste la cara-le creía más valiente, pero como dije, yo no valí la pena para él. Por eso, ahora me pregunto, que es lo que le hace volver, quizá…se aburre, quizá vuelve a ser un juego. Y en el fondo, se que todo es verdad, que no miente, porque Alek, nunca ha aprendido a mentir. Era sincero y claro, tal como el agua. Yo, era la cretina, aquella chica que alejaba al chico que la quiere, solo porque beso a alguien más….pero no era solo un beso. La promesa, si, la recordaba. Pero no es como si pudiese llevarla a cabo, sobre todo cuando ahora…estamos así de alejados. De nuevo, me detiene, y me empuja hasta la puerta que da a la terraza, el aire es tan refrescante, que es fenomenal estar así. Lo sé, se que no estará por siempre ahí, pero soy tan tonta, que creo que sí, por ello, pienso en un futuro sin él, y lo odio, detesto esas imágenes. ¿Decirle que ya no lo quiero? Sería una mentira.
-Sácame de aquí-es lo que le pido, porque si sigo con ello, sé que los tres terminaremos mal, y suena egoísta, pero no quiero que nada nos pase, no ahora. Pienso en lo que pensara Jim, cuando no vuelva del tocador, pienso en todas las palabrerías del día Lunes, y prefiero que digan que soy una cobarde, a que digan que lo engañe con Alek. Un círculo, de nunca acabar. Estaba abandonando un plan, una línea y saltaba a otra, como si huyese. Leia, huyendo. Cierro mis ojos con fuerza, porque Alek me importa más, más que el que dirán.
Re: Encuentros. Cap. 2. Alek y Leia.
- Eso no es verdad, es tu tendencia a pensar que nunca llegas a la altura, no es cierto Leia, tú eres lo mejor que me ha pasado nunca, lo sabía entonces y lo sé ahora...me equivoqué, es culpa mía, pegame, gritame, haz lo que tengas que hacer, desahogate, pero...vuelve a mi, no sé que hacer de mi vida sin ti...he acabado en el equipo de futbol, ¿no ves que me hundo?
No esperaba esa respuesta, no siendo ella como es. ¿sacarla de allí? Lo haría con gusto, pero no es así como haciamos las cosas, nosotros no, al menos, nosotros haciamos las cosas cómo debían hacerse, primero dejar a Jim, despedirse de Sara, llevarla a casa, luego...o era así como las haciamos. de todas formas el viejo yo tampoco estaría aqui intentandolo de nuevo. al parecer las cosas funcionan mejor si te dejas llevar un poco y le haces caso a tu hermano mayor. Quizá, sólo quizá, se trata de pensar menos y sentir más.
No lo decido conjscientemente, sólo la cojo de la mano, asiento levemente y la arastro conmigo hasta la verja de la terraza donde estamos. Me mira como si me hubiese vuelto loco.
- si entramos no lo haremos- contesto tan solo antes de sacar primero una pierna y luego la otra por fuera y apoyar los pies en el saliente para bajar por el entramado. Le tiendo la mano, y la coge, no puedo creer que me siga en esta locura. Pero bajamos, por suerte sin problemas, creo que es la primera vez que uno de los dos hace una cosa así, cuando lego al suelo, miro hacía arriba y la cojo pr la cintura para que salte en el último paso. Y a llegar al suelo se gira y está sonriendo, sonriendo de verdad. No puedo evitarlo, ya pediré perdón y absolución luego, ahora me inclino y la beso, con el hambre de seis meses, hasta que me empuja levemente y me dice que no puede respirar. Y sigue sonriendo. La sonrisa que le profeso no puede ser más ancha, la cojo de nuevo de la mano y salimso corriendo sin saber aún a donde vamos.
No esperaba esa respuesta, no siendo ella como es. ¿sacarla de allí? Lo haría con gusto, pero no es así como haciamos las cosas, nosotros no, al menos, nosotros haciamos las cosas cómo debían hacerse, primero dejar a Jim, despedirse de Sara, llevarla a casa, luego...o era así como las haciamos. de todas formas el viejo yo tampoco estaría aqui intentandolo de nuevo. al parecer las cosas funcionan mejor si te dejas llevar un poco y le haces caso a tu hermano mayor. Quizá, sólo quizá, se trata de pensar menos y sentir más.
No lo decido conjscientemente, sólo la cojo de la mano, asiento levemente y la arastro conmigo hasta la verja de la terraza donde estamos. Me mira como si me hubiese vuelto loco.
- si entramos no lo haremos- contesto tan solo antes de sacar primero una pierna y luego la otra por fuera y apoyar los pies en el saliente para bajar por el entramado. Le tiendo la mano, y la coge, no puedo creer que me siga en esta locura. Pero bajamos, por suerte sin problemas, creo que es la primera vez que uno de los dos hace una cosa así, cuando lego al suelo, miro hacía arriba y la cojo pr la cintura para que salte en el último paso. Y a llegar al suelo se gira y está sonriendo, sonriendo de verdad. No puedo evitarlo, ya pediré perdón y absolución luego, ahora me inclino y la beso, con el hambre de seis meses, hasta que me empuja levemente y me dice que no puede respirar. Y sigue sonriendo. La sonrisa que le profeso no puede ser más ancha, la cojo de nuevo de la mano y salimso corriendo sin saber aún a donde vamos.
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