Encuentros. Cap.2. Jake & Vanessa.

El telefono suena, veo su rostro en la pantalla, una foto ya obsoleta, una chica de quince años, un impulso momentaneo hace mucho tiempo. No podía ser en peor momento, pero eso es algo que se le da bien. Siempre llega en el peor momento, y siempre se va cuando le apetece. Parecve pensar que soy uno de sus criados porque una vez decidí ayudarla. Debí cobrarle por horas, así al menos no hubiese hecho el imbecil del todo.

Estoy bajo el puente de la carretera vieja, con la moto aparcada a varios metros, con dos tipos que no son precisamente mis amigos y que tampoco tienen mucha paciencia. Pero aún así lo cojo y contesto. Puede ser urgente, puede necesitar ayuda, qué sé yo, sólo lo cojo.

Pero no es nada de eso, quiere hablar dice, ahora. Después de ignorarme toda la semana. Y yo como un imbecil vuelvo a jugarmela por ella. No me molesto en contestar y vuelvo a cderrar el móvil, al tipo de la pistola no le ha parecido bien que interrumpa su soliloquio para atender una llamada, pero tampoco me importa mucho, no es él el que me preocupa, no tiene nada contra mi y las balas son caras.

Minutos más tarde vibra el móvil de nuevo, un pitido corto, un mensaje, y sin verlo ya sé de quién es. Zanjado el asunto estoy camino de casa para cambiarme pero paro en el arcén sólo para ver qué quiere ahora. Un sitio, una hora. Si piensa que puede sólo darme una orden y esperar que vaya...

Conduzco de vuelta a casa y dejo la moto en el arcén, pero no llego a bajar. Me maldigo a mi mismo mil veces todo el camino hacía el viejo bar, pero voy igualmente. Quizá si sea su criado. Me digo a mi mismo que es porque puede querer hablar de otra cosa, de cualquier cosa, puede estar metida en algún lio y ser yo el unico personaje de suburbio que conozca para sacarla de él. Qué sé yo...me digo muchas cosas pero llego. Dejo la moto en la galera y no me preocup0 por ponerle candado, exste es mi barrio, mi sitio, aqui no importa que lleve la ropa que llevo y que parezca un motero más que un adolescente, uno peligroso. Porque aqui casi todos lo parecemos. Entro y me tomo una copa. Ya la he terminado y ella no está. Muevo la cabeza hacía los lados varias veces, en gesto de inhcredulidad. No sólo me hace venir hasta aqui cuando tengo cosas que hacer, es que además vengo para nada. Estoy asimilando el plantón todavía cuando el móvil vuelve a sonar. Está fuera. ¿Qué mierda hace fuera? Ni lo sé ni me importa, sólo sé que ya está bien de obedecer ordenes.

Contesto: "Fuera no sirven copas entra tú" Y la espero en la barra, sentado tranquilamente en una banqueta alta y pidiendo otra caña.

Tarda un rato, estoy por irme, cambiarme y dirigirme a donde de verdad debería estar, vigilando a Lerman, como yo mismo me dispuese a hacer después de percibir la grieta temporal el sábado por la tarde, percibo esas cosas, cuando la magia es fuerte, y sé que sólo ella o yo tenemos la capacidad suficiente como para alterar el tiempo o el espacio. Y sé que no he sido yo. Esta vez al menos. Pero sigo aqui, porque en el fondo estoy seguro de que si ha llegado hasta aqui entrará, porque no es de las que dejan las cosas a medias, al menos no lo era.

Entra, lo sé por el segundo de silencio general, sin necesidad de volverme. Es la unica chica en el bar. Las chicas no entrarn en un bar como este un sábado de noche, ni siquiera las del barrio, ella tampoco debería. Pero fue ella la que escogió el lugar.

¿qué tomo? Me giro y alzo una ceja mirandoa con disgusto...si esto es un jueguecito de niña rica que se aburría en casa juro que la estrangulo. No me digno contestar a eso y se sienta.

- siempre vengo- respondo a lo siguiente con un deje de ironía para mi mismo.

Espero que nunca entiendas por qué, pienso, o harás de mi vida un infierno. Pero sigue sin decir qué hacemos aqui y por qué y comienzo a perder la paciencia. ¿qué si estaba ocupado cuando me llamó? ¿a eso que se responde? ah no, tranquila, sólo estaba reunido con un hijo de puta al que le hago algunos recados, como conseguirle drogas que no se venden en las calles...no, está claro que no está preparada para una respuesta así. Se ha venido vestida de qué...parece que vaya a entrar en un desfile, sólo por el brazalete que lleva en la muñeca podrían rajarle el cuello y nadie vería nada...debería mandarla a casa...

- rápido, Cabot, ¿qué necesitas que haga por ti esta vez?...tengo algo de prisa...y los dos sabemos que no me has llamado para charlar...

No voy a ponerme a conversar con ella como si fuesemos amigos, no lo somos, y ya estamos llamando bastante la atención, no me conviene tampoco.

Aires de diva, sonrisa pedante y ese tonito tan suyo, frío e impersonal, y ni un sólo motivo, ni uno, para hacerme venir hasta aqui. Lo de que quería joderme un rato no me deja rastro de duda, sólo quería probar si sigo saltando cada vez que silba, perfecto, ya tiene su respuesta, y yo soy aún más capullo que ayer.

No hace falta responder verbalmente a eso. Me levanto, tiro dos monedas encima de la barra para pagar las cervezas y me inclino hacía ella con el brazo apoyado en la barra el tiempo justo para decir.

- Bien, ya me has jodido y hecho perder mi maldito tiempo, supongo que eso a ti no te importa porque nada de lo que hago te parecerá importante...pensé que necesitabas algo, ya ves, soy así de estupido cuando quiero...no vuelvas a llamarme...

Tenía que haber cambiado de número, debí dejarlo atrás, como todo lo demás cuando me fuí la primera vez. Me arrepiento de no haberlo hecho. Y lo peor de todo es que sé, que si vuelve a llamar volveré a acudir, ella tiene razón, soy un imbecil. Niego con la cabeza, enfadado conmigo mismo más que con ella y me alejo hacía la puerta. Sé donde está Lacey, puedo sentirla, ella también podría sentirme a mi si supiese cómo manejarlo. Sólo me paro un segundo en la puerta, con esta ya abierta antes de salir, porque estoy a punto de dejarla sola en un bar en el que no debería estar, y me maldigo de nuevo porque acabaré llevandola a casa, pero eso sería volver a darle la razón.

Casi cierro los ojos al escucharla detrás de mi, casi, si tan solo pudiese creerla Pero ya no, no creo nada que salga de esa pérfida boca. Aún recuerdo sus palabras una a una, nada me hará olvidarlas. "espero que no creas que esto significa algo mas, por que yo no lo considero asi" Alto y claro, Cabot.

¿Que será? ¿Por qué me miente esta vez y que necesidad tiene de que me quede? Será que se le acabaron las pastillas, quizá la coca, y ahora no sabe cómo pedirlas, piensa darme un poco de conversación antes de soltarme "eh, ¿sabes quién pasa?" ni idea. Y no tengo tiempo para esto, no tengo tiempo para quedarme y jugar a este juego hasta descubrir que desea realmente.

Al menos algo de verdad sale por su boca, insoportable, dice, sonrío apenas, divertido por el gesto y el tono miserable, estoy seguro de que lo practica delante del espejo. Pero suspiro, porque sé que haga lo que haga y diga lo que diga lo cierto es que hace un momento tenía razón, sí que me importa. Y no voy a dejarla sola en este barrio, por nada del mundo.

Sólo me vuelvo para tomar su mano y apretarla fuertemente antes de llevarmela de allí. Sin mirar atrás la acompaño al coche.

- Te sigo hasta que salgas del distrito...si vas a pedirme algo hazlo ahora, ¿qué es? ¿drogas?...no necesitas lamerme el culo para pedirlo, estoy aqui ¿no?...eso significa por si no lo entiendes que estaba dispuesto a ayudarte desde el principio...

Ahora sí la miro, mientras le abro la puerta del coche, insistiendo en que entre.

- Hazme un favor, ¿quieres?- y lo digo con pésar- no me mientas...sea lo que sea te lo conseguiré, pero no vuelvas a venir sola a este barrio...

No la entiendo. Si no quiere nada, ¿ a qué viene esto? ¿Para qué se arriesga y se aleja tanto de su zona por nada? Podría pensar que es por lo dicho, pero nadie es tan imbecil como para jugarsela por putear un rato a alguien que de todas formas puede putear cada día en el instituto si lo desea. Y ella no es estupida, es muchas cosas, pero estupida no. Y tampoco me creo que se aburriese en casa, eso sólo lo pensé un segundo por el cabreo, pero es imposible que una chica como ella no tenga al menos una docena de ofertas para la noche del sábado. Y se ha vestido como si tuviese planes. No entiendo una mierda...

Encogiendome de hombros y sin llegar a contestar, porque la mera idea de que yo la odie es ridicula cierro la puerta cuando acaba de subirse, sin delicadeza, y me subo a la moto, esperando que arranque para seguirla lo suficiente, hasta que el paisaje urbano cambia y volvemos a estar en un mundo iluminado con farolas a las que no les faltan las mamparas y las casa vuelven a tener jardines cuidados delante de las puertas. Ahí me desvió sin más, hacía la carretera comarcal número nueve, una que sale del pueblo y te lleva a otro igual de sofocante, pero no hace falta salir del pueblo, pocos metros más allá de la última señal de modere su velocidad encuentras la unica discoteca del pueblo a donde esta gente va un sábado de noche, las demás, al parecer, no alcanzan los niveles optimos de pijismo, será que no sirven bebidas con estupidos nombres de playas que nunca veremos, al menos yo no. El "Copacabana", ¿qué mierda se supone que es eso? No pueden simplemente avisarte que es una porquería de mezcla de ginebra con coco, dios, !odio el coco¡ Casi poto la primera vez que se me dió por probar una de esas mierdas...

Mientras entro sin saludar a nadie aunque los conozca a casi todos, me pregunta una chica vestida de furcia con una tarjetita cin su nombre en el pecho, no sé si para que la puedas llamar si te hace falta o para obligarte a mirar sus tetas operadas, porque vamos, hay que sacarle partido a los dos mil dólares que te has gastado en cada una, con el dinero de papa, seguro, que si dejo la chaqueta en el guardaropa. No me molesto en contestar tampoco, la chaqueta se viene conmigo, no pienso esperar luego quince minutos hasta que la necia esta me la devuelva para poder largarme.

Encuentro un apartado con sofás, buenos sofás, bonitos, piel oscura, haciendo un redondo con la mesa para las copas en medio. Es un buen sitio para acomodarse, ya he visto a la rubia, está en la barra con el muñequito de plástico, al menos esta vez están vestidos, no puedo sacarme esa imagen de la cabeza, la que ví en su mente, y aún me revuelve el estomago. Parece que están ocupados oscultandose las amigdalas. Bien, eso significa que por el momento no creo que se meta en lios. Es bueno para mi. Me pido una copa cogiendo del brazo a un camarero que me indica que los reservados son para más de uno y yo simplemente lo miro con la expresión justa que significa "¿vas a echarme tú? A qué no hay huevos..." Y no los hay, la copa está en mi mesa antes de que estire completamente las piernas. Ron con cocacola, nada de mariconadas.

Y ella llega, está detrás de mi, a excasos metros, en la barra a mi espalda, puedo sentirla también, porque los pelos del cogote se me erizan, pero eso no tiene nada que ver con la magia. Así que sólo saco el móvil, sin apartar la mirada de la rubia y tecleo "Si vas a seguir a alguien no lo hagas en un porche de cincuenta mil dólares y con un vestido rojo" e inmediatamente después de enviarlo vuelvo a escribir "Te invito a una copa".

Se acerca poco después y alzo la mirada para verla.

- Empiezo a pensar que sí querías verme...

Le dejo un sitio a mi lado, apartando la pierna, y pidiendole que se siente con una inclinación de cabeza. Lo hace, muy cerca, demasiado cerca. No es bueno para mi poder oler su perfume desde aqui.

- Siempre me ha llamado la atención que cuanta menos tela tiene un vestido más caro parece ser...es incongruente, ¿no te parece?...el tuyo ha debido ser carisimo...

La miro un segundo, miro la copa que trae entre las manos, un coktail con sombrillita y una bengala rosa, sonrio sin poder evitarlo, debí suponerlo. Mundos diferentes, razas diferentes. Y vuelvo a centrarme en la rubia.

- Creo que voy a tener que enseñarte también los conceptos básicos sobre espiar a alguien, parece que los necesitas...el primer punto es que no debes llamar la atención sobre ti de esa manera...y si me permites decirlo, con eso que levas puesto no hay un sólo tío en cien metros a la redonda que no se haya fijado en ti...

La mano no llega a tocarme y sin embargo siento el calor que procede de ella, es casi lo mismo. Aparto la vista de Lacey, con reticencia, y la bajo primero a esa mano entre nosotros, y luego la subo poco a poco hacía ella. La mirada directa. Ya estamos jugando otra vez, debería terminar con esto de una vez por todas y decirle a la cara que no me gusta, que no siento nada por ella y que se busque a otro juguete prar entretenerse. Lo malo es que no miento tan bien.

- La última vez que me miré al espejo seguía siendo un tío..¿por qué?- pongo cara de emoción fingida y sonrío estupidamente- ¿me han salido tetas?

Me está distrayendo, yo debía seguir mirando a la barra, pero es imposible negarle la mirada cuando te mira con esos ojos. Así que en lugar de eso o alejarme, me inclino hacía ella y paso mi brazo por el respaldo del sofá, dejando que mi mano cuelgue al otro lado de ella, y me acerco un poco más, hasta que mi mejilla toca la suya y mis labios casi rozan su oreja.

- ¿qué haces aqui Vanesa?, dime, ¿no estaba disponible el jardinero? ¿O es el profesor de yoga?

Voy a dejarlo ahí pero la piel de su cuello se eriza y no puedo creerme que sea por mi sólo aliento, me paro un segundo cuando ya me estaba alejando y vuelvo hacía ella.

- no soy uno de tus criados Cabot- no, no lo soy, porque yo no voy a cobrarle, es mucho peor, me está convirtiendo en su exclavo- pero podemos llegar a un acuerdo...

Y entonces aparto la cara de su cuello y la miro de frente, cogiendo su barbilla con lla mano y pasando el pulgar por su labio inferior sin dejar de verla a los ojos.

- ¿No te preocupa que te vean conmigo hoy?- es apenas un recordatorio de lo que ella acaba de preguntarme en el bar apenas hace nada, y no me importa la respuesta, ya no, porque a esa distancia lo unico que me importa es que sus labios me respondan. Sólo un poco más, sólo un poco y ya la estoy besando, hambriento.

miro a su pecho como acusando que repentinamente podría haberle crecido busto de la noche a la mañana y sin que nadie lo notase, como si fuera cuestion solo de tronar los dedos y listo.Sonrio mientras lucho por no reirme con el, no es que quiero que me crea una aguafiestas, es que quiero que no me vea solo jugando, aunque ya lo he pensad antes, nada de lo que haga por ganarmelo de nuevo va a cambiar lo que son las cosas y yo no dejo de ser para el la mujer con la que no saldría jamas enserio.

Pasa su brazo por detras de mi y me recorre un escalofrio, entreabro los labios de forma discreta para respirar por que siento que si lo hago solo con la nariz me asfixiare y las cosas no concuerdan si me la pienso que nunca antes me puse nerviosa por un tio y el no debería ser la exepción.Se acerca a mi peligrosamente y su mejilla roza la mia...su boca deja su aliento en mi oido, cierro mis ojos disfrutandolo aun cuando se que no esta ahi precisamente para susurrarme el poema de la malagueña a los oidos.Lo escucho, ni siquiera yo se como responderle ahora y aunque siempre parece que puedo tener todo bajo control, yo misma se que eso es una vil mentira.

Mi cuello se siente hormigueante, se que algo sucede en mi cuando su aliento me roza...¿por que debo ser la victima en esta cacería? no podemos solo dejarnos ir, solo hacerme olvidar...y por que no puedo solo evadirlo, bloquearlo como a una basura, solo no poder pasarlo ni soñarlo por las noches, solo que su aliento no me martirice mas...quiero comermelo a besos. Se esta alejando.

suplico, pero el piensa que me refiero a negar que el sea una persona cualquiera a la que puedo controlar,no quiero que piense otra cosa en realidad, es mejor asi, por que de esa manera no se ilusionara conmigo por mas que yo lo haga alguna vez con el y de esa forma jamas podre hacerle daño aunque mi lengua no se conecte bien y lo haga.

susurro cuestionandole,tengo mis ojos cerrados, disfruto de su timbre, de su aliento, de su calidez...Se aparta de mi para mirarme, yo abro mis ojos y me encuentro con los suyos..lo reflejo.

Entonces toma mi barbilla y acaricia mi labio con su pulgar, no he dejado de mirarlo y si mis ojos hablaran ya me habrían delatado...ahora mismo no quisiera que fueramos nadie mas y no me importa que me pida a cambio, le daria todo el dinero del mundo por poder sentirme querida como me siento en sus brazos, aun cuando sepa que solo es una farza y que soy para el como lo he sido para cualquier otro.

Me pregunta lo que yo le habia cuestionado hacia casi nada en nuestro punto anterior, paso saliva con la boca cerrada...el se va acercando, necesito responderle...pero no puedo.

Su boca ya esta a casi nada mio, ¿debo impedirlo? no...¿y si despues de esto pasa lo que ha sucedido en la semana?....lo que paso el ultimo fin en la cabaña no fue un sueño...el es algo especial, me da miedo y a la vez me llama...¿influye algo sobre mi?...¿por que lo sospecho apenas ahora?

y me besa...y me conecto a el de una forma sorpresiva, cierro mis ojos entregandome a el...esta ahi, solo esta ahi.

No paro de besarlo, al contrario, ladeo mi rostro para acomodarme mejor y en algun punto mi mano esta en su pierna, acariciando la tela de su pantalón. Pero me detengo...me detengo y lo paro de golpe. ¿que jodidos estoy haciendo?...No cabot, hay cosas con las que no puedes jugar.

murmuro, deberia herirlo, lastimarlo y alejarlo de mi, mentirle...pero no puedo.

le pregunto y me suena una voz " pensara que te importa",no puedo, no puedo y necesito saber.

Mis labios sobre los suyos, su mano en mi pierna, su lengua jugando en mi boca, no hay nada mejor que esto, me da igual si la rubia decide montarse una realidad alternativa ahora mismo, yo vendo la mía por un par de segundos más. Al diablo al parece no le gusta el trato porque se aleja de pronto, empujando mi pecho hacía atrás. Podría negarme, no lo hace con fuerza, pero no se trata de eso, se trata de lo que hay detrás. Y la dejo, me aparto mirando aún esos labios ahora húmedos y sonrosados.

Frunzo el ceño al escuchar que lo siente y vuelvo a sus ojos, intentando descifrarla. Pero no puedo leer en ellos...miento, sí podría, pero eso sería jugar sucio. no me meto en la mente de nadie sin una razón de peso, por mucho que me apetezca.

La pregunta sí me sorprende. Primero una disculpa y ahora una pregunta inesperada, ¿qué será lo siguiente? Está chica me descoloca. Me echo hacía atrás completamente cuando escucho la siguiente, ahora sí que estoy confuso. Dejo el brazo donde estaba pero yo me recargo en el asiento, apartandome de ella.

- ¿una chica?...

Es increible, en ningún momento se me dió por pensar en la respuesta más obvia, será porque ella nunca reacciona como espero que lo haga. Está aqui para ver si he quedado con alguien...frunzo los labios en un mohín de incredulidad. Si fuese una chica normal, y después del sábado pasado podría creer que son celos, siendo ella más bien creo que va a ser asegurarse de que no la cambio tan rápidamente...no le vendría bien a su ego.

- ninguna chica, Cabot, he venido solo...-respuestas, podría darle muchas, incluso mentirle, pero creo que con la verdad y un tono neutro conseguiré lo mismo y sin sentirme culpable- la unica chica por la que venría a un sitio como este está sentada enfrente de mi...

Lo sabía. No me cree. Sonrío quedamente.

- He venido para vigilar a la rubia- acabo confirmando, y le indico a la misma con la cabeza, que se ha puesto a bailar con el rubio aquel, si es que a eso puede llamarse bailar, más bien parece un precalentamiento- como ves nos ha traido lo mismo...al menos no me has mentido en una cosa, el rubio claramente no es tu novio...

No dice nada aún, bajo la vista para mirarla un segundo, quedandome con la visión en la mente y vuelvo a subir para encontrar su mirada.

- Si no fueses tú...- pero no acabo la frase, no estoy dispuesto a reverlarle tanto.

Se levanta y por un segundo me recorre un escalofrio, pero no es de placer, es el sentimiento de pérdida que me abruma. y la cojo por la muñeca antes de que se marche, tirando de ella hacía mi hasta que vuelve a caer sobre el sofá.

- No te vayas...- apenas reconozco mi voz, no quiero que se vaya, no quiero verla partir, no así, no otra vez para no volver a hablarnos hasta sabe dios cuando- si te quedas aún podemos llegar a un acuerdo...te propongo algo, ya que insistes en hacer preguntas que no quiero contestar...te doy tres preguntas, y contestaré con sinceridad a las tres si sólo te quedas conmigo esta noche.

La rapidez con la que asiente me deja pasmado. Yo espraba un poco más de negociación, algo asi como que tiene muchas cosas que hacer, que ha queddo con alguien, que no va a permitir que la vena pasar la noche a mi lado...cosas de niña pija...pero mejor para mi. No hay que buscarle otra pata al galgo cuando la suerte te sonríe.

La primera pregunta llega antes de que aclare los términos, esa la esperaba, más qu enada porque fue lo primero que preguntó al verme el sábado. claro que con otras palabras. No deja de llamarme la atención el planteamiento, y como no soy de callarme se lo hago ver.

- Curioso, pasaron muchas cosas ese día...como que ganaste una carrera ¿recuerdas?...- pero lo marca como el día que me besó, es curioso, y también esperanzador, pero no contesto aún, primero la miro y me pongo un poco más serio- no me fío de ti, Cabot...lo sabes...así que antes de empezar te explico como va a ir esto, te contesto una ahora y las otras dos cuando acabe la noche, ni un minuto antes...

Me mira con desconfianza, y yo me acerco poniendo mi mano en el sofá, descansando entre los dos, me inclino y la miro a lo ojos. no pierdo nada contestando esta, no creo que se vaya, no cuando sabe que contestaré dos más. La curiosidad mató al gato dicen...bueno, parace que también hace milagros con las tigresas...

- de acuerdo Cabot...pero si veo una sola mirada de lástima no vuelvas a molestarte en saludar...- y empiezo, lo mejor será sintetizar- llevaban meses dandonos la paliza con que mi abuelo no podía hacerse cargo de un chaval de mi edad..ya lo viste, a veces se le va la pinza un poco...los vecinos llamaro a los servicios sociales, era irme o dejar que me mandasen a un hospicio- no me gusta como suena así que cambio el tono y lo cambio a algo más alegre mientras recojo la copa de la mesa- y no me gustan mucho las habichuelas, ¿sabes? de hecho las aborrezco...creo que es lo que comen todos los días..así que perdona si no hice una fiesta de despedida, pero tenía algo de prisa- la miro entonces, sin entender por qué le importa tanto- además, tú ya no me necesitabas...

No es lástima lo que veo, es...¿alivio? Cualquier cosa es mejor que la lástima, aún cuando no lo pille. así que le sonrío de vuelta cuando me mira.

- no es tan grave como parece- acabo explicando aunque no pregunte- me las he arreglado bastante bien, encontré un trabajo y tenía un apartamento para mi solo...

Uno al que tu no hubieras entrado ni con el traje completo de la agencia de control de enfermedades, pero que era mío. No intentaré explicartelo, tú siempre has tenido de todo.

Los chicos en la pista se mueven, más concretamente ella que se aleja como si el alma se la llevara e diablo, mala señal, me levanto de un golpe y la cojo de la muñeca para arrastrala conmigo, siguiendolos en cuanto el chico se despide también. Dejo mi copa tras darle un último sorbo en una mesa del piso de abajo y le saco la suya también de entre las manos porque vamos a salir y no podemos llevarnos la copa. La dejo a un lado y se palnta, sin querer seguir moviendose. La miro alzando una ceja y luego me acerco para cogerla de la cintura un segundo.

- me prometiste una noche Cabot, y yo tengo que seguir a esa rubia un poquito más...¿vamos?

No creo que lo entienda, pone mala cara cuando ellos suben al coche, por las carantoñas creo que tengo claro a donde van, no creo que den muchos problemas esta noche, así y todo es mejor asegurarse.

- mejor en mi moto, ¿conduces o conduzco?

Al parecer conduzco. Me subo, tendiendole un casco de repuesto y espero hasta que se acomode y se agarre, para seguirlos aprudente distancia y esperar a que entren en casa luego.

- Parece que van a estar ocupados un rato- indico divertido luego sacandome el caso, y miro hacía atrás sólo para ver que ella me mira a mi- ¿puedo invitarte a una copa entonces?

Me rio cuando afirma que debo ser gay, no me lo tomo a mal, no tengo nada en contra de lo gays, tampoco es que conozca a niguno pero cuando lo haga le preguntaré cómo consiguen distinguir el azul marengo del gris y punto, la chica de la tienda cuando fuí a comprar la pintura parecía muy mosqueada conmigo porque según ella me habñía enseñado una paleta entera de colores y yo sólo había visto un montón de verde.

Deja de poner reparos al fin y se sube a la moto, no lleva mucho tiempo, aparco en la acera, donde el rubio ha dejado su coche, supongo que será la casa de uno de lo dos.

- ¿quién vive aqui?- le pregunto, porque asumo que ella lo sabe.

Me putea, por el acto de ir siguiendolos, no me molesto en decirle que ella me staba siguiendo a mi hace poco y con muchos menos motivos, pero es mejor callare, morderse la boca y dejarlo correr.

- No me interesa lo que hagan ahí arriba...sólo saber que la chica estará ocupada un buen rato...

Giro el cuello para verla mientras abro las piernas para sujetar mejor la moto entre ellas y que no se balancee, miro hacía atrás y reconhozco essa sonrisita mordaz, el tono también lo reconozco.

- Espera...¿crees que me gusta la rubia?...- si que lo cree, acabaramos...la risa que se me escapa es totalmente natural, cuando consigo dejar de reir la miro aún por sobre el hombro- si me gustase la rubia no la dejaría salir de la disco con este sin hacer nada, niña, no soy de los que se quedan a mirar cómo la vida pasa...además, a mi me van las morenas- aclaro antes de volver a ponerme el casco y arrancar la moto, espero, girandome y pregunto- ¿lista?

Cuando sus manos vuelven a mi cintura me pongo en marcha. A la colina dice ella, bien, a la colina será, a mi me da lo mismo. Recuerdo el camino, lo recuerdo bien, antes quedabamos aqui los viernes de noche, los chicos del barrio, y mirabamos el pueblo abajo mientras fumabamos a escondidas. no creo que cuando ella mira el pueblo y cuando lo hago yo veamos lo mismo. Pero no tengo porque contarselo. No formaba parte del trato. sigue sin haber farolas en la cuesta de subida, apenas luces, tanta clase de sexualidad y a nadie se le ocurre poner farolas en esta maldita cuesta...si es que los adultos con como son...Pero tien razón, hoy no hay nadie, o casi, se ven las luces de unos faros un poco más allá, pero no vamos a molestarlos mientras no molesten. Así que aparco y bajo, sosteniendo la moto hasta que lo hace ella. Y camino hasta el borde. Hacía tiempo que no estaba aqui.

- no ha cambiado mucho...

No. No lo ha hecho. Un montón de parcelas de casas iguales y cuidadas, algunas mansiones en la cuesta de la colina, justo debajo, la suya entre ellas, y cuanto más te alejas más espacio entre las casas, menos luces y mucha más pobreza. Sólo los ricos disponen de buenas vistas, así es el mundo.

- y tú Cabot...-me mira, está a mi lado, no me he dado cuenta de cuando llegó- ¿has cambiado mucho?

Parece hablar en serio, no es algo que suela hacer, pero sí de vez en cuando, ya casi no recordaba que a veces podía sonar como una persona normal, una que me gusta, y una que ,además, siempre parece más mayor de lo que es en realidad.

- ¿quién es Winstong? ¿tu chofer?

Pregunto, la historia no me sorprende demasiado, hasta cobra sentido que hayamos cabado follando en su automovil si hay esos precedentes. No es que me parezca una historia agradable, a saber cuantos años tenía ella...pero no es algo que pueda encontrar sorpresivo.

La fuerza de la costumbre me lleva a sentarme en el borde de la colina, con los pies colgando, justo en el saliente, contemplando como se iluminan las piscinas justo debajo de nosotros. Seguro que tiene una...y me enciendo un cigarro...como dije, la fuerza de la costumbre. La busco, mirando hacía atás, para ver si viene, per parece preocuparle como sentarse, lógico, el vestidito no es muy adecuado para andar de campo. Me saco la chaqueta y la pongo en el suelo a mi lado, para que se siente. Así y todo cuando lo hace, el vestido se le sube hasta más de la mitad del muslo y yo me rio, niego con la cabeza y afirmo, echandole un ojo.

- deberías probar los vaqueros...

Y ella vuelve a hablar, diciendo que no todo puede comprarse con dinero, lo que dicen todos, pero caray si ayuda tenerlo.

- ¿estás segura?...¿ni siquiera con unas como las tuyas?

Pero habla en serio, lo sé, hay una nota de tristeza en su voz, no tengo idea de que puede faltarle a la pobre niña rica, sólo sé que si pudiese se lo daría, le daría cualquier cosa sólo por verla sonreir.

Prefiero cambiar de tema, y alejar la tristura de ella con cualquier cosa, pero la curiosidad es más fuerte.

- ¿Qué puede faltarte a ti que no puedas pagar?

Pero no responde, al menos en los próximos dos minutos y el silencio se me hace incomodo así que intento cambiar el tono y el estilo de conversación, los dos estamos más en nuetra tónica si hay algo de ironía y mal rollo en nuestra conversación. Aunque en realidad, aunque no lo sepa, siempre la he considerado algo así como una amiga.

- Llevas un vestido de baile...es sábado de noche...y me has pedido que te traiga aqui...¿es una indirecta Cabot?...¿o es que te han dejado plantada y no querías quedarte en casa?

Sólo frunzo la boca a modo de disgusto al contestar ella con tal sarcasmo.

- No te lo tendré en cuenta...en realidad no soy del tipo que suelen presentar a los padres- lo cual, de paso, no me preocupa lo más minimo, no me gustan los padres.

Pero me extraña que hable de su padre en tiempo presente, y aún más que lo haga con resignación, pero alzo una ceja, miro hacía delante para no incomodarla y me abstengo de recordarle que es dificil estar al lado de alguien cuando has cruzado al otro barrio.

No parece nada convencida de la utilidad de los jeans, claro que tampoco muy apurada por la carne mostrada, ya sabía que no era precisamente pusilanime, mejor, porque tampoco me gustan.

- No hay nada más sexy que una chica en vaqueros ajustados- comento sin embargo sólo por molestarla.

Ella nunca se pondría algo tan simple, claro, a no ser que el chanel ese firme vaqueros ahora. Pero me contesta y la miro de reojo cuando me deja claro que miente, no sé por qué miente o en qué exactamente, pero miente.

- ya sabes que sí- respondo igualmente- siempre que yo saque algo a cambio, claro...lo que me recuerda que me debes una respuesta...¿es buen momento?

Ella mira hacía delante, hacía el vací0 y las mansiones solariegas allí abajo, y yo aprovecho para mirarla a ella.

- ¿una cita? no, definitivamente, estoy seguro de que nunca le has pedido una cita a nadie, ¿me equivoco?..tú no, eres segura e indepeniente pero estás acostumbrada a que te lo den todo hecho...¿necesidad? eso no llego ni a entenderlo, no sé porque se te ha ocurrido...y lo de que no te intereso ya lo has dejado claro antes, descuida, lo entiendo todo a la primera, puede que no haya pasado la pre4paratoria en colegios privados y bilingues coo otras pero no soy estupido...

Cuando alza la vista aún estoy mirandola e intentando decidir porque me cuenta estas cosas, o porque se molesta siquiera en hablar conmigo, la deviaría pero quedaría mal y podría tildarme de cobarde, peor, de tímido, y eso, eso nunca, así que le mantengo la mirada mientras acaba de hablar, y no entiendo ni jota.

- Niña, de verdad que hay veces que no te pillo...acabas de sonar como una ex novia...soy Jake, ¿recuerdas?, el tipo al que convenciste para que te enseñase a montar para ganar un premio del que no tenias necesidad y no volver a montar...si, he hecho mis deberes- agrego cuando me mira inquisitivamente- no has vuelto a subirte a la moto...¿es eso lo que haces siempre? ¿te empeñas en algo hasta que lo consigues y luego simplemente lo dejas y empiezas otra cosa?

Frunzo la boca en un ligero mohín de disgusto.

- supongo que eso es lo que hacen los ricos ¿no?, total...nada importa demasiado...

Miro de nuevo hacía el pueblo allá abajo y recuerdo otras tardes allí, otras noches, diferentes, con otra compañia.

- Recuerdo porque me gustaba este sitio tanto- y sonrio, aplastando el cigarro tras la última calada. Me pongo en pie y me acerco al borde peligrosamente, mirando hacía abajo- Es el unico lugar donde la basura que tú tiras les cae a los poderosos- y empujo la colilla para que caiga por la pendiente.